El programa de televisión Código 10 que se emite en Telecinco ofreció este lunes unas imágenes con la declaración de Jennifer Hermoso ante la Fiscalía por el 'caso Rubiales'. La jugadora de la Selección española de fútbol ofreció una versión contraria a la que dio el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol y mantuvo que el beso no fue consentido por su parte.
"En ningún momento fue consentido el beso. Mancharon mi imagen y yo me sentí, como jugadora y trabajadora de la Federación, que a mí nadie me protegía", señaló la jugadora. Hermoso relató varios pasajes, cómo se dio cuenta de la gravedad del hecho, cómo fueron sus conversaciones con Luis Rubiales y lo que ella interpreta como un acto de desviar la atención por parte del expresidente de la RFEF.
Su primera reacción
"Estaba un poco más nerviosa. En ningún momento me hubiera podido consentir ponerme a llorar en una esquina para que todas me preguntaran qué me pasaba. Era momento de celebrarlo".
"No me merezco haber vivido todo esto, para mí ha sido muy difícil no poder salir de casa. Me he tenido que ir de Madrid para no tener esa presión de gente que sólo quería hacerme daño. ¿Por qué tengo que estar reprimida llorando en una habitación cuando no he hecho nada?".
Su encuentro con Rubiales en el vestuario
"Había un ambiente de celebración, habíamos sido campeonas del mundo, algo que no nos esperábamos, y mi sensación en ese momento era: 'No puedo robar protagonismo de ningún tipo al hecho que ha pasado, que es histórico'. Para proteger a mis compañeras no creo que mereciera la pena actuar de esta manera porque era meterlas a ellas en algo que no habían tenido culpa, yo tampoco por supuesto, pero teníamos que disfrutar de algo que acabábamos de conseguir".
Lo que acababa de vivir
"En ese momento intenté hacer de tripas corazón y seguir disfrutando con mis compañeras porque no quería arrepentirme de haberme equivocado en ese momento. Estaba muy claro lo que había sentido en ese momento y se lo transmití a mis compañeras, pero no había visto la imagen del beso hasta que no me la enseñan en el vestuario. Cuando la vemos es cuando digo: 'Ha sido real'".
Lo comenta con Rubiales
"Estoy en el vestuario y de repente entra la directora deportiva y dice que me llama el presidente. Yo salgo, él está fuera del vestuario. Me dice que se estaba hablando mucho del beso y yo le digo que sé cómo ha sido, que no ha estado bien y que sabe que le va a caer. Yo le digo que no me tiene que explicar cómo ha sido el beso"
"Me dijo que necesitaba decir algo en el vestuario. Entré, pasé con él y yo creo que ahí ya era consciente de lo que estaba pasando. Nosotras no éramos conscientes de la magnitud que estaba teniendo fuera. Luego él desvió el tema, que nos dijo que nos podíamos ir a Ibiza las que quisiéramos, y yo creo que ya estaba nervioso. Me agarraba del hombro y empezó a decir que teníamos el viaje pagado a Ibiza y la gente empezó a gritar".
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Se siente incómoda
"Cuando me saca del vestuario yo ya sé que me va a decir algo del beso. Yo ya iba pensando que me iba a soltar alguna para quitarle fuerza a ese asunto, porque yo no era consciente pero ellos desde fuera lo sabían. Yo empecé a sentirme incómoda y a ver que algo grave estaba pasando. Que lo que había sucedido no habia sido normal en ningún momento. En medio de la celebración fui consciente.
Su relación con Rubiales
"De jugadora a presidente, como todas las compañeras, un trato normal y cordial".
Lo que pasó en el autobús
"Cuando estamos en el autobús me dicen 'la que se está liando con esto'. No podía haber imaginado que se estuviera hablando de esto y no de que habíamos sido campeonas del mundo. Personalmente Rubiales no se intentó poner en contacto conmigo, pero sí paró el autobús, se hizo un silencio mortal y desde alante me dicen que baje rápido".
"Yo ahí pregunto por qué. No cogí ni mi mochila. Bajé y me enseñaron un escrito, no dije ni una sola palabra de ese escrito. Me dijeron: 'Tenemos que poner esto porque se está liando mucho y tenemos que quitarle hierro al asunto'. Yo ahí dije: 'Por qué tenemos que hacer esto? Haced lo que queráis'".
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"No recuerdo bien ni qué ponía en el texto. Me lo enseñó Patricia Pérez, la jefa de prensa. Yo dije que no tenía por qué hacer esto, y luego dije: 'Haced lo que queráis'. Otra vez me estaba sintiendo obligada a hacer algo. Me sentí coaccionada. Pienso que ellos son también trabajadores y que tenían que hacer esto, él no vino a decirme que tenía que poner este comunicado, fueron otras personas. Él sabía que ya algo estaba mal, no tenía que decirme que le ayudara".
Lo que pasa en el avión
"Nosotras estábamos en business, ellos estaban delante de nosotras y estaban reunidos. Su jefe de prensa, su grupo de trabajo... Yo recuerdo que voy al baño y él está de pie hablando con alguien de ellos. Me dice: 'Jenni, puedes venir'. Me dijo: 'La que se está liando con el beso, me tienes que ayudar, tienes que salir en un vídeo conmigo ahora cuando paremos en Doha porque me llaman violador, acosador...'. Le dije: 'Luis, te lo he dicho que se iba a liar'".
