El 20 de agosto de 2023 quedó grabado para siempre en el fútbol femenino español. La Selección hizo historia al proclamarse campeona del mundo en Sídney, Australia, pero lo que vino después fue casi tan importante para acabar cambiando la estructura de la Federación (RFEF). Todo a raíz del ya infame beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la celebración del título.
Un año más tarde, la Selección femenina viene de sufrir su primera decepción deportiva en los JJOO de París tras otros éxitos como el de la Nations League. La RFEF sigue nublada con el proceso de inhabilitación de Pedro Rocha, llevado a cabo por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), paralizado tras pedir la cautelar. Y Rubiales, alejado del mundo del fútbol, está a la espera del juicio por el beso a Jenni, presuntamente no consentido, que se celebrará en 2025.
El juicio de llevará a cabo entre el 3 y el 19 del próximo mes de febrero y tiene a Rubiales enfrentando una petición de dos años y medio de cárcel por los delitos de agresión sexual y coacciones, además de que el exdirectivo futbolístico indemnice a Hermoso con 50.000 euros.
Junto a Rubiales, también serán juzgados tres de sus colaboradores más cercanos: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera. Todos ellos están acusados de presionar a Jenni Hermoso para que afirmara que el beso fue consentido.
El juicio contra Rubiales contará con los testimonios de varias personas destacadas, siendo Alexia Putellas, la seleccionadora actual Montse Tomé y el entrenador del equipo masculino, Luis de la Fuente, de los últimos en haber sido incluidos en el proceso. Sus nombres se añadieron recientemente a los de otras jugadoras internacionales como Laia Codina, Irene Paredes y Misa Rodríguez, quienes, junto a la propia Putellas, confirmaron la versión de Jenni Hermoso ante el juez encargado del caso.
También testificarán varios exdirigentes de la RFEF que estuvieron en la entidad durante la presidencia de Rubiales, según el auto de admisión de pruebas. Jenni Hermoso, por su parte, también deberá testificar nuevamente sobre lo que ocurrió tras la final del Mundial. Como ya hizo ante la Fiscalía y el juez, Hermoso declaró que no consintió el beso y que se sintió presionada para justificar la acción de Rubiales.
A petición del propio Rubiales, también testificarán sus dos hijas, quienes estuvieron presentes en la final y viajaron en el avión de regreso a España junto con las jugadoras. El exdirigente asegura que ellas pueden "aportar elementos valorativos" al caso.
Pruebas aceptadas y rechazadas
La Audiencia Nacional aceptó gran parte de las pruebas solicitadas por Rubiales y el resto de las partes implicadas, incluyendo una pericia de lectura de labios para determinar lo que Rubiales dijo "antes de besar" a la futbolista.
Sin embargo, el juez desestimó la solicitud de los abogados de Jenni Hermoso de incorporar como prueba una entrevista de radio realizada a Rubiales el mismo 20 de agosto, en la que calificó el incidente como "un pico de dos amigos". También rechazó la inclusión de varios comunicados de la RFEF como pruebas.
Asimismo, se desestimó la petición de Rubiales de incluir una grabación del aeropuerto en la que este lamentó "las consecuencias mediáticas" del beso a las jugadoras a su llegada, considerando el juez que lo dicho en ese momento es "intrascendente". Igualmente, se rechazó la solicitud de Rubiales de que dos peritos privados analizaran las imágenes de la entrega de trofeos para detectar posibles signos de rechazo o contrariedad en Jenni Hermoso, pues la valoración de la prueba es responsabilidad exclusiva del juzgado y no puede delegarse.
Finalmente, el juez también negó la petición de la Fiscalía de incluir el vídeo de la Junta extraordinaria de la RFEF del 25 de agosto, donde Rubiales anunció que no dimitiría, aunque acabó renunciando el 10 de septiembre, un día antes de que el juez del caso admitiera la querella de la Fiscalía contra él.
Del 'Se acabó' a París
Se cumple un año de aquella imagen, que dio la vuelta al mundo, en la que el entonces máximo mandatario del fútbol español sujetó la cabeza de Jenni Hermoso con ambas manos y le dio un beso en los labios. Bajo el lema 'Se acabó' liderado por las campeonas del mundo, las salidas de la RFEF se fueron sucediendo en cadena hasta llegar a la 'cumbre de Oliva', con Montse Tomé ya como seleccionadora nacional.
Tras vivir los dos días más convulsos del fútbol femenino español con la reunión en Oliva (Valencia) entre el entonces presidente del CSD, Víctor Francos, la RFEF y las jugadoras, Guijarro y Mapi León, que habían rechazado ir al Mundial y fueron llamadas por Tomé, abandonaron la concentración y las demás viajaron a Suecia después de acordar ciertas medidas de cambio para jugar la primera edición de la Nations League, que se ganó.
Meses después, la Selección llegó a París como clara favorita al oro y se marchó sin medalla de los Juegos Olímpicos, llena de dudas por el bajo rendimiento de algunas jugadoras y la gestión de Tomé, señalada por algunas de sus decisiones durante el torneo.
Además del bronce, España también perdió en París el primer puesto del ranking de la FIFA al que volvió a ascender Estados Unidos después de ganar su quinto oro olímpico, mientras que España ha bajado al puesto número tres cuando se cumple un año del día que cambió todo.