El PSG afronta sus cuartas semifinales de Champions League, las terceras en su historia moderna bajo los mandos de Qatar. En 2020 alcanzó la final, en la que perdió contra el Bayern Múnich, y en 2021 cayó eliminado ante el Manchester City. Ahora es el Borussia Dortmund quien le separa de Wembley. El primer asalto se juega este miércoles en Alemania (21:00 horas).
El Real Madrid sacó un valioso empate de Múnich (2-2) y ahora le toca al PSG llevarse la eliminatoria a París con un resultado positivo. La final entre Madrid y PSG estaría cargada de historia, con Kylian Mbappé buscando la anhelada Champions en el que seguramente sería su último partido en el equipo de su ciudad antes de vestir de blanco. Pero no adelantemos acontecimientos.
El PSG debe eliminar al Dortmund, así como el Madrid debe hacerlo con el Bayern. Lo curioso es que este es el PSG menos galáctico de los últimos años. Tras el fallido paso de estrellas como Neymar, Messi o Sergio Ramos, ahora los mandos del equipo no pertenecen ni siquiera a Mbappé. El único y absoluto dueño es un español: Luis Enrique.
El exseleccionador nacional ha conseguido lo que parecía imposible: estabilidad en el PSG y que Nasser Al-Khelaïfi piense en un proyecto a largo plazo. Luis Enrique ha ido sentando las bases sólidas de un equipo que llega al final de temporada en su fase más compacta. Se dudó sobre todo al principio de la campaña, con una serie de malos resultados, y también tras la derrota en cuartos de Champions ante el Barça en el Parque de los Príncipes (2-3). La remontada parisina en Montjuïc evidenció que el PSG, sin ser galáctico como tiempo atrás, es posiblemente más equipo que nunca.
Luis Enrique también ha sobrevivido hasta el momento a la marea de noticias y rumores que sacude al PSG temporada sí y temporada también. Los últimos años, como este, han tenido un sujeto común: Mbappé. El delantero ya anunció en privado a Al-Khelaïfi, aunque este luego lo filtrara a sus medios afines, que no renueva y se va al acabar la temporada. Sólo hay un destino posible para Kylian y es el Madrid.
Desde febrero, cuando se da esta reunión Mbappé - Al-Khelaïfi, a 'Lucho' le han avasallado en cada rueda de prensa a preguntas de 'Kiki' -como apodan al delantero en el vestuario e, incluso, así le llama su entrenador-. En su comparecencia posterior al último partido de la Ligue-1, la cual ya está ganada para el PSG, lo explicó inventándose una estrategia: la del "disco rayado".
"Creo que voy a hacer la estrategia que normalmente hago que es el disco rayado. ¿Sabéis el disco rayado? Y contesto siempre lo mismo, cuando el señor Kylian Mbappé hable públicamente después os explicaré. Os falta mucha información y yo lo único que hago es intentar sacar el mejor rendimiento a todos mis jugadores", dijo en aquella rueda de prensa de hace unos días.
El ruido sobre Mbappé no enturbia ya a este PSG ni tampoco al propio delantero, que también ha resuelto sus tensiones con Luis Enrique por sus suplencias en liga para ir pensando en la temporada que viene sin él. Kylian, es más, está en la mejor temporada de su carrera en cuanto a números: 43 goles en 44 partidos entre todas las competiciones (uno cada 82 minutos).
En la Champions, tras sus dos goles en Barcelona, alcanzó un total de ocho tantos. Kane le igualó este martes con su gol de penalti al Madrid. Entre Mbappé y el ariete inglés está la batalla por ser el máximo goleador de la competición europea.
La misión de Luis Enrique en esta eliminatoria de semis ante el Dortmund y en una hipotética final es no depender tanto de Mbappé, aunque cuando se habla de un jugador de su talla no sea un problema per se. El técnico asturiano siempre ha sido un entrenador que desea tener bien establecido su bloque y en el PSG hay un once de gala claro. Es el que se vio en Montjuïc y el que apunta a repetir en los partidos importantes que quedan.
A Donnarumma le protege una línea defensiva de cuatro. Marquinhos ordena la zaga acompañado de Lucas Hernández y a sus lados, en las bandas, juegan dos laterales con mucha profundidad como son Achraf y Nuno Mendes. En el centro del campo se ha establecido un tridente con Vitinha por dentro y el jovencísimo Zaire-Emery y el español Fabian Ruiz como interiores. Arriba juegan Dembélé y Barcola en los extremos con Mbappé afianzado por completo en su rol como delantero centro.