El significante Belfast empieza por 'B', pero durante unas horas pasa a iniciar por 'V'. 'V' de vendetta. La consumada por España ante Italia en el Europeo sub-19 que se disputa en Irlanda del Norte. Derrotada hace un año en las semifinales por el cuadro Azurro, La Rojita se tomó la revancha en la prórroga de la misma ronda después de que Pol Fortuny culminara llegando desde atrás una gran jugada coral.
España disputará este domingo su 16ª final de un Europeo sub-19 y presentará su candidatura para el 12º título de la categoría, hito que ninguna selección ha conseguido. Únicamente Inglaterra, también con 11 entorchados, aguante el ritmo ganador español. Los de Lana desatascaron por pegada un partido táctico, sin un dominador claro y con alternativas en ambas área.
España defendió bastante mejor de lo que atacó. Y terminó mucho mejor de lo que empezó. Hasta entonces, Italia fue más consistente, más posesiva, más ambiciosa. España, replegada, a la espera del contragolpe, aguardó más en su territorio, encomendado a la velocidad de Dani Rodríguez.
Protagonista de la primera ocasión con un tiro muy centrado, o de la inspiración de Iker Bravo, que remató alto al borde del descanso. Una vez superado un tramo inicial marcado por más segundas jugadas que controles y con más intervenciones arbitrales que juego, Italia despertó mediante la creatividad de Pafundi.
Siempre parecía que podía ocurrir algo en sus giros, en su regates, en sus quiebros, aunque generalmente terminó en nada, sin apenas sustos para Raúl Jiménez. Hasta el tiro de Camarda o hasta el derechazo desde fuera del área de Di Maggio al que se estiró con la mano izquierda el guardameta.
Ya era entonces un momento algo comprometido para España. El desconcierto de España fue evidente en el inicio del tiempo extra. Quizá los nervios, quizá la presión, el caso es que se expuso al gol en contra en los primeros instantes. Primero en un error en la salida del balón de Raúl Jiménez, que entregó la ocasión a Pafundi.
Golpeó por encima del guardameta y ya casi celebraba el gol cuando se dio cuenta de que se fue por unos centímetros fuera por el lateral izquierdo. Después con una concesión defensiva. Reclamaba a gritos Yarek, con aspavientos, la reacción de la selección española, que resurgió, no permitió nada más a su adversario y, de repente, conectó con su mejor jugada en ataque.
El pase de David Mella al desmarque por la banda izquierda de Julio Díaz, su centro al área y el remate certero de Pol Fortuny. El gol de la victoria. España, a la final, con inquietudes finales, como un remate fallido de Zeroli. Fuera como fuera, La Rojita está en otra final y a un partido de emular a la Absoluta y convertirse en la selección con más Europeos sub-19.