El fuera de juego de Vinicius, la ley Wenger que lo cambiará y el riesgo de un fútbol más defensivo

La evolución del fútbol a través del uso de la tecnología no ha conseguido que la polémica desaparezca. Los organismos internacionales continúan en su incesante búsqueda de cambios que beneficien al espectáculo y hay uno que lo puede cambiar todo. Se trata del fuera de juego, el cual dejaría de entenderse como hasta ahora. El motivo: la denominada 'ley Wenger'.

Históricamente, el fuera de juego no ha sufrido cambios reseñables. La norma, en el reglamento de la International Football Association Board (IFAB), aparece así: "Se considera que un jugador está en posición de fuera de juego cuando su cabeza, tronco o pierna (pie incluido) se encuentran, total o parcialmente, más cerca de la línea de meta contraria que el balón y el penúltimo adversario". Durante casi 100 años ha sido así (se implementó en 1925) y todo el mundo lo entiende de tal modo.

Pero la introducción del VAR ha conllevado una precisión a la hora de señalar los fueras de juego en acciones de gol que no convence. No lo hace por su precisión milimétrica, ya que hay jugadas en las que a un jugador y a otro les separa un pelo y, por ende, no conlleva una ventaja apreciable para el atacante. El mejor ejemplo se dio este martes, con el gol anulado a Vinicius durante el Sporting de Braga - Real Madrid de Champions League. Cuando se mostró la reproducción 3D de la jugada, al espectador le fue casi imposible convencerse de que el brasileño estaba en posición ilegal.

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El gol de Vinicius fue anulado por la tecnología del fuera de juego semiautomático, que detecta que un jugador este milimétricamente adelante. La 'ley Wenger', llamada así porque su impulsor fue el conocido entrenador francés Arsène Wenger Wenger, quiere acabar con esos fueras de juego en los que la diferencia es mínima. La idea es que solo se piten si el atacante está totalmente adelantado al último defensor y no haya ninguna parte "con la que se pueda marcar gol" en línea.

Lo explicó Gianni Infantino, presidente de la FIFA el pasado verano: "Buscamos que el fútbol cada día sea más ofensivo. En 135 años de historia tan solo se ha modificado en dos ocasiones. Arsène Wenger nos ha presentado una posibilidad y es que no exista fuera de juego si el delantero está adelantado, pero una parte del cuerpo con la que se puede marcar gol está en línea con el defensa. De esta manera, tendríamos un fútbol mucho más ofensivo".

Gianni Infantino y Arsène Wenger fifa.com

La IFAB todavía no ha puesto en marcha la 'ley Wenger', pero sí empezará pronto a experimentar con ella en divisiones no profesionales -de categorías inferiores- en países como Suecia, Países Bajos o Italia. 

"Dudamos un poco al principio, pero después sentimos que estaba bien, que debíamos participar de esto. Especialmente después de hablarlo con estas categorías, que están expuestas al experimento. Es divertido estar involucrado en algo así desde el principio. La FIFA nos lo vendió bien. Confían mucho en nuestro fútbol y saben que tenemos una buena organización", expresó Per Widen, de la Federación de Suecia, hace poco menos de cuatro meses.

"Si esto lleva a un fútbol más atractivo como marca la visión de la FIFA... Creo que se debería beneficiar a los atacantes, todos quieren eso. Será bueno. Habrá más goles, será divertido verlo. Todos quieren eso. Es bueno intentar participar en esto, probar y desarrollar", añadía Jonas Eriksson, árbitro internacional.

El plan es que según comience el año 2024 empiecen estas pruebas, de tal modo que durante el año se pueda calibrar si se aplica o no la norma. Luego tendría que aprobarse definitivamente en la próxima asamblea de la IFAB, que se celebra en primavera, por lo que quizás se aplace hasta la siguiente un año más tarde.

¿Favorecería el 'Catenaccio'?

El fútbol internacional quiere asegurarse de que se toma el camino correcto con una medida de tal calado, ya que en cierta manera también genera dudas. Una consecuencia podría ser que los equipos empiecen a adoptar sistemas todavía más replegados, para así cubrirse ante delanteros que tendrían más fácil coger la espalda de los defensores rivales con la nueva norma.

El cambio en el fuera de juego pretende lograr el efecto opuesto, un fútbol más ofensivo y atractivo de ver, pero inconscientemente podría atraer a lo contrario si es la tendencia de los entrenadores. De ahí la necesidad de que el periodo de prueba, observación y reflexión sea el adecuado y que no por ir deprisa en cambiar la norma se fomente un fútbol más defensivo que siga alejando al espectador.