Dani Alves volvió a los juzgados para cumplir con su obligación después de haber conseguido salir en libertad bajo fianza. El brasileño compareció por segunda vez en la Audiencia de Barcelona pasadas las doce del mediodía de este viernes, algo que tendrá que hacer reiteradamente cada semana mientras esté en este régimen.
El jugador llegó al Palacio de Justicia de Barcelona y lo hizo con la compañía inseparable de Inés Guardiola, su abogada. Ambos se presentaron ante la secretaría de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, y el brasileño estuvo en su interior cerca de 10 minutos.
Alves llegó a los juzgados ataviado con una gorra en su cabeza y vestido con un chándal negro, una camiseta blanca y gafas de sol. De nuevo, como sucedió la semana pasada, mostró una actitud de lo más tranquila en su comparecencia, e hizo caso omiso a las preguntas de la prensa que esperaba su llegada. Además, protagonizó un gesto polémico que ha sido objeto de debate, ya que se sonrió con uno de los Mossos d'Esquadra que allí se encontraban.
Quien sí que se animó a contestar una sola de las preguntas que realizaron los periodistas presentes fue la abogada Inés Guardiola. A la cuestión de si seguía defendiendo la inocencia de su cliente, la letrada fue contundente con una sola frase: "Sí, por supuesto".
Los Mossos d'Esquadra, igual que hicieron en la anterior comparecencia la semana pasada, montaron un dispositivo con vallas y varios agentes frente a la entrada del Palacio de Justicia por cuestiones de seguridad. El dispositivo fue retirado por la policía catalana una vez que el jugador se marchó.
La semana pasada, en su primera aparición en los juzgados desde que logró salir en libertad, un joven le increpó desde la distancia. "Alves, tienes mucho dinero para violar, ¿no? Es dinero para violar y para pagar. Qué bien vestido vas, ¿eh? Cabrón, en Brasil te matan rápido, no flipes, ¿eh? Desgraciado. Eres un puto violador de mierda", le dijo esta persona a varios metros.
Cada semana
Dani Alves va a tener que acudir a los juzgados a firmar cada viernes (en jueves, si se trata de un día festivo). El tribunal le impuso como medidas cautelares la retirada de sus dos pasaportes, la prohibición de abandonar el país y la obligación de comparecer semanalmente ante la secretaría de la sección 21.
La Audiencia de Barcelona permitió salir a Alves de la cárcel previo pago de un millón de euros, una cantidad que tardó varios días en reunir y en depositar. Así, el brasileño estará en la calle durante el tiempo que tarden en resolverse los recursos contra la sentencia por la que fue condenado a cuatro años y medio de prisión por violación.
Alves abandonó el pasado 25 de marzo la cárcel de Brians 2, donde estuvo preso durante 430 días. La Fiscalía Provincial de Barcelona presentó un recurso de súplica contra la decisión de dejar en libertad bajo fianza a Alves -algo que también anunció que haría la letrada de la víctima-, al considerar que el riesgo actual de fuga es "incluso mayor" ahora ante la existencia de una condena.