La Supercopa de Europa, que enfrenta a los campeones de la Champions League y la Europa League, ha evolucionado con el tiempo para adaptarse a las exigencias modernas del fútbol.
Este año, el Real Madrid y el Atalanta se enfrentarán en Varsovia en este importante duelo, pero si el partido termina en empate tras los 90 minutos reglamentarios, el ganador se decidirá directamente en una tanda de penaltis, sin prórroga.
La decisión de eliminar la prórroga en la Supercopa de Europa responde principalmente a la necesidad de proteger a los futbolistas de un esfuerzo adicional en una etapa temprana de la temporada.
Con un calendario cada vez más congestionado, donde los equipos enfrentan múltiples competiciones y los jugadores ya están sometidos a una intensa carga física desde la pretemporada, la UEFA optó por evitar el riesgo de lesiones y el desgaste excesivo.
Este formato no es nuevo; ya se aplicó el año pasado cuando el Manchester City y el Sevilla empataron en los 90 minutos y la final se decidió por penales.
La UEFA ha mantenido esta regla, entendiendo que agregar una prórroga solo incrementaría el cansancio de los jugadores en un momento en que muchos equipos aún no han iniciado sus ligas domésticas.
En resumen, la Supercopa de Europa se alinea con otras competiciones, como la Community Shield en Inglaterra, que también han eliminado la prórroga para mitigar el impacto de un calendario sobrecargado y garantizar que los jugadores puedan mantener un rendimiento óptimo a lo largo de la temporada.