El Fútbol Club Barcelona no levanta cabeza. El equipo presidido por Joan Laporta ha hecho el ridículo absoluto en sus dos secciones principales, fútbol y baloncesto, y ha dejado una imagen pésima esta temporada. La papeleta aún puede ser solucionada en el basket, pero parece harto complicado que un equipo sin fe pueda levantar el vuelo.
Más allá de las dos debacles deportivas, hay un aspecto donde el Barça también se encuentra en serios problemas. Se trata de las obras del Camp Nou. El regreso al feudo culé está previsto que se retrase más de lo esperado pese a los continuos esfuerzos por reconducir la situación en las obras.
La prioridad absoluta de Joan Laporta y su junta directiva era que las puertas estuviesen abiertas a finales del mes de septiembre. La idea era que el Camp Nou pudiese reestrenarse para el 125 aniversario de la entidad, que se realizará el próximo 25 de noviembre. Una batalla contra el reloj que no está parece que vayan a ganar.
Las previsiones más optimistas sostienen un regreso al Camp Nou a mediados de diciembre, hacia el 15. Limak, la empresa encargada de las obras, amplió su horario para ver si podían cumplir el sueño del Barça, peor la realidad es que no se están consiguiendo los avances esperados.
Además, se ha producido un hecho que complica más el regreso al Camp Nou y a los aficionados. Esto se debe a que la UEFA no permite el cambio de estadio a mitad de temporada y todos los partidos se deberán de jugar entonces en Montjuïc, lo que descuadra el tema abonos. Por otro lado, desde el club se han realizado una serie de promesas que no están por la labor de cumplirse.
El retraso, principal problema
El Barça no parece que vaya a cumplir otra promesa más. En la última Asamblea de Compromisarios, las altas esferas del conjunto culé se encargaron de asegurar a los socios que volverían a ver un partido en el Camp Nou para celebrar el 125 aniversario del club.
Una promesa incumplida puesto que las obras no están completando los plazos esperados. Además, desde la constructora Limak tampoco hay relativa prisa por finalizar las obras, puesto que la fecha límite para ellos no llega hasta febrero. A partir de ese momento, recibirían una penalización.
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A pesar de que el Barça y la empresa turca han puesto, supuestamente, todo su empeño que saliesen adelante, no lo están consiguiendo. Pidieron permisos al Ayuntamiento y los vecinos para alargar las jornadas de trabajo hasta las 00:00 de la madrugada.
La realidad ha sido otra. Según El Periódico, la última hormigonera abandonó el recinto a las 21:30 horas y que el último peón se marchó antes de las 22:00 horas, es decir, más de 2 horas antes del nuevo límite establecido para seguir con las obras. Tampoco los vecinos se han visto afectados por los ruidos, algo que parecía de lo más comprometido debido a que los operarios apenas han acudido por las noches.
Además, el Spotify Camp Nou no volverá a pleno rendimiento. Tendrá una capacidad muy inferior debido a que las obras todavía no habrán terminado, algo que también ha sucedido en el Estadio Santiago Bernabéu. Por lo tanto, el Barça no podrá convertir su regreso en una fiesta absoluta ya que tampoco será el día del aniversario.
La previsión es que el Camp Nou tenga un aforo del 60%, lo que supondría que pudiesen ocuparse alrededor de 63.000 asientos. La idea final es que haya 105.000 butacas disponibles para los aficionados del Barça. Para que todos estos seguidores puedan estar allí deberá de pasar bastante tiempo, pues los últimos detalles tardarán en pulirse en el feudo culé.
Las promesas y los aficionados
Por otro lado, los aficionados son otro grupo que puede salir perdiendo con el retraso de las obras del Camp Nou. Uno de los problemas a los que se enfrenta al Barça es que tendrán que comenzar su andadura la próxima temporada en la Champions League en el Olímpico de Montjuïc.
La UEFA ya ha sido informada del cambio de estadio a mitad de temporada durante sus competiciones, lo que imposibilitaría que si el Barça va a avanzando rondas en Europa pueda jugar en el Camp Nou. Esto generaría un problema a los seguidores culés con abono, que tendrían que cambiar de ubicación constantemente para ver a su equipo. Un feudo en Liga y otro en Champions hasta que se entrase en las eliminatorias europeas, lo que se convertiría en un quebradero de cabeza.
Además, hay otro aspecto relevante acerca de las promesas culés a sus seguidores. Desde el club dejaron claro que no iban a subir los abonos, pero todo hace indicar que no será así. La directiva de Laporta ya contempla una subida para el que dice que "será el mejor del mundo".
Eso sí, no será inmediata. La teoría es que sea medio plazo, cuando ya todo esté finalizado. Aún así, falta por ver si falta o no a su promesa cuando se vuelva a Camp Nou a finales de este año, si es que se consigue.