La selección española de fútbol femenino está ahora mismo en los altares de este deporte. Hace seis meses y ocho días que el combinado nacional se hizo con el Mundial en Australia tras derrotar a Inglaterra en la final, y medio año después ha demostrado que sigue en la cresta de la ola pese a todo el ruido exterior que ha habido en los últimos tiempos. [Así vivimos la victoria de España ante Francia]

España se proclamó campeona de la Nations League después de derrotar de manera clara y contundente (2-0) a una Francia a la que sometió durante los 90 minutos. No hubo demasiada historia, tan sólo existió un equipo sobre el terreno de juego y Cata Coll, la guardameta española, fue poco menos que una espectadora de lujo sobre el terreno de juego.

La Selección demostró tener equipo, jugadoras y una confianza ciega en lo que hace ahora mismo. Por fútbol parece imbatible, entre otras cosas porque cuenta con la mejor futbolista del mundo, pero por fe todavía parece más complicado derrotar al combinado de Montse Tomé. 

Aitana Bonmatí celebra el primer gol del partido ante Francia. REUTERS

Esta Liga de Naciones viene a confirmar que España es la mejor selección en la actualidad y que no ha dejado de crecer desde que levantara la Copa del Mundo el pasado verano. El dominio que ejerce sobre el fútbol global es ahora mismo insultante, y la pregunta es dónde están los límites de este equipo.

Un monólogo

La primera mitad tuvo tan sólo un equipo. Bien fuera porque la distancia real entre ambas selecciones es abismal, bien porque a Francia le pudiera la presión ambiental, lo cierto es que las galas no dieron síntomas de vida en todo el primer acto. 

España sometió, maduró y remató a un rival completamente a su merced durante 90 minutos. Las de Montse Tomé aprovecharon el factor cancha para salir a por todas, sabiendo que imprime respeto en el resto de selecciones por su condiciona de campeona del mundo, y barrieron a las galas sobre el terreno de juego.

Sin Alexia Putellas en el once pero sí en el banquillo, apenas tardó ocho minutos la Selección en dar el primer aviso serio del encuentro. Fue por medio de Salma Paralluelo, de lo mejor de la primera mitad, con disparo que taponó la defensa francesa para mandar a córner. 

España se hizo con el balón y pudo sacar a relucir su calidad cuando combinan jugadoras como Jenni Hermoso, Aitana Bonmatí o Mariona Caldentey. En el ecuador de esta primera mitad fue de nuevo Paralluelo la que rozó el gol con un lanzamiento que atrapó con seguridad Peiraud-Magnin, pero desde luego parecía tan sólo cuestión de tiempo que el gol terminara llegando para España. 

Hubo que esperar a la media hora de sometimiento y agobio para ver a la Selección por delante. De nuevo en una final tenía que ser Olga Carmona la protagonista. En esta ocasión no como goleadora, sino como asistente, porque apuró la línea de fondo y puso un centro atrás para la llegada en área pequeña de Bonmatí que, libre de marca, empujó a la red. 

Aitana Bonmatí, felicitada por sus compañeras. REUTERS

El gol de la Balón de Oro destapó más todavía las vergüenzas y las carencias de una Francia que estaba siendo un auténtico juguete en manos de España. Con ese 1-0, un resultado seguramente corto, se llegó al tiempo de descanso.

Más de España

La segunda mitad amagó en su inicio con un giro de guion. Francia necesitaba un lavado de imagen de arriba a abajo y pareció saltar al césped dispuesta a realizarlo. Un acercamiento originado por la banda derecha por Diani y que no encontró rematadora hizo soñar a las francesas con una reacción, pero enseguida España se encargó de apagar el fuego. 

Una buena combinación de las de Montse Tomé propició la subida de Ona Batlle por la banda derecha. La lateral levantó la cabeza, puso un centro raso y encontró la línea de pase con Mariona Caldentey, que ya esperaba preparada dentro del área. La jugadora del Barça, con un sutil disparo con su pierna derecha, batió de nuevo a la portera francesa para matar la final.

Porque ahí murió el partido. Quedaba todavía más de media hora por delante pero lo de Francia fue un quiero y no puedo. Las de Hervé Renard fueron incapaces ni siquiera de dar un pequeño susto a España, de demostrar que estaban en el partido y que no iban a dar su brazo a torcer tan pronto.

Cualquier esfuerzo de las galas fue inútil y si hubo algo que estuviera más cerca en el tramo final fue el tercero de España que el primero de Francia. El término del encuentro llegó entre nuevo récord de asistencia (32.657 espectadores en La Cartuja) y aplausos a Olga Carmona y Jenni Hermoso.

La fiesta se desató al término del encuentro y España festejó su segundo título y que sigue siendo la mejor selección del mundo en este momento.

España 2 - 0 Francia

España: Cata Coll; Ona Battle, Irene Paredes, Laia Codina, Olga Carmona (Oihane, m.68); Aitana Bonmatí, Laia Aleixandri, Jenni Hermoso (Vicky López, m.85); Athenea (Eva Navarro, m.72), Salma Paralluelo, Mariona.



Francia: Peyraud-Magnin; De Almeida, Lakrar, Mbock, Karchaoui; Henry (Dali, m.58), Geyoro; Diani (Dufour, m.76), Le Sommer, Bacha (Majri, m.76); Katoto (Cascarino, m.58).



Goles: 1-0, M.32: Aitana Bonmatí. 2-0, M.53: Mariona.



Árbitra: Tess Olofsson (Suecia). Amonestó a la española Ona Batlle (m.56) y a la francesa Diani (m.66).



Incidencias: Final de la primera edición de la Liga de Naciones Femenina, disputada en el estadio de La Cartuja, en Sevilla, ante 32.657 espectadores.