"Es el partido más importante del año". Así definió Xavi Hernández el duelo de su equipo frente al Nápoles de la vuelta de octavos de Champions. Y es que el Barça ha hecho un "all-in" para salvar su temporada en la competición más difícil de todas. Un torneo que se le atraganta desde 2015 y en el que no pisa los cuartos de final desde hace cuatro años.
Montjuic acoge este martes 12 de marzo un duelo de alta enjundia. Y la misión para el cuadro azulgrana no es nada fácil. Las bajas, la dinámica del rival, el resultado engañoso... Existen muchos factores que hacen imposible adivinar lo que puede suceder en el Barça - Nápoles.
El Barcelona está poco a poco enderezando el rumbo, pero dos percances de última hora han hecho saltar las alarmas en el equipo culé. Dos de sus máximos pilares, Pedri y De Jong, se perderán el partido de vuelta, lo que supone un duro varapalo para Xavi que tendrá que hacer encaje de bolillos para formar su once.
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Sin ellos, Xavi deberá retocar el centro del campo. No hay dudas de que Christensen actuará de pivote y que Gündogan será titular, pero queda un hueco libre en la medular. Lo lógico sería ver a Fermín López, pero el técnico del Barça podría optar por un cambio de sistema y jugar con tres centrales.
'La Masía', al rescate
Quienes sí parece que estarán en el once son Lamine Yamal y Pau Cubarsí. En una temporada complicada para el Barça, la irrupción de estos dos adolescentes ha sido clave para que lleguen los resultados, especialmente en las últimas semanas.
Lamine y Cubarsí han vuelto a colocar en primer plano a 'La Masía'. Cada uno con un camino y circunstancias diferentes, pero con el mismo resultado: ser importantes en un equipo que atraviesa un momento delicado.
Lamine es el extremo vertiginoso, el verdadero crack de la cantera azulgrana. Un adolescente con un desparpajo y un fútbol fuera de lo común y que no para de impresionar a propios y extraños. En las últimas semanas ha dado un claro paso adelante y frente al Mallorca fue decisivo con un golazo que permitió a los suyos seguir en la pelea por el título.
Pau Cubarsí ha tardado algo más en aparecer, pero lo ha hecho con firmeza. Comenzó a entrar en la dinámica del equipo ante la cantidad de lesiones en la retaguardia culé y poco a poco se ha hecho con un hueco. Ahora mismo ya no es la última opción de Xavi en el centro de la zaga. Y solo tiene 17 años y mucho futuro por delante.
Un equipo al alza
El Barça afronta el partido de vuelta con un resultado a priori favorable ya que empató fuera de casa y no tendrá que remontar. Un 1-1 que sobre el papel es bueno, pero que visto lo visto sobre el terreno de juego del Diego Armando Maradona podría haber sido mucho mejor. Los azulgrana fueron superiores, pero su falta de eficacia arriba les acabó condenando.
Ahora no tienen margen de error y tienen que ganar el partido si no quieren verse abocados a disputar la prórroga o la tanda de penaltis. Lo malo es que se miden a un Nápoles que llega a la cita mucho mejor que hace tres semanas. Calzona ha podido trabajar con sus hombres y el cuadro napolitano está empezando a encontrarse sobre el verde, algo que no había ocurrido en toda la temporada.
El Nápoles ha jugado cuatro partidos desde que firmara las tablas contra el Barça y el balance es de dos victorias, una de ellas por 6-1 y otra frente a la Juventus, y dos empates. No conocen la derrota.
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Sin duda, una de las razones de esta mejoría ha sido el resurgimiento de sus dos máximas estrellas: Khvicha Kvaratskhelia y Victor Osimhen. Ambos han subido sus prestaciones en las últimas semanas y parece que llegan en forma a la cita. El extremo georgiano ha anotado cuatro goles y ha repartido una asistencia en los últimos cuatro partidos, mientras que el delantero nigeriano ha logrado también cuatro goles.
Por ellos pasarán prácticamente todas las opciones de los napolitanos para alcanzar los cuartos de final de la Champions. Kvaratskhelia no estuvo nada fino en la ida y a Osimhen, a pesar de marcar un gol, se le vio algo falto de ritmo. Si están finos en Montjuic y el Barça no es capaz de frenarlos peligra mucho la eliminatoria para los culés.
Pero los jugadores no estarán solos. Y es que se prevé una marea azul en la Ciudad Condal. Los aficionados del Nápoles ya han comenzado a llegar a Barcelona y se espera que acaben siendo 2.600 hinchas. La UEFA, como es habitual en estos casos, ha declarado el partido de alto riesgo y habrá un dispositivo especial de seguridad.