El brasileño Vinicius Junior rompió a llorar en la rueda de prensa previa al partido amistoso del martes entre España y Brasil, al ser preguntado por el racismo que ha sufrido en algunos campos de España y que, dijo, le hace tener "cada vez menos ganas de jugar".
Unas durísimas palabras de la estrella de la selección brasileña y del Real Madrid que reflejan los difíciles momentos a los que se enfrenta. También señaló que tiene muchas cosas que mejorar, pero no se va a rendir en su lucha por eliminar el racismo dentro de los campos de fútbol.
"Entiendo que se hable de lo que se habla, sobre lo que hago en los partidos, porque tengo muchas cosas que mejorar, pero llevo estudiando mucho tiempo el tema del racismo y cada vez tengo menos ganas de jugar", recalcó Vinicius en rueda de prensa, dejando claro la crudeza de la situación por la que pasa.
El futbolista quiso explicar que, a pesar del mal trago, todavía hay elementos que le hacen seguir junto al fútbol. Su familia se ha convertido en un pilar fundamental para él en estos momentos y el jugador ha indicado que también continúa visibilizando su lucha gracias a esa gente que le apoya, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.
"Saco las fuerzas de mi familia y de la gente que me dice que siga luchando y defendiendo aquello en lo que creo. Quiero seguir luchando por todas las personas que lo necesitan", añadió. Por otro lado, Vinicius aseguró que lo que más le frustra es la falta de castigo por parte de las autoridades.
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"La falta de castigo es lo que más me frustra, que todas esas personas se vayan sin que pase nada después de lo que hace nada. En Barcelona se archivó un caso y me gustaría que no sucediera para que la gente deje de decir lo que dicen. Para que los niños no digan esas cosas, porque es verdad que yo cuando era niño no sabía lo que era el racismo", aseveró.
Descarta que España sea racista
Vinicius, durante su intervención, fue preguntado sobre si España era un país racista. El futbolista lo negó, pero indicó que hay muchas personas que sí lo son. Insistió también en que ese sentimiento está empezando a crecer y expresó que su deseo es ir a los campos de fútbol sin pensar en lo que pueda pasar.
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"Estoy seguro que España no es un país racista, pero hay muchos racistas y muchos de ellos están en los estadios. Hay que cambiar porque muchos de ellos no saben lo que es racismo. Con 23 años tengo que enseñar a muchos españoles lo que es racismo y lo que me molesta y que mi familia se queda muy triste en casa cuando pasa", recalcó.
"Estoy de acuerdo con Baptista, que el racismo está subiendo. Ellos me insultan sobre el color de mi piel para hacerme jugar mal, pueden decirme otras muchas cosas y yo no les voy a decir nada. Ojalá pueda ir a los campos y no pensar qué puede pasar", insistió.