Cinco años a la más pura sombra, por mucho que sea en el Real Madrid, amargan a cualquiera y se pueden llevar por delante cualquier carrera por prometedora que sea. El caso de Mariano Díaz es uno de esos que cuesta explicar en el mundo del fútbol porque siendo un jugador con potencial se empeñó en seguir asumiendo no ya un papel de suplente, sino prácticamente de jugar inexistente, y ahora sigue pagando las consecuencias.
El delantero abandonó el pasado verano el Real Madrid después de que finalizara su contrato y recaló en el Sevilla. Se podía haber ido mucho antes, pero el ariete se empeñó en cumplir su vinculación contractual en el Santiago Bernabéu pese a que durante años tuvo varias opciones de salir.
No contó jamás, sin embargo, con la confianza de ninguno de los entrenadores que pasaron por el banquillo, y su presencia en el terreno de juego se redujo a participaciones puramente testimoniales con el paso del tiempo. Mariano se convirtió en una especie de 'exfutbolista' por mucho que estuviera en activo, y eso que su campaña en el Olympique de Lyon en la 2017/2018 fue de lo más ilusionante.
Tras tanto tiempo de inactividad, no tenía sencillo encontrar un nuevo acomodo en el momento de salir del Real Madrid, pero el Sevilla apostó por él casi en un acto de fe, como queriendo recuperar la versión del hispanodominicano que se vio en Francia. Media temporada después de su fichaje, está claro que la operación fue un puro desastre, otra mancha más en el currículum del jugador.
Una nueva etapa
Mariano tuvo que salir de su zona de confort al ver cómo su contrato expiraba y encontró acomodo en el Sánchez Pizjuán. Allí se juntaron el hambre y las ganas de comer, con un jugador fuera del nivel competitivo desde hace tiempo y un equipo en crisis, con cambios constantes de entrenador y en depresión.
El 2 de septiembre se convirtió oficialmente en futbolista hispalense, aunque no debutó hasta el día 20 de ese mes, cuando pudo disfrutar de unos minutos en el partido de Champions League ante el Lens. Directamente a la competición de clubes más importante del mundo.
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No iba a ser sin embargo un camino sencillo el del delantero, que enseguida volvió a su calvario de lesiones para perderse dos jornadas de La Liga antes de volver a pisar el terreno de juego, esta vez ante el Barcelona. Apenas un cuarto de hora en el que no pudo evitar la derrota de su equipo.
Esas fueron las dos únicas oportunidades de las que disfrutó con Mendilibar, mientras que en los primeros compases de la llegada de Diego Alonso llegó a ser incluso dos veces titular, una ante el Cádiz y la otra ante el Celta.
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Mariano, sin embargo, jamás vio puerta y su rendimiento quedó claro que estaba muy lejos de ser el óptimo. Por eso, volvió a desaparecer antes de caer lesionado una vez más. Una tendinopatía en la rodilla izquierda le tiene apartado de la actividad desde hace casi un mes, así que el delantero ha vuelto a convertirse en una sombra.
Poco más de 200 minutos repartidos en apenas 7 partidos en la primera mitad de la temporada son los números que puede añadir a su trayectoria Mariano Díaz. Eso, además, sin ver puerta, amén de unas cuantas lesiones.