Bono se estira para desviar el lanzamiento de Al Nemer y en ese instante Cristiano Ronaldo se derrumba. Se deja caer al suelo, su cara, inundada de lágrimas, es el reflejo de su alma. Desolado, sin encontrar desahogo alguno entre sus compañeros ni integrantes del cuerpo técnico que enseguida se acercan para consolarle. El portugués rompió a llorar después de que Bono, exmeta del Sevilla y actual arquero del Al-Hilal, detuviese dos penaltis y le dejara sin la Copa de Arabia, su primer gran título con Al Nassr.
La gloria se la lleva el equipo de Neymar, Lodi, Neves, Bono, Mitrovic cuyo director de orquesta, Jorge Jesus, ha interpretado tres sinfonías perfectas. Liga, Copa y Supercopa. Un triplete histórico para el club más laureado de Arabia. La cruz cayó del lado del Al Nassr de Cristiano Ronaldo, al que se le vio hundido y llorando a lágrima tendidas como pocas (o ninguna) veces se le había visto. Se sentó en el banquillo para, con la mirada perdida en el horizonte, asimilar la derrota de su equipo en la tanda de penaltis.
Él había cumplido con su cometido al anotar su pena máxima, el primer acierto tras los fallos de Neves y Telles, uno para cada equipo. Mitrovic, otro de los más destacados de Al-Hilal esta temporada, también anotó el suyo y el intercambio de golpes continuó hasta el sexto lanzamiento, primero de la muerte súbita. Abdulhamid falló para Al-Hilal y dejó al equipo de Cristiano a un lanzamiento de la gloria. Cristiano no quería ni mirar el golpeo de Al Hassan.
Se situó de espaldas a la portería en la que Bono atajó el penalti de su compañero y posteriormente el de Al Nemer, haciendo bueno el acierto de Al Dawsari y provocando la desolación de Cristiano que ve como su histórica temporada, 44 goles y 13 asistencias en 45 partidos, no alcanza para levantar trofeo alguno. El portugués ha batido el récord de goles en un curso completo.
Los acontecimientos pusieron la final muy cuesta arriba a Al Nassr desde el principio. Mitrovic anotó en el tramo inicial del partido y permitió a Al-Hilal marcharse con ventaja al vestuario y con medio equipo amonestado. Tras el paso por vestuarios, todavía se elevó más el puerto a coronar por los de Cristiano. Ospina tocó el balón fuera del área y fue expulsado. De pronto, Al Nassr se vio por detrás en el marcador, con el reloj en contra y un jugador menos para, al menos, forzar la prórroga.
No obstante, Ronaldo apareció. Ha sido, es y será un jugador de partidos importantes. Rozó uno de los goles del año al rematar a la madera una chilena similar a la anotada con el Real Madrid ante la Juventus en Champions. Ahí se acabaron las malas noticias, que cambiaron de tercio del campo. Al Hilal gozó de ocasiones para precintar el partido, no las aprovechó y cuando eso sucede, el fútbol suele castigar. Al Bulayhi vio dos amarillas en un minuto y Koulibaly su segunda amonestación poco después y, para colmo de Al Hilal, Yahya había empatado entre medias.
De repente, la situación había girado 180 grados. En ese momento Al Nassr contaba con superioridad numérica y media hora por delante para llevarse la final sin acudir a una tanda de penaltis que finalmente no pudieron evitar. El resto de la historia ya se conoce. Bono volvió a hacerse grande y Cristiano acabó desconsolado, como cuando Portugal fue eliminada del último Mundial. Drama luso en Arabia.