317 días después de terminar el polémico Mundial de fútbol celebrado en Qatar, todo quedó resuelto para volver a llevar la gran cita del deporte de nuevo a Oriente Medio. Será Arabia Saudí la que recoja el testigo del estado qatarí y con 2034, es decir, dentro de once años, como la fecha señalada.
Gianni Infantino lo hizo oficial. La FIFA anunció el pasado 4 de octubre que los interesados en albergar el Mundial de 2034 tendrían sólo hasta el día 31, este martes, para presentar sus candidaturas. El organismo internacional adelantó tres años la elección y dio únicamente 27 días para prepararse. El proyecto de Arabia Saudí fue el único en ofrecerse.
Hubo conversaciones para una candidatura conjunta de Indonesia y Malasia, pero ambos países dieron su respaldo a los saudíes hace dos semanas. Este mismo martes fue Australia, otra potencial aspirante, que confirmó que no se presentaría -seguramente a sabiendas de que era imposible vencer a Arabia- y, en cambio, sí aspirará a albergar el Mundial de Clubes de 2029.
Arabia Saudí será sede única del Mundial de 2034. No ha encontrado oposición entre el resto de países de las Confederaciones asiática (AFC) y la oceánica (OFC). Solo estos podían postularse para la cita señalada y aquí el quid de la cuestión: por qué la elección tenía que salir de estos continentes y no se incluyeron el resto.
La normativa impide a los países presentar su candidatura hasta que no pasen dos ediciones del Mundial sin pisar por su Confederación. La CONCACAF (que reúne Norteamérica, Centroamérica y el Caribe) estaba descartada porque Canadá, México y Estados Unidos organizan el de 2026 y la FIFA, de un plumazo, se quitó de en medio al resto de Confederaciones con la fórmula elegida para el Mundial de 2030.
El mismo 4 de octubre, FIFA también anunció la candidatura de Marruecos, Portugal y España como la única postulada, y por ende elegida, para 2030. Como ahora con Arabia Saudí. Además, tres partidos se jugarán en tres países sudamericanos (Argentina, Paraguay y Uruguay) para conmemorar el centenario del torneo.
Por primera vez, habrá un Mundial que se celebre en tres continentes diferentes y es por ello por lo que la Confederación europea (UEFA), la africana (CAF) y la sudamericana (CONMEBOL) tampoco entraron en la rotación para 2034. La cita solo podía ser en Asia u Oceanía y Arabia Saudí, en pleno proceso de lavar su imagen como país a partir de su inversión en el deporte -sportwashing-, impuso su influencia.
Minutos después de abrirse el proceso de licitación para el Mundial de 2034, Mohammed Bin Salman, príncipe heredero saudí, anunció que el Reino de Arabia presentaría su candidatura. Rápidamente, obtuvo también el apoyo de "toda la familia del fútbol asiático", mediante unas declaraciones del jeque Salman bin Ibrahim al Khalifa, de Baréin, presidente de la AFC.
Arabia Saudí tuvo en mente organizar el Mundial de 2030 junto a Grecia y Egipto, pero el pasado mes de junio se retiró de la carrera. Entonces comenzó a preparar su candidatura en solitario, la cual, con la jugada realizada por la FIFA con el torneo de dentro de siete años, ha acabado haciéndose con el premio.
Es la guinda del proyecto saudí. Poco a poco, el gigante de la península arábiga ha conquistado los grandes deportes: trastocó el golf profesional con la creación del circuito LIV, se hizo con un Gran Premio de Fórmula 1, tendrá otro de MotoGP en el futuro, ha albergado grandes veladas de boxeo, wrestling y, a partir de 2024, de la UFC y ha entrado en el tenis con la organización de las NextGen ATP Finals desde este año.
En el fútbol dio el primer golpe con el fichaje de Cristiano Ronaldo para su liga, siguiendo al portugués otras estrellas como Karim Benzema o Neymar durante el pasado verano. Además, compró el Newcastle inglés y organizará otros torneos como el próximo Mundial de Clubes o la Copa Asiática de 2027. Todo conducía hasta este momento, en el que el Mundial de Arabia Saudí ya es una realidad.
Otro Mundial en invierno
El Mundial de 2034 contará con 48 selecciones, es decir, será todavía más grande que Qatar 2022. Siendo en Arabia Saudí, donde el calor en verano es tan extremo como en su país vecino, hay que dar prácticamente por hecho que se volverá a jugar en invierno. La FIFA modificará de nuevo todo el calendario para dar encaje a su máxima competencia en otro país de Oriente Medio, siendo de esperar que duré más en comparación al único precedente de este tipo.
Arabia Saudí también tendrá que prepararse a nivel infraestructuras y ya se sabe las miles de vidas que se cobró la construcción de los estadios en Qatar. Vuelven también a debate los abusos contra los derechos humanos que los países del golfo Pérsico han cometido durante años y siguen cometiendo, con el consecuente rechazo de múltiples organizaciones.
Una de ellas es Human Rights Watch, que ya se pronunció en vistas de las facilidades que estaba dando el entre que preside Infantino a Arabia Saudí para poder organizar su Mundial. "La FIFA está incumpliendo su responsabilidad ante el mundo del fútbol de llevar a cabo los procedimientos de candidatura y selección del Mundial de una manera ética, transparente, objetiva e imparcial", dijo su directora de iniciativas globales Minky Worden.
"Apenas un año después de las catástrofes de derechos humanos del Mundial de Qatar 2022, la FIFA no ha aprendido la lección de que otorgar eventos multimillonarios sin la debida diligencia y transparencia puede correr el riesgo de corrupción y abusos importantes de los derechos humanos", explicaba en la nota publicada por la ONG.
"Un Mundial en Arabia Saudí expone los compromisos de la FIFA con los derechos humanos como una farsa"
Worden cuestionó el plazo "irrazonablemente ajustado" que dio la FIFA para presentar las candidaturas (menos de un mes). "Que se pueda conceder a Arabia Saudí el Mundial de 2034 expone los compromisos de la FIFA con los derechos humanos como una farsa", denunció.
Human Rights Watch recordó las muertes en Qatar, sin indemnización para los familiares, y apuntó que "con los 13,4 millones de trabajadores migrantes estimados en Arabia Saudí, unas protecciones laborales y térmicas inadecuadas y sin sindicatos, sin observadores independientes de derechos humanos y sin libertad de prensa, hay muchas razones para temer por las vidas de quienes construirían y darían servicio a estadios, carreteras, hoteles y otras infraestructuras en Arabia Saudí".
Son varias las preocupaciones en torno al país que más petróleo exporta del mundo. Desde la criminalización de la homosexualidad hasta los abusos contra los derechos de las mujeres, aunque ahora señalen sus avances en sectores como el fútbol femenino.
Eventos como el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi, los ataques en Yemen y las aplicaciones de la pena de muerte a presos alertan sobre las políticas del país.
"Si queremos que haya integridad en lo que queda de este proceso, la FIFA debe retrasarlo inmediatamente, hacer públicas sus políticas laborales, de derechos humanos y medioambientales, y luego asegurarse de que se apliquen plenamente las protecciones afuera", reclamó Worden. A la vista está que sus plegarias no fueron escuchadas y todo con la resolución la celebración, dentro de once años, del segundo Mundial de los petrodólares.