El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso hizo historia completando la Bundesliga sin perder un sólo encuentro y está a sólo dos partidos de convertirse en leyenda. El triplete y cerrar la temporada sin sumar una sola derrota está ya al alcance de sus manos. Xabi Alonso (Tolosa, 1981) es el cerebro detrás de este equipo que ha sorprendido a todo el mundo y este miércoles tiene la primera de dos finales, la de la Europa League.

En Dublín y ante el Atalanta (21:00 horas), el Bayer juega su primera final europea en 22 años. La última fue la final de Champions de 2002, en la que el Madrid se alzó con La Novena gracias a la volea de Zidane. Xabi Alonso, para entonces, estaba jugando su segundo año en el primer equipo de la Real Sociedad. Ahora tiene la oportunidad de dar otro título a un club que, antes de su llegada, sólo tenía en sus vitrinas dos grandes trofeos: una Copa de la UEFA (1988) y una Copa de Alemania (1993).

"Acabar invictos sería algo escrito con letras de oro en la historia", reconoció Xabi Alonso en su rueda de prensa previa a la final en la capital irlandesa. El Bayer lleva 51 partidos sin perder, estando a punto de cumplirse un año de su última derrota: el 27 de mayo de 2023, ante el Bochum (3-0). Una racha que trasciende más allá de la lógica, aunque sea más fácil de explicar si se llega a entender lo que esconde la pizarra de Xabi.

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El Bayer Leverkusen de Xabi encuentra su identidad en el esquema 3-4-3 (o 3-5-2). Xabi aprendió de grandes entrenadores a lo largo de su carrera, como Rafa Benítez, Jose Mourinho, Carlo Ancelotti o Pep Guardiola, y fue tomando ideas de cada uno de ellos hasta formar su propia idea de juego.

Apuesta por una línea defensiva de tres centrales -hay veces que el que juega por dentro lo hace más adelantado con el balón- con dos carrileros. En las bandas busca el equilibrio siempre dando más profundidad a uno de los lados y mayor fortaleza defensiva al otro, según los perfiles de los que disponga. 

El Bayer tiene una forma de jugar atrevida y busca pasar el máximo tiempo posible en campo rival. El balón es fundamental. Las jugadas se inician desde atrás, con los carrileros muy abiertos -atrayendo a los laterales rivales- y dando protagonismo a los interiores. El objetivo no es otro que hacer llegar lo más rápido posible el balón a los mediapuntas, recibiendo entre líneas y dos finalidades para ellos: buscar al hueco al delantero o fabricar entre ellos la parte final de la jugada. Xabi ha presentado múltiples variantes entre los tres de arriba durante la temporada.

En el mapa de las posiciones medias de la ida de semifinales de la Europa League contra la Roma, se pueden observar algunas de estas apreciaciones. Un carrilero, Grimaldo, que llega a ser un atacante más y otro, Hincapie, que acaba formando casi una línea defensiva de cuatro. Un doble mediocentro (Andrich - Xhaka) muy marcado y mucho movimiento entre los tres de arriba. En ese partido, apostó en la derecha por un jugador que suele actuar de carrilero y cuenta con mucha profundidad, Jeremie Frimpong.

Con esta base, y sacando lo mejor de cada una de las piezas -que es otra de su habilidad como técnico-, Xabi ha construido un Bayer dominador. En 51 partidos esta temporada -recordemos, sin ser derrotado ni una sola vez-, el equipo ha marcado 143 goles (2.8 por partido y una media de 18.5 tiros) y tiene grandes números de posesión (61.9% de media) y de acierto de pase (89%). Como curiosidad, ninguno de sus jugadores ha visto una cartulina roja en todo el curso.

Los jugadores que mejor han rendido hasta ahora son Florian Wirtz, MVP de la Bundesliga y líder del equipo, y Grimaldo, el carrilero revelación de Europa con 10 goles y 13 asistencias. Su '9', Victor Boniface, y dos de sus mediocentros, Exequiel Palacios y Xhaka, también son fundamentales, además del siempre eléctrico Frimpong.

Cómo sería el Real Madrid de Xabi

Viendo la temporada de este Bayer, los rumores persiguen desde hace tiempo a Xabi Alonso respecto al Real Madrid. Este año ha rechazado grandes ofertas de Liverpool y Bayern Múnich para anunciar que seguiría, al menos, otro año más, lo que da pie a pensar que pueda ser un recambio de Ancelotti en el banquillo blanco dentro de uno o dos años. Los contratos de ambos técnicos tienen vigencia hasta 2026.

Por eso, uno puede imaginarse ya cómo sería el Real Madrid de Xabi Alonso partiendo de los fundamentos previamente explicados. Nombres hay de sobra y, aunque el tolosarra no tendría por qué seguir su base de ahora, el equipo podría quedar tal que así.

En la defensa de tres, Tchouaméni aparece junto a Militao y Rüdiger. El francés ya ha jugado ahí este año, aunque es cierto que ha señalado sentirse más cómodo en el pivote. Con él en este puesto, se adelantaría su posición en fase ofensiva para aprovechar su salida de balón. Otra alternativa sería mover a Mendy a central izquierdo y desplazar a Tchouaméni al doble mediocentro. 

Xabi podría aprovechar a Fede Valverde empujándole hacia el costado derecho, pero sin ser un extremo como ha llegado a jugar en el pasado. El uruguayo tiene profundidad y en el lado izquierdo se buscaría la fortaleza defensiva con Mendy. En la variante con el francés como uno de los centrales, Camavinga se abriría a la banda; eso sí, se perdería consistencia defensiva.

Los rumores apuntan a que el Madrid tiene echado el ojo a Wirtz para el mercado de 2025, y tendría sentido que aterrizara en el Santiago Bernabéu de la mano de Xabi. Un jugador de calidad en una era post Modric-Kroos al que habría que buscar su rol. Bien buscando adaptarle a la base del mediocampo, lejos de su sitio actual, o dándole hueco en la mediapunta. Aquí entraría Bellingham, que es el otro que 'bailaría' entre esos dos sitios y que ya la próxima temporada, sin Kroos, apunta a jugar más como interior con Ancelotti.

Por último, en ese once ideal del hipotético Madrid de Xabi aparecen dos figuras que, sin duda, explotarían las virtudes de su pizarra: Vinicius y Mbappé. Contar con dos jugadores descomunales como ellos a la hora de encarar la portería rival, elevaría las posibilidades de la idea de juego del tolosarra hasta cotas inimaginables en su etapa actual en Alemania. A ello habría que sumar todas las alternativas de una nutrida plantilla como es la del Madrid con los Rodrygo, Brahim, Endrick o Arda Güler.