El conflicto entre Kylian Mbappé y el PSG continúa a tan sólo ocho días de romperse toda vinculación contractual entre ambas partes. El 30 de junio termina el acuerdo del delantero francés con la entidad parisina, habiéndose anunciado semanas atrás el fichaje del jugador por el Real Madrid para las próximas cinco temporadas (hasta 2029).
El adiós de Mbappé en el PSG no está siendo pacífico. Tras toda un año de amenazas y más presiones del club, con su presidente Nasser Al-Khelaïfi a la cabeza, Kylian se mantiene en un tira y afloja con su exequipo por impagos que viene sufriendo desde el pasado mes de abril.
Mbappé ha presentado una reclamación formal contra el PSG por salarios y primas impagados por un total de cerca de 100 millones de euros, informó este viernes el diario L'Equipe. La reclamación ha sido presentada por los abogados de Mbappé a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) francesa, cuyo reglamento establece que los salarios deben pagarse a más tardar el último día de cada mes.
El medio ya había informado anteriormente de que el PSG no había pagado los salarios de abril y mayo a su estrella. Ahora indica que el club de propiedad catarí "no parece tener la intención de pagarle tampoco el salario de junio". Mbappé también tendría aún que recibir alguna parte de las primas que debía percibir durante la temporada recién terminada. La reclamación supone un nuevo escalón en la tormentosa relación entre la estrella francesa y el presidente del club.
El jugador, que había sido apartado durante la pretemporada hace casi un año, pudo volver a la disciplina de la primera plantilla tras alcanzar un acuerdo oral con el presidente para, si se marchara sin traspaso, renunciar a algunas primas. Pero se trató de un acuerdo verbal sin que se firmara ningún documento, recuerda L'Equipe, que apunta a que el jugador "tiene claramente la intención de no dejar nada atrás".
Enmascarado en la Eurocopa
Mientras tanto, Mbappé se encuentra en la Eurocopa. En el foco constante desde el pasado lunes, tras la fractura de la nariz sufrida en la victoria por 1-0 contra Austria, y noticia cada día desde entonces hasta el partido contra Países Bajos, entre la duda de su disponibilidad o no para el encuentro, el delantero figuró en la convocatoria, se sentó en el banquillo... y ni calentó ni jugó, rumbo ya al próximo compromiso en cuatro días contra Polonia, ya decisivo.
Junto a su máscara protectora fabricada a toda velocidad para el duelo de este viernes en Leipzig, con apenas un entrenamiento con ella el jueves en el escenario del choque, provisto de un chándal, sin ningún apósito ni férula en la nariz, siguió todo el encuentro desde el banquillo, en el empate a cero contra Países Bajos que mantiene todo como estaba en la pugna por el liderato, con ambos igualados.
Se le vio sonriente, tranquilo, al capitán galo, que ni siquiera calentó en ningún momento del partido. Ni con el inamovible 0-0 por el que se movía el choque, sin la clasificación asegurada aún para Francia, menos aún la primera posición; los dos asuntos aún pendientes para la última jornada ante Polonia, dentro de cuatro días, cuando previsiblemente ya reaparecerá en la competición continental.
No corrió riesgos Didier Deschamps con su figura, cuando queda aún recorrido aparentemente, también desafíos mayores, para Francia en la Eurocopa, aún en el segundo duelo, cuando el pase está encarrilado. Sus cuatro puntos en dos jornadas no son una garantía absoluta, pero arrojan certezas sobre las posibilidades mayoritarias de la selección francesa de seguir adelante.