Este sábado Real Madrid y Borussia Dortmund se enfrentan en la final de la Champions League (21:00 horas). Un estadio icónico como Wembley acogerá el partido entre los dos mejores equipos europeos del momento. Dos clubes que han dejado a rivales temibles por el camino hasta llegar a Londres. Ahora, noventa minutos les separan de la gloria.
El Real Madrid es un equipo acostumbrado a esas lides y así lo reflejan sus catorce Champions League. El Borussia Dortmund, en cambio, tan solo ha jugado dos finales y ha vencido una. Su único título data de hace más de un cuarto de siglo, por lo que tienen ganas de volver a proclamarse como los reyes de Europa.
El Borussia Dortmund es un equipo de autor. Edin Terzic ha creado una estructura hecha a su imagen y semejanza que destaca por ser un conjunto muy peligroso, especialmente en la Champions League. Pese a que en la Bundesliga no han brillado tanto, en Europa ha sido capaz de dar su mejor versión sobre el césped.
[Los tapados de la final de Champions: las sombras en los banquillos de Madrid y Dortmund en Wembley]
Acabó como primero en la fase de grupos por encima de rivales como PSG, Newcastle o X. En las eliminatorias, se deshizo de clubes de la talla de Atlético de Madrid, Paris-Saint Germain y PSV. Fue yendo como tapado hasta que se quitó la capa y se plantó en la final de la Champions League frente al Real Madrid.
El entrenador del Borussia Dortmund, tras llegar a este partido, se plantará con su once de garantías, ese que tanto rédito le ha dado en la Champions. Con un férreo esquema en su cabeza, el técnico alemán buscará culminar su obra frente al rey de Europa. La gloria les espera en Londres, pero antes deben ganar.
Un esquema muy marcado
Edin Terzic es un entrenador que siempre ha apostado por un 4-2-3-1 en el Borussia Dortmund. El técnico ha sido capaz de exprimir al máximo a una alineación sin grandes florituras, pero que se ha caracterizado por ser efectiva. Tiene futbolistas muy contundentes, pero también los tiene con magia.
De hecho, su entrenador ha repetido en los últimos partidos la misma alineación, buscando que sus teóricos futbolistas titulares llegasen con el máximo rodaje. Cualquiera que eche un vistazo a sus duelos es capaz de intuir que Terzic saldrá con Kobel; Ryerson, Hummels, Schlotterbeck, Maatsen; Emre Can, Sabitzer, Jadon Sancho, Brandt, Adeyemi y Füllkrug de inicio.
Una de las grandes ventajas de este once es que le da mucha amplitud al equipo. Con jugadores como Ryerson o Maatsen, ambos laterales, Terzic es capaz de abarcar mucho terreno de juego. Sus constantes subidas proporcionan una gran profundidad, especialmente por los costados.
Además, todos ellos son capaces de mantener bien su posición en el centro del campo, pero también demuestran sacrificio en el equipo. Es decir, son capaces de retrasar y bajar al círculo central para prestar ayuda a sus compañeros, ya sea para sacar el balón o para realizar una presión constante al conjunto contrario.
Además, pueden ocupar muchos espacios en el terreno de juego, lo que evita que el equipo rival pueda generar rápidas transiciones para hacerles daño. En este sentido, salen a relucir la calidad de sus defensas centrales, Hummels y Schlotterbeck, para mover el esférico y comenzar a generar el ataque desde sus botas.
Sancho y la verticalidad
Otro de los aspectos en los que brilla el Borussia Dortmund en su verticalidad en el último tercio del campo. Todo ello está generado por un futbolista que ha vuelto a brillar con la camiseta del equipo como es Jadon Sancho. Defenestrado en el Manchester United, ha vuelto a recuperar la vitola de estrella para Edin Terzic.
El futbolista inglés se ha convertido en uno de los ejes del conjunto alemán. Ha dotado al equipo de una marcha más en el frente de ataque. Su papel ha sido decisivo en este tramo final de la temporada y ha ayudado enormemente al Borussia Dortmund a lograr el pase a la final de la Champions League.
En la eliminatoria contra el PSG, Jadon Sancho se convirtió en un quebradero absoluto de cabeza. El delantero se vació por completo en los dos partidos y en el duelo de ida dio una auténtica exhibición. Un 87,9% de pases acertados, un 66% de duelos ganados y tres ocasiones creadas le sirvieron para ser uno de los hombres del partido.
En la vuelta, fue uno de los jugadores que más ímpetu le puso y que provocó que el PSG no se pudiese volcar contra la portería de Kobel gracias a sus internadas. Alcanzó casi un 80% de acierto en los pases y ganó la mitad de sus duelos, algo notable para un futbolista acostumbrado a jugárselas todas.
En el frente de ataque, Adeyemi es otro de los que acapara los focos. El joven extremo aporta también muchísima verticalidad al conjunto alemán y es capaz de sacar brillo a los pases al espacio que sirven hombres como Marcel Sabitzer o Julian Brandt, los encargados de ejecutar esos servicios milimétricos para poner a correr a sus compañeros.
Una verticalidad y una llegada a la portería rival que le ha ayudado al Borussia Dortmund a paliar sus problemas atrás. Con Niklas Fullkrug ejecutando, el cuadro de Terzic se ha convertido en un rival temible.
El lunar atrás
Más allá de las virtudes del Borussia Dortmund, que son muchas, hay un problema que no han sabido resolver a lo largo de toda la temporada. Se trata de su debilidad atrás. A pesar de tener hombres como Maatsen o Ryerson de mucho recorrido en las bandas o de poseer a centrales fuertes y rocosos con buen toque de pie como Hummels o Schlotterbeck, el equipo sufre mucho en la última línea.
El conjunto alemán, sabedor de ese déficit, tiende a echarse para atrás para evitar que pillen a sus jugadores a campo abierto. Esto hace que todos ellos reculen y le sea mucho más fácil al equipo contrario llegar a la portería de Gregor Kobel, que ha rayado la excelencia durante casi todo el curso.
Además, de la defensa en bloque atrás y de los problemas con la velocidad, el equipo de Terzic también está muy penalizado por sus despistes en jugadas laterales. Acostumbrados a bascular mucho para concentrar hombres donde está el balón, muchas veces tienden a dejar solo a jugadores rivales, lo que facilita que les hagan ocasiones si hay futbolistas con una gran visión de juego.
Esto les ha penalizado en Champions League, aunque han conseguido sobreponerse a ello. Frente al Paris Saint-Germain, no recibieron gol, pero los franceses acabaron estrellándose en la madera hasta en seis ocasiones. Contra el Atlético de Madrid en cuartos de final también encajó cuatro goles. Es decir, sufren muchísimo atrás.