El fútbol es conocido en todo el mundo como el deporte rey por ser el más seguido y practicado. Sin embargo, en ocasiones, tiene que soportar como algunos episodios se convierten en casos de vergüenza nacional. Es lo que ha sucedido recientemente en Meicende, una aldea perteneciente al municipio de Arteijo, en la provincia de La Coruña.
El suceso en cuestión que ha conmocionado al mundo del fútbol, especialmente de aquellos que lo practican de forma amateur, se ha producido en un encuentro de balompié aficionado entre dos equipos que han terminado de la peor manera posible. Empujones, puñetazos salvajes, patadas a la cabeza y todo tipo de acometidas que han dejado una situación dantesca y algún herido de consideración.
Todo nace por una trifulca entre dos jugadores. Un individuo persigue a otro hasta que consigue que este caiga al suelo tras lanzarle varios puñetazos. Y a partir de ahí, los jugadores de ambos equipos se abalanzan sobre sus objetivos. Así se inició una pelea que terminó con persecuciones y con consecuencias importantes.
La pelea de la vergüenza
Nos situamos en la aldea de Meicende, una pequeña localidad de menos de 4.000 habitantes que se sitúa en la frontera entre los municipios de Arteijo y La Coruña. De hecho, se encuentra a seis kilómetros del centro urbano de la capital coruñesa y a siete de Arteijo.
Esta zona es conocida por sus altos niveles de conflictividad y es que los propios vecinos de Arteijo llevan meses exigiendo la presencia de mayor número de efectivos de la Guardia Civil ante la crecida de los registros de criminalidad, provocados sobre todo por los robos y los trapicheos.
Sin embargo, el último altercado por el que ha sido protagonista este pequeño municipio ha sido por una brutal pelea que se ha producido en un partido de fútbol amateur. En concreto, se enfrentaban los veteranos del Campanal de Loureda y los del Silva. Un pique entre dos jugadores da pie al desastre.
El partido, que finalizó con un resultado de 5-3, correspondía a la jornada 18 del grupo 1 de la Tercera Gallega de La Coruña de veteranos. Nada más llegar el quinto gol, el árbitro aprovechó para decretar el final del encuentro. Fue en ese momento cuando se inició la brutal pelea, tal y como informa La Voz de Galicia, por culpa de una bofetada.
Al parecer, un jugador del Silva golpeó en la cara a un jugador del equipo local. Acto seguido, este respondió cometiendo dos agresiones más. La segunda de ellas, especialmente grave, ya que es una patada cuando el jugador rival se encontraba en el suelo. El impacto brutal llegó a la cabeza.
Por su parte, el Silva denuncia que el jugador de su equipo agredido en primer lugar recibió un puñetazo que le fracturó la mandíbula y que tendrá que ser operado. Además, hubo otro jugador que terminó con lesiones considerables, al recibir un golpe en el cuello por el que tendrá que usar collarín durante un largo periodo de tiempo.
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Después de esas primeras agresiones, los dos equipos se enfrascaron en una batalla brutal donde uno de los dos implicados iniciales no paró de intentar golpear a los jugadores rivales, lanzando puñetazos y patadas a diestro y siniestro. Mientras sus compañeros intentaban separarle, este no paraba de buscar confrontación, encontrándola con algunos rivales.
Especialmente con el cancerbero del equipo contrario, que salió corriendo desde su portería para golpearle con una espectacular patada voladora que, por suerte, no llegó a impactarle de lleno. Y cuando este parecía ser el último momento de bronca, otro jugador llegó para golpear de nuevo al agresor inicial, quien recibió un contundente puñetazo en la cara. En ese momento, se inició una gran persecución hasta conformar otro conato de pelea.
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Las imágenes no continúan más allá de ese momento, pero la bronca tardó en sofocarse. Ahora, ambos clubes siguen intentando esclarecer los hechos y ya han comunicado que abrirán expediente a los jugadores implicados mientras intentan repartir culpas y responsabilidades.