El fútbol femenino español sigue escribiendo su historia en el deporte rey con letras de oro. Después de conquistar el mundo el pasado verano en Australia y Nueva Zelanda, la selección española quiere seguir agrandando su leyenda. En el horizonte, un nuevo título (Nations League) y los Juegos Olímpicos de París 2024.
España es, sin duda, la mayor potencia mundial en el fútbol femenino. No hay quien les tosa y día tras día dan exhibiciones. Lo que ocurrió el pasado verano con la consecución de la Copa del Mundo no es más que el principio de una dinastía que quieren implantar las chicas de Montse Tomé.
Por primera vez en su historia, el fútbol femenino español participará en unos Juegos Olímpicos. Algo inpensable hace unos años y que ahora se afronta como un reto apasionante. Porque España no viajará a París a cumplir con el expediente. España irá a la capital gala con la intención de volver a coronarse como la mejor selección de fútbol del planeta.
No es para menos, en sus filas cuenta con muchas de las mejores jugadoras del panorama. Las dos últimas ganadoras del Balón de Oro respiran fútbol español y Montse Tomé ha logrado continuar con el juego armónico que consiguió Vilda en el último Mundial. A este nivel, España es casi imbatible.
Una exhibición
La selección española dio una auténtica exhibición frente a Países Bajos en la semifinal de la Women's Nations League. Pasó por encima de un combinado neerlandés al que en el pasado Mundial solo pudo superar en la prórroga.
La primera parte de la selección española fue un monólogo absoluto. Una exhibición de buen fútbol, desde el trato de balón hasta la gran presión a su rival. Tardó en llegar el gol, pero las de Montse Tomé pudieron certificar sus sobresalientes primeros cuarenta y cinco minutos con dos goles al filo del descanso.
Quien abrió la lata fue Jenni Hermoso. La futbolista madrileña recibió en la frontal y se adentró en el área con un solo toque. Ahí, con dos grandes cambios de pies, se deshizo de dos defensoras y definió a la perfección con un disparo cruzado con la pierna izquierda. El gol llegaba en un momento muy delicado, a los 40 minutos de juego.
Sin apenas tiempo para la reacción de las neerlandesas, Aitana Bonmatí puso el segundo de la noche en La Cartuja. Mariona Caldentey recogió el esférico en el perfil izquierdo, retó a su par y puso un centro medido al punto de penalti. Allí apareció la actual Balón de Oro para rematar de primeras y poner el segundo.
Ona Batlle cerró la fiesta de España en Sevilla. La lateral catalana apareció de pronto en el punto de penalti y remató a la red una jugada embarullada llena de rebotes. Fue la puntilla y el tanto que dinamitó por completo cualquier atisbo de remontada de la selección de los tulipanes.
Una nueva final
La victoria frente a Países Bajos no supuso únicamente el billete para los Juegos Olímpicos de París. También sirvió para volver a una final más. Parece algo normal, pero esta es la segunda vez en la historia que la selección española peleará por un título.
Las de Montse Tomé tendrán que batir a Francia para seguir aumentando su palmarés. El conjunto galo venció a Alemania en la otra semifinal y se verá las caras con la campeona del Mundo el próximo miércoles 28 de febrero.
El combinado galo realizó un buen Mundial el pasado verano, pero se quedó a las puertas de las semifinales tras sucumbir ante Australia en la fatídica tanda de penaltis. No cabe duda que serán un hueso muy duro de roer para España, pero las de Montse Tomé se postulan como favoritas para alzarse con el título.