Superada por diez minutos la hora de partido, La Catedral se puso en pie para recibir con una atronadora ovación a Nico Williams, que sustituía a Berenguer y pasaba a disputar su primeros minutos de una nueva temporada. Otra vez como rojiblanco, aunque bien pudo ser vestido a rayas azulgranas.
Los de Joan Laporta tantearon su fichaje, más desde la verborrea que con argumento sólidos, pero el nombre del club catalán y el del extremos estuvieron todo el verano sonando juntos. Más todavía tras la gran Eurocopa cuajada por Nico. No obstante, el futbolista demostró su lealtad al proyecto vasco declinando cualquiera oferta posible.
"Todo bien este verano, con ganas de empezar. A tope", aseguró antes de su estreno liguero. Un contundente mensaje al club catalán. Su nombre fue coreado por toda La Catedral desde que se escuchó por megafonía. Durante el calentamiento fue el más buscado y cuando ingresó al terreno de juego, La Catedral se vino abajo.
Aplausos, ovaciones y todo tipo de vítores para quien ha decidido seguir jugando en el equipo de su vida, el Athletic. La fiesta de un San Mamés entregado estuvo cerca de ser total. Nico se perfiló, buscó el ángulo y la puso al palo largo de Soria, que se estiró y logró desviar un gol que varios aficionados ya se habían levantado a celebrar.
La calma es absoluta en el Athletic con respecto a su futuro. El club insiste en que Nico se queda y que no hay temor a lo que suceda en estos quince días que restan de mercado. "Estamos muy tranquilos", indicó contundente el director de Fútbol, Mikel González, minutos antes del estreno en Liga. Nico es un héroe para San Mamés.