Hugo Mallo, exjugador del Celta de Vigo que actualmente milita en Internacional de Porto Alegre, se ha sentado este jueves en el banquillo del juzgado de Barcelona por los presuntos tocamiento a la mascota del Espanyol durante un partido liguero entre el club gallego y el catalán en la temporada 2018/2019 en Cornellá.
En la vista oral han declarado la denunciante y su compañero de trabajo y Hugo Mallo y Rubén Blanco, compañeros de vestuario. El propio Mallo ha vuelto a negar el presunto abuso que se habría producido tras el pasamanos inicial y en el que la denunciante, ataviada con el disrfaz de la mascota perica, se dispuso a saludar a los jugadores visitantes.
"Llevaba como mascota del Espanyol desde el 2016. Normalmente, yo me ponía la última de la fila. Recibimos toda la fila de jugadores y normalmente me dan un choque de manos. Las manos de Hugo Mallo fueron a mis pechos y realizó unos tocamientos. Me quedé aturdida y sorprendida. Mi campo de visión con el traje es muy reducido. Sus manos entran para tocarme los pechos por debajo de la cabeza, del disfraz, de la barba", expresa la denunciante en su declaración.
Hugo Mallo, que se enfrenta a una multa de 8.000 euros por presuntos abusos sexuales, ha detallado su versión de lo sucedido. "Ella me acusa de una situación que no he hecho. Yo me entero al día siguiente por mi club. Al principio no me lo creía, creía que era una broma. El presidente me dijo que había una denuncia y que lo iban a investigar. Yo ya he visto los vídeos. En esa décima de segundo no veo que ella se va para atrás, yo estoy centrado en el partido. No me apartó. Yo en el vídeo veo que mis manos están en su cintura, no en el pecho", explica.
Antes de la declaración de Hugo Mallo llegó el turno de Rubén Blanco, actual portero del Marsella y su compañero en el Celta con el que presuntamente habría concertado los tocamientos: "Habitualmente siempre salgo segundo, detrás del capitán. En este caso de Hugo Mallo. Yo no noté nada raro antes de empezar el partido. Estábamos jugándonos el descenso, era un partido muy importante. Hugo nos habló antes del partido, como en todos los encuentros. Nosotros no pactamos tocarle los pechos a la periquita. Tampoco hicimos ningún tipo de broma. Ni identifiqué si la mascota era hombre o mujer", asegura.
Por su parte, la acusación pública sostiene que ningún otro jugador abraza a la mascota, asegurando que el tocamiento se realizó con intención. La acusación particular asegura que hay pruebas de cargo y defiende también que las imágenes que se disponen de los hechos son reveladoras. El Ministerio público pide para el excapitán del Celta una multa de 8.760 euros por abusos sexuales y la acusación particular también una indemnización de 10.000 euros por daños morales.