Ya es una realidad. La Real Federación Española de Fútbol puso encima de la mesa su propuesta firme para el próximo Mundial 2030 y dio a conocer la relación de sedes y subsedes que aspiran a dar cobijo a las mejores selecciones del planeta.

Las once sedes de los partidos oficiales que tendrán lugar en el territorio nacional era algo que todos los aficionados estaban esperando a conocer pese a que todavía falten seis años para el gran evento. Madrid, con dos estadios, Barcelona, con otros dos, San Sebastián, Las Palmas, Sevilla, Málaga, Zaragoza, A Coruña y Bilbao fueron las agraciadas por sus grandes infraestructuras, pero también se hizo un reparto más modesto que muchos aguardaban con expectación.

Se dieron a conocer las subsedes, esos lugares que pasan desapercibidos para el gran público pero que forman una parte muy importante del entramado de un torneo así. Allí es donde las diferentes selecciones establecen sus campamentos base, donde entrenan, descansan y duermen, y donde encuentran su lugar de confort.

En total, 45 subsedes elegidas estratégicamente que acogerán con los brazos abiertos a los equipos participantes. El papel de estos lugares será además esencial no sólo en lo puramente deportivo, sino que la designación conllevará una serie de beneficios en otros muchos planos que resaltan la importancia de una cita deportiva como esta.

Algunas de estas subsedes se encuentran situadas en lugares menos prósperos económicamente, lejos de las grandes urbes industrializadas que atraen inversiones, por lo que es indudable que para estos territorios ser subsede del Mundial 2030 cobra una especial relevancia.

La distribución

La gran mayoría de las subsedes se organizan habitualmente por criterios de proximidad en torno a las grandes sedes del Mundial. El objetivo es el de estar cerca de los lugares donde se disputarán los partidos oficiales de la competición sin tener que realizar desplazamientos demasiado largos para la comodidad de los futbolistas. 

Sin embargo, destacan tres subsedes 'aisladas' que obligarían a los allí convocados a realizar unos desplazamientos un tanto especiales. El primer caso es el de Tenerife. La Ciudad Deportiva Javier Pérez es uno de los campos de entrenamiento propuestos y su sede principal más cerca será la del estadio Gran Canaria, en Las Palmas. Eso obligaría a hacer algún trayecto a través del mar para conectar ambos lugares.

Can Misses, estadio del Ibiza UD Ibiza

Las otras dos subsedes que se encuentran en una situación similar son las situadas en Palma de Mallorca y en Ibiza. Las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Mallorca y de Can Misses harían que los equipos tuvieran que volar posteriormente hasta las sedes principales más cercanas, situadas ambas en Barcelona.

Pese a que se espera siempre cierta cercanía de las subsedes con las ciudades que albergarán los partidos oficiales, algunos de estos lugares se encuentran un tanto alejados y a cientos de kilómetros de distancia. Es cierto que algunos de estos desplazamientos podrían realizarse en avión, pero aún así algunas subsedes implican cierta dificultad por su emplazamiento.

Ponferrada, Valladolid, Gijón, o las subsedes situadas en Extremadura y también en la Comunidad Valenciana son aquellas que más alejadas están de las que deberían ser sus correspondientes sedes. 

La elección de las subsedes se realizará por una cuestión de cercanía y además el orden irá ligado al ranking FIFA de cada selección. No obstante, siempre hay flexibilidad a la hora de elegir el campamento base para cada país y las federaciones tendrán la última palabra de entre todas las opciones posibles. 

Múltiples beneficios

Hay otra vertiente mucho más allá de la deportiva que hace de las subsedes algo fundamental para muchos lugares. El impacto económico que tendrá el Mundial 2030 en España será muy elevado, y para aquellas zonas que se han quedado fuera del reparto de las grandes sedes, esta 'pedrea' se convierte igualmente en un premio gordo.

Con el reparto diseñado por la RFEF, todas las Comunidades Autónomas tendrían su parte del pastel. Para algunos territorios el impacto no sería tan grande, pero para otros habitualmente más desfavorecidos por la falta de inversión en ellos supondría un gran impulso.

El Estadio Romano, José Fouto, en Mérida. AD MÉRIDA

Las zonas del sur y del este de España han sido las más agraciadas a la hora de la designación de las subsedes. Ocho en Andalucía, siete en la Comunidad Valenciana, cinco en Cataluña o cuatro en la Región de Murcia, contrastan con el resto de localizaciones. 

En la zona interior del territorio nacional, las cuatro subsedes de la Comunidad de Madrid, tres en Extremadura, las dos de Castlla y León y la única de Castilla-La Mancha aparecen en inferioridad, mientras que en los lugares más pegados al norte de la península aparecen dos subsedes en el País Vasco, y una más en lugares como Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra y La Rioja.

Algunos de estos lugares donde se instalarían las subsedes pertenecen a la 'España vaciada', esos terrenos en los que no prosperan demasiadas oportunidades y la falta de inversión es evidente. Sin embargo, la llegada del Mundial cambiaría mucho las cosas, ayudaría a reformar algunas instalaciones deportivas y otras infraestructuras, y durante varios días contribuiría a generar mucho empleo. 

Mientras que unos ven estas subsedes como las migajas, las sobras de no haber podido ser grandes protagonistas del Mundial 2030, para otros supone uno de los mayores impulsos de los últimos años.