Los aficionados del Barça acudieron al llamamiento de Xavi Hernández de convertir Montjuic en una "una olla a presión" y completaron la mejor entrada de la temporada. En total, más de 50.301 hinchas culés llenaron las gradas del Lluís Companys en el encuentro de Champions frente al Nápoles.
Por primera vez desde que el Barcelona abandonó el Camp Nou por culpa de las obras en su estadio, Montjuic vivió su primera gran noche. La afición se volcó con su equipo y quiso estar presente en un partido de Champions, una competición que tanto se le ha atragantando al conjunto catalán en los últimos tiempos.
El lunes todavía había varias entradas disponibles en la zona lateral, y esta mañana quedaban unas pocas en la parte de visibilidad reducida que finalmente se han terminado vendiendo.
De esta manera, se ha superado con creces la que hasta el momento era la mejor entrada del feudo barcelonista en la Champions League que tuvo lugar contra el Oporto en la fase de grupos (43.533 espectadores). En Liga, el encuentro ante el Real Madrid contó con una asistencia de 50.112 aficionados y la siguiente mejor entrada llegó contra el Villarreal (46.229).
Aroma de día grande
Todo el barcelonismo era consciente de que el del Nápoles era un encuentro de enjundia. Un día grande que tanto llevaban sin vivir y que quisieron saborear desde horas antes del encuentro.
Cientos de aficionados se congregaron en los aledaños de Montjuic para recibir al autobús de su equipo en la llegada al estadio. Escoltado por la policía, el autocar azulgrana ingresó a su feudo inmerso en un humo teñido de rojo provocado por las bengalas de los hinchas.
Cantando al unísono, los seguidores del Barça animaron a sus jugadores en un día de vital importancia para todo el club. Sin duda, el partido más importante de la temporada para los hombres de Xavi.