Es imposible valorar la gran temporada que está realizando el Real Madrid sin pensar en la firma de autor que lleva. Vinicius anota los goles, Kroos pone el juego, Lunin las paradas más importantes del curso... Pero quien dirige la orquesta se llama Carlo Ancelotti y tiene muchísima parte de culpa de que la nave lleve un rumbo fijo y firme.

El técnico italiano encarna la paciencia, la serenidad y la tranquilidad en su figura. Es extraño verle dar una voz más alta que la otra, es alguien que entiende perfectamente la filosofía y los valores del club y además se trata de un portavoz maravilloso para el Real Madrid cada vez que habla públicamente.

Se ha comentado muchas veces sobre él de manera despectiva que tan sólo era un 'alineador', un buen gestor de grupo que sabía llevar un vestuario cargado de estrellas y compensar los egos. Sin embargo, para alguien que tiene un palmarés como el de Ancelotti decir eso suena casi ofensivo.

Los jugadores del Real Madrid celebran ante la mirada de Carlo Ancelotti Reuters

No han sido además unos meses tranquilos ni para él ni para el Real Madrid. Desde que Brasil dijo que quería llevárselo para ser su seleccionador la duda sobre su continuidad se instaló y se llegó incluso a comer el protagonismo de algunos partidos. Finalmente aquella ecuación quedó despejada y ahora se recogen los resultados de la estabilidad.

La Liga ya está en el bolsillo. Una competición en la que los blancos han sido sin discusión el mejor equipo, pero Ancelotti no quiere que el camino termine aquí esta temporada porque todavía tiene la gran posibilidad de sumar una Champions más a su ya abultado palmarés.

La estabilidad, clave

Son ya tres las temporadas consecutivas que han visto a Carlo Ancelotti al frente del Real Madrid desde que regresó en esta segunda etapa. En un fútbol en el que los jóvenes talentos también despuntan y se hacen hueco en el mundo de los entrenadores, todavía hay lugar para que los más veteranos reivindiquen su posición en el panorama y el italiano es un fiel reflejo de ello.

Lo que ha ganado el Real Madrid con la presencia del transalpino en el banquillo es sobre todo estabilidad. Las eternas discusiones que rodean a los grandes equipos sobre la continuidad del entrenador de turno hace tiempo que pasó a la historia en el banquillo del Santiago Bernabéu, y eso, teniendo en cuenta lo que sucede por Barcelona con Xavi Hernández, es algo de lo que pueden presumir en Chamartín.

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La figura de Ancelotti no se cuestiona y eso ha dado estabilidad al Real Madrid, una condición muy difícil de encontrar en los equipos con una exigencia tan alta pero que cuando se da genera unos grandes frutos.

Desde que volvió al Real Madrid, Carlo Ancelotti ha ganado dos de las tres Ligas que ha disputado, y eso por no hablar de la Champions de 2022. La competición regular demuestra, no obstante, que el día a día es sencillo con el italiano al mando y que el trabajo a largo plazo, con constancia y confianza, termina llegando a buen puerto.

Brasil se entromete

El único periodo en el que se ha abierto la incertidumbre en esta nueva etapa de Carlo Ancelotti al frente del Real Madrid fue aquel en el que desde la Federación Brasileña de Fútbol aseguraron que querían al técnico blanco como su nuevo seleccionador.

Aquello causó un verdadero terremoto que, no obstante, Ancelotti supo capear pese a que en cada rueda de prensa era cuestionado sobre ello. Tras varias semanas de rumores, especulaciones o el atrevimiento de Brasil a afirmar algo así con un entrenador que tenía contrato, la historia quedó zanjada.

Carlo Ancelotti y Pep Guardiola se saludan durante el Manchester City - Real Madrid. REUTERS

El Real Madrid anunció en los últimos días de 2023 la renovación de Carlo Ancelotti hasta el año 2026 y cortó de raíz cualquier duda que podría seguir existiendo acerca de la continuidad del italiano. Salvada esta pequeña crisis, no se vislumbra otro escenario que el del transalpino mandando en la banda del Santiago Bernabéu al menos durante esos dos próximos años más.

Él siempre ha dicho que se ve con fuerzas, y aunque el reto de coger las riendas de Brasil era algo muy apetecible, el poder dirigir al Real Madrid durante dos temporadas más supone otro aliciente más que suficiente como para seguir sonriendo.

Ahora Ancelotti puede doblar su apuesta esta campaña porque no se quiere conformar con la Champions League. El equipo ha ido solventando escollos y está a las puertas de jugar una nueva final de la Champions League. Este miércoles quiere solventar la última prueba en la vuelta de las semifinales ante el Bayern de Múnich.

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Lograr otra Champions supondría seguir elevando la mística del Real Madrid en esta competición hasta límites insospechados y a nivel personal la tercera Orejona de Carlo Ancelotti con el equipo blanco. 

En un año en el que ha tenido que adecuarse a la ausencia de un faro como Karim Benzema sin recibir a cambio otro delantero de renombre, el italiano ha encontrado la forma de engrasar la maquinaria, con Bellingham como gran revelación, para llevar a su equipo al éxito. Otra muestra de que no es sólo un alineador. Carlo Ancelotti es un bien muy preciado para el Real Madrid.