La Superliga emprenderá acciones legales contra LaLiga, Javier Tebas, FIFA y UEFA por las trabas constantes que ha sufrido su proyecto. Así lo confirmó Fernando Giménez, el abogado de A22, durante la vista oral del juicio que tuvo lugar durante este jueves en el Juzgado número 17 de lo Mercantil de Madrid.
El juicio quedó visto para sentencia después de nueve horas de vista oral en las que las partes expusieron sus posturas y sus argumentos. Las declaraciones más tajantes llegaron por parte de la Superliga con ese anuncio de que tomará medidas contra aquellos que han intentado, a su juicio, torpedear su proyecto desde el inicio, es decir, Javier Tebas, LaLiga, UEFA y FIFA.
Desde la Superliga comentaron haber sufrido una "campaña de hostigamiento y denigración que han desarrollado durante los últimos tiempos contra el proyecto de una nueva competición europea".
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"Hemos sufrido perjuicios incuantificables durante estos tres años por no haber podido ejercer actividad económica al habérsenos cerrado la entrada a un mercado en el que el TJUE ha declarado que debe existir competencia", aseveró Fernando Giménez, el letrado de A22, la compañía impulsora de la Superliga.
"Mi mandante es la víctima. Con ese impedimento durante estos tres años, los daños y perjuicios sufridos son incuantificables. La UEFA lleva intentando matar la Superliga tres años, y con ello matar este procedimiento. La muerte del competidor como defensa del monopolista", dijo el abogado de A22, Fernando Giménez, quien aseguró que "el proyecto pervive y sigue intentando entrar en el mercado".
Así, la Superliga irá de frente contra la UEFA, la FIFA, LaLiga y particularmente también contra Javier Tebas. Aseveran desde la Superliga que han sufrido una campaña mediática por parte de la patronal y que además su presidente "calificó al consejero delegado de la Superliga como borracho".
La confrontación
En esta vista oral celebrada en el Juzgado número 17 de lo Mercantil de Madrid la UEFA aseveró que la lectura de la sentencia del TJUE, que aseveró que había una posición de abuso de poder por parte de UEFA y FIFA, era sesgada. También pidió a la jueza Sofía Gil que desestime íntegramente la demanda en su contra por los promotores de la Superliga, como hicieron LaLiga y la Federación Española de Fútbol (RFEF), personadas en la causa.
"Los demandantes han jugado a la confusión, con un proyecto que se definió eufemísticamente como semiabierto, que colapsó, y han querido reconvertirlo en una suerte de carácter general de las características de la normativa a cualquier competición europea que podía ser solicitada", comentó el letrado José Antonio Rodríguez.
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"Ni UEFA, ni FIFA se atribuyen o han pretendido atribuirse los derechos audiovisuales de competiciones organizadas por terceros. Si el objeto se limita a una cesión forzosa pretendida que en realidad no existe es claro que no tiene ningún objeto la denuncia de una conducta anticompetitiva", agregó.
Por su parte, LaLiga trató de dar por terminado el procedimiento al afirmar que ahora no subsiste el interés que tenía en 2021 la European Superleague Company (ESLC). Aseveró que "el proyecto se ha abandonado" y el nuevo proyecto lo está impulsando A22 Sports Managment.
"Está acreditado y es obvio que la única causa del fracaso fue el rechazo generalizado en todos los sectores del fútbol y en las instituciones", aseveró José Marcelino Pajares, el abogado de LaLiga.
"Las reacciones de los gobiernos, de los jugadores, de los clubes y de las instituciones europeas no respondían a un propósito anticompetitivo favorable a la UEFA y perseguidor de la Superliga, una competición diseñada opacamente, frontalmente contraria a los principios del modelo europeo del deporte, cerrada prácticamente en su totalidad en 2021", dijo Tomás González Cueto, el abogado de la RFEF.