"Yo me sentí muy incómoda, y esto es gravísimo porque me dijo: 'He hecho muchas cosas por el fútbol femenino, soy muy buena persona y creo que tú también eres buena persona y si ayudas a una buena persona...'. Yo ahí me estaba poniendo muy nerviosa y dije que no tenía que salir en el vídeo porque no había hecho nada. Él me dijo que tenía que hacerlo por sus dos hijas que estaban llorando en el avión, y me dijo que ahora mandaba a alguien que hablara con mi hermano".
Por qué no accede
"No me estaba sintiendo respetada y yo no busqué ese beso. Luego lo que estaba viviendo, él me estaba pidiendo que le ayudara a solucionar un acto que él provocó. Yo me sentía como víctima. No tenía que ayudar a nadie. Me sentí coaccionada. Yo en ningún momento me pude sentir bien, estaba en shock de una celebración".
"Una compañera mía me dijo que estuviera atenta porque Jorge Vilda estaba dando vueltas al avión para hablar con mi familia. Mi hermano estaba dormido y cuando él le vio despierto, se puso a hablar con mi hermano. Ahí mi compañera Misa me dijo que Jorge estaba hablando con mi familia, con mi hermano, mi prima y el novio de mi prima".
"Dijo que había sido muy importante en el Mundial, que había sido muy buena y merecía esto, les intentó convencer para que yo ayudara, para que me convencieran de que yo tenía que hablar".
"Mi hermano me dijo que les estaba dejando caer que si yo ayudaba, a mí me podía ir bien, que era lo que tenía que hacer".
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Lo que pasó en Ibiza
"Según llego a Ibiza con Rubén, el director de Marketing de la Federación, me pasa su teléfono y era Miguel García, el de Integridad de la Federación. Me dice que tengo que hacer un Zoom inmediatamente para decir la verdad, que el beso ha sido una tontería y ya está. Le digo que si estoy obligada a hacer eso y me dice que sí, que va dentro del protocolo de la RFEF".
"Le digo que lo siento, que no sé de qué me estás hablando, que tengo que consultarlo con mi agente. Le dije que le pasaba el contacto de mi agencia. Rubén seguía, le digo que cuando tenga batería en mi teléfono le llamaré. Le doy mi teléfono, me lo pone a cargar y a los 5 minutos viene Rubén para decirme si me daba el teléfono".
"A partir de ahí no sé nada más del tal Miguel. Yo luego enciendo el teléfono y otra vez Rubén me dice: '¿puedes hablar con Albert Luque?'. Yo tengo una relación buena con él y de confianza. Me dice si podemos hablar un momento. No le contesto. Rubén me dice que Albert está intentando hablar conmigo".
"El mensaje de Albert Luque se queda en el teléfono, nos fuimos a hacer una rúa por Ibiza y fuimos a un hotel a ver el atardecer. Rubén me insistía en hablar con Albert y le contesto. Le dijo: 'No vamos a hablar nada de esto, espero que lo entiendas'".
La amiga de Jenni
"Mi amiga Ana está conmigo en Ibiza. Yo en una hamaca ya veo a mi amiga que le llama Rubén. Ella va, hablaría con él, e insiste en que Albert quiere hablar conmigo y que hable con él. Digo que no, que me dejen disfrutar porque desde que salí de Sidney hasta Ibiza, ni ahí estuve tranquila".
"Luego ya viene el acoso a mi amiga. Era otro acoso total. Estuvo cuatro o cinco horas, que yo ya decía que cómo era posible. Ella estuvo hablando un montón de tiempo con Luque, me dijo que se iba a presentar en mi hotel y le dije que no viniera porque no iba a bajar. Luque llegó al hotel y mi amiga estuvo hablando con él abajo".
"Llegó un punto que hasta me enfadé con mi amiga. Era todo delante de mí. Le dije que ni me contara lo que habían hablado. La conversación entera no la sé, pero sí le dijo que intentara convencerme para hablar con él, estuvo como media hora hablando debajo del hotel con Luque".
Las bromas sobre el beso
"En ese momento, la mitad no había visto ni las imágenes. En el momento de la euforia, empezaron con la gracia aunque en ningún momento me sentí cómoda. Por mucho que yo intentara evadirme un poco para que no fuese algo más serio..."
"En el momento en el que estamos en el autobús yo estaba ya un poco más nerviosa. Eso que estaba dando la vuelta al mundo había sido conmigo. No me pude consentir ponerme a llorar en una esquina y romper en ese momento, era el momento de celebrarlo".
Se sintió desprotegida
"En ese momento mancharon mi imagen. Sentí que yo como jugadora y trabajadora de la Federación a mí nadie me protegía. Me pidieron que yo les ayudara a ellos, pero nadie me protegía a mí. Pensaba que nadie estaba dando la cara por mí".
Su calvario
"Lo que hemos tenido que vivir mi familia y yo... De no poder salir de casa, tener una cámara todo el día intentando grabarme, persiguiéndome, echándome fotos con mi madre, tomando algo... Voy por la calle pensando que cualquier me va grabando o me va a hacer algo. Creo que no me he merecido vivir esto y no haber podido disfrutar lo que he hecho".
"Sólo se ha hablado de lo que ha pasado en ese momento, pero me he tenido que ir de Madrid para no tener esa presión que estaba teniendo de gente que sólo quería hacerme daño. Sólo buscaban verme riendo, pero en ningún momento me iba a venir abajo. ¿Por qué tenía que estar en una habitación reprimida cuando yo no he hecho nada?".