Con el cartel de claro favorito y con las cartas boca arriba. Si se tratara de una partida de póquer el Real Madrid partiría en desventaja, pero ha demostrado que no tiene nada que esconder en la final de la Champions League que disputa este sábado ante el Borussia de Dortmund.
Parece que a Carlo Ancelotti no le incomoda en exceso que su rival conozca casi de antemano cuál va a ser la alineación que va a presentar en el partido más importante de la temporada. No planea ningún cambio radical y parece que no se guarda ningún as bajo la manga el italiano. Y una muestra de ello es que siempre da a conocer sus cromos dos horas antes del encuentro, independientemente de cuál sea.
Ancelotti tiene un núcleo duro de confianza y con él va a ir a por todas este sábado en Wembley. Con la duda de la portería despejada en favor de Courtois por la reciente enfermedad de Lunin, el resto del equipo será el de gala, teniendo en cuenta que hay ausencias como la de Tchouaméni y que otros pilares importantes aún no están a punto como Militao.
El equipo atraviesa un estado de forma sensacional. Después de proclamarse campeón de La Liga con solvencia hace ya varias semanas, los jugadores han podido repartir esfuerzos y jugar sin presión, casi por diversión, antes de encarar esta final de la Champions.
Se encontrarán con un Dortmund irregular, que no ha firmado una buena campaña ni mucho menos en la Bundesliga y que ha demostrado ser un equipo un tanto camaleónico en esta Champions. En las eliminatorias estuvo contra las cuerdas por momentos contra el Atlético de Madrid por fallos infantiles, pero demostró madurez ante el PSG. Una incógnita que quiere resolver el Real Madrid con su fuerza.
La portería, despejada
Desde el momento en el que Courtois recibió el alta y empezó a entrar en la dinámica del equipo tras su grave lesión volvió a instalarse el debate en la portería del Real Madrid. ¿Quién debería jugar la final, Lunin o Courtois? Eso es lo que se preguntaba todo el mundo y lo que seguramente trajo de cabeza a Carlo Ancelotti durante un tiempo.
La temporada pletórica de Lunin, siendo además un hombre de capital importancia en Champions, le había dado licencia para soñar con jugar el partido de su vida. Le ganó el puesto primero a Kepa y después a base de actuaciones memorables se confirmó con un guardameta más que capacitado para defender una portería de tanta exigencia.
Courtois, sin embargo, empezó a disfrutar de minutos en las últimas semanas y para nada acusó la inactividad. Parecía que la balanza se empezaba a decantar a favor del belga y lo que ha confirmado su titularidad es la reciente enfermedad de Lunin. El ucraniano se quedará sin poder jugar la final pese a ser uno de los grandes protagonistas de la competición.
Seguridad atrás
Antes de toparse con Courtois, el Borussia Dortmund tendrá que lidiar con la defensa del Real Madrid. Será una zaga sin sorpresas, en la línea del gusto de Carlo Ancelotti esta temporada teniendo en cuenta que Militao no está aún al nivel y que Tchouaméni, eventualmente central, también está descartado.
Dani Carvajal actuará en el lateral derecho. Por allí tendrá que frenar las acometidas de Adeyemi, que suele caer por esa banda, y también las incursiones del lateral Maatsen cuando se anime a subir.
En el costado contrario estará Ferland Mendy. El francés está cuajando una gran temporada, muy sólido y lejos de errores llamativos como sí sucedía en otros años, así que parece una apuesta segura para defender la velocidad y el descaro de Sancho, uno de los jugadores más habilidosos del Dortmund.
El cierre en la zona central será para Nacho y Rüdiger. Han demostrado complementarse perfectamente durante toda la temporada y formar un gran tándem, así que entre los dos buscarán frenan la amenaza de Füllkrug, que será el hombre más adelantado de los germanos.
El adiós de Kroos
El partido tiene su punto de nostalgia porque será la última vez que se pueda ver a Toni Kroos vestido de blanco y con el escudo del Real Madrid. Sobre el germano volverá a orbitar todo el juego del equipo de Ancelotti, y además llega en un estado de confianza pletórico. En los últimos partidos ha dado auténticas lecciones de fútbol con su colocación y sus desplazamientos en largos medidos al milímetro.
En esta zona ancha también actuarán Fede Valverde y Camavinga. Quizás no está siendo la temporada más espectacular del uruguayo, que en años anteriores lucía su capacidad de golpeo, pero siempre es un pulmón a campo abierto y un seguro en el caso de que el partido llegue a la prórroga.
Camavinga será el otro pilar fundamental de este trío. Si Kroos representa casi el pasado, el francés es el futuro de este equipo y con 21 años ofrecerá su habitual brega y entrega en el centro de campo.
La pesadilla de la defensa
Las piezas más adelantadas son inamovibles. Bellingham enganchará desde la media punta, haciendo de enlace entre el centro del campo y los jugadores más adelantados. Se moverá a la espalda de Emre Can y de Sabitzer, pero también se sacrificará en defensa cuando sea necesario como ha demostrado durante el curso.
Arriba no hay duda, la dupla será la formada por Vinicius y Rodrygo. Actuarán con más libertad, aunque ha quedado claro que a los dos les gusta más partir desde la banda y no ser la referencia ofensiva. El Real Madrid sigue sin jugar con un '9' al estilo de Benzema o de Joselu, pero el resultado es igualmente increíble durante la temporada.
Vinicius volverá loco a Ryerson, el lateral derecho del Dortmund que ya se prepara para una noche de mucho trabajo, mientras que Rodrygo tratará de sorprender entre los centrales.
Todo será más fácil para el Real Madrid si la versión de los germanos es la que se vio en la primera parte del Metropolitano. Ahí regalaron mucho al Atlético de Madrid, con errores infantiles que pagaron muy caros. Sin embargo, si la imagen es la de la eliminatoria ante el París Saint-Germain, todo será más complicado. En cualquier caso, parece que el timón de esta final lo lleva el conjunto blanco.