7-0. No es el resultado de un partido desigualado del fútbol base, tampoco el de un encuentro de las primeras rondas de la Copa del Rey entre un equipo de Champions y otro de categoría no profesional. Ese fue el marcador que dejó la final de la Supercopa de España femenina en el enfrentamiento entre el Fútbol Club Barcelona y el Levante UD.
Siete goles parece una diferencia inaceptable para tratarse de la final de un torneo en el que, en teoría, se juntan los mejores equipos del país. No hubo torneo, no hubo ni mucho menos final porque la superioridad que sigue manifestando el Barça sobre el resto de sus competidores es abrumadora.
El debate ha vuelto a saltar al primer plano del fútbol femenino. ¿Es bueno que haya un equipo tan destacado que en condiciones normales ganará absolutamente todos los títulos en España? El Barça va camino del póquer de títulos porque el primero ya lo tiene en el bolsillo, la Liga la tiene encarrilada, es el gran favorito para la Copa de la Reina y da la impresión de que tan sólo tendrá que emplearse a fondo en la Champions.
[El Barcelona le endosa una enorme goleada al Levante y se proclama campeón de la Supercopa femenina]
Es indiscutible el dominio que ejerce el Barcelona sobre el resto de clubes del panorama nacional, incluido el Real Madrid, que tiene mucha menos tradición y trayectoria, eso sí. Sin embargo, saber casi de antemano qué es lo que va a pasar en cada competición y presenciar partidos sin apenas emoción va en contra del espectáculo y la pasión que los espectadores esperan vivir cuando ven un deporte de competición.
Sin rivales
El amplio 7-0 que le endosó el Barça al Levante en la final de la Copa es simplemente el reflejo de la realidad. El equipo culé es infinitamente superior al resto de sus contrincantes en España y eso provoca una desigualdad que se traduce en el terreno de juego.
La plantilla, los recursos, la infraestructura... Nada tiene que ver la sección femenina del Fútbol Club Barcelona con cualquiera de los otros grandes aspirantes a los títulos como el Atlético de Madrid, el Real Madrid o el Levante UD. Por eso, las azulgranas son las grandes favoritas una vez a llevarse todos los títulos de la temporada a nivel nacional.
La victoria en la Liga-F la tienen encaminada. Los números no mienten y la clasificación refleja la cruda realidad del fútbol femenino español. Cuando todavía no se ha completado ni siquiera la primera vuelta, el Barça cuenta con 9 puntos de ventaja sobre sus más inmediatos perseguidores, una renta que amenaza con ir a más según sigan avanzando las jornadas.
El Barcelona cuenta por victorias las 13 jornadas disputadas y son el único equipo que no sabe lo que es perder. Con 59 goles, las culés son de largo el equipo más goleador de la categoría y sus apenas 3 goles encajados les convierten por supuesto en la escuadra menos goleada. No hay color.
El Barça ha ganado 8 de las últimas 12 Ligas, o lo que es más esclarecedor, acumula cuatro títulos consecutivos desde la temporada 2019/2020 y va camino de firmar la quinta seguida. El dominio es apabullante, pero también en otras competiciones.
Tras su victoria en la Supercopa de España donde han ganado cuatro de las últimas cinco ediciones, en la Copa de la Reina las de Giráldez marchan camino de un nuevo éxito. Superaron los octavos de final ganando por 0-6 al Albacete Fundación en otra muestra de superioridad y ahora esperan al Sevilla en los cuartos de final.
En este torneo, el Barça es el claro dominador con 9 títulos. No en vano, ha ganado cinco de los últimos siete entorchados en juego y ahora quiere recuperar el trono. A las culés se les escapó la Copa de la temporada pasada por culpa de una alineación indebida, así que si no se hubiera producido este error la cosa podría haber sido muy diferente.
El único lugar en el que las catalanas encuentran más resistencia es en Europa. La Champions es una competición muy distinta que entraña más dificultades, pero el Barça sueña con cerrar un póquer histórico de títulos en esta temporada y de hecho ya está en los cruces después de superar la fase de grupos.
Las consecuencias
Este dominio absoluto pone en tela de juicio la calidad de las competiciones nacionales y al propio fútbol femenino. Que haya una superioridad tan aplastante no parece demasiado saludable para ningún campeonato, aunque desde luego que cada triunfo es más que merecido para el Fútbol Club Barcelona.
Se antoja prácticamente imposible que a las de Giráldez se les escape una Liga con tantas jornadas por delante, pero es que en los torneos que se disputan en modo eliminatorias las culés tampoco dejan lugar a la sorpresa.
La manera de someter al resto de equipos no es algo nuevo en el deporte. De hecho, se puede comparar por ejemplo a lo que durante años ha hecho también el Barcelona en el balonmano masculino.
Sin embargo, un dominio tan sonrojante se puede tornar en contra del propio fútbol femenino. El lugar a las sorpresas se ha visto prácticamente eliminado y el espectáculo en cuanto a emoción y tensión de los partidos decrece cada vez que el Barça muestra una superioridad tan exagerada.
6-0, 7-0, 8-0, 9-1... Son una muestra de algunos de los resultados conseguidos por el Barça esta temporada, partidos que a los pocos instantes ya estaban decididos y que contaron con muchos 'minutos de la basura'.
Parece claro que el fútbol femenino, si quiere ganar en competitividad y por ende en espectáculo, debe experimentar una gran reforma. Corre el serio peligro de espantar a los aficionados con partidos insulsos y competiciones ya casi decididas de antemano. Mientras tanto, el Barça seguirá buscando batir todos los registros.