En verano, mientras compartían bailes y exhibiciones futbolísticas por los estadios de la variopinta geografía alemana, Nico Williams y Lamine Yamal visualizaban una fecha en el horizonte. El 24 de agosto de 2024. La segunda jornada de Liga, en otras palabras, el debut liguero del Barcelona en Montjuic, que, para más inri, coincidía en tiempo y forma con la visita del Athletic.
La idea, en aquel momento, se dibujaba como un cóctel molotov porque Nico era jugador del conjunto vasco, pero la entidad catalana estiraba sus redes al máximo para pescar en la ría de Bilbao. El pequeño de los Williams era el pez elegido. Fue objeto de un fuerte acoso del Barcelona cuyos argumentos para negociar se aceraban más a una campaña publicitaria que otra cosa.
Al final, Nico sí jugó en Montjuic, pero con la camiseta del club vasco. El cerco al extremo molestó al Athletic, que aprovechó la Semana Grande de Bilbao como pretexto de agenda para que no se celebrase la tradicional comida de directivas. Las relaciones entre clubes han quedado tocadas tras el 'caso Williams' del verano.
No así la relación entre los dos extremos que se coronaron campeones de Europa con la Selección. Lamine y Nico. Ambos mantienen una estrecha relación. Compartieron confidencias durante toda la tarde. Los dos coincidían en la misma banda y ninguno dejaba escapar una oportunidad para bromear. Ya saben, se pelean por todo. Hasta por ser el padre del otro.
Del principal duelo fratricida salió victorioso el culé con una maniobra cuyo espectador de primera fila fue Nico. Él le marcó con la mirada, Yamal, consciente de ello, atacó su carencia y logró adelantar al Barcelona tras quebrar a 'su hijo' y batir a Padilla. Desvío de Lekue mediante.
Uno MVP, otro abucheado
Actuación que le valió a Lamine para ser reconocido como el mejor jugador del partido y a Nico Williams para ser experimentar un abucheo constante. Desde que su nombre sonó por megafonía hasta que Gil Manzano hizo sonar su silbato. La intensidad de los silbidos fue disminuyendo a medida que transcurría el encuentro. El motivo, que no viste de azulgrana, aunque tal vez no lo haga porque el Barcelona puede pagar esa imagen.
Fue el propio presidente del Athletic, Jon Uriarte, el que de un modo elegante criticó a la entidad culé por sus formas a la hora de intentar contratar al atacante rojiblanco: "Nico ha tomado otra dimensión dado su papel con nosotros y luego en la Eurocopa. Es normal que esté en el ojo del huracán, pero durante el verano han sucedido cosas que no nos han gustado. Cómo se han tratado ciertas cosas, dando por hecho cosas que no iban a suceder, o incluso minusvalorando a un club como el Athletic. Hay que fichar con respeto".
Nico Williams, tras su suplencia en la primera jornada ante el Leganés, volvió a la titularidad en Montjuic. Su partido reflejó que en a finales de agosto no se encuentra en su mejor estado de forma. Desbordó por su banda y generó ciertos momentos de zozobra, pero no fue suficiente para que su equipo sumara algún punto en Montjuic.
"A Nico le he visto muy bien. Le han silbado un poco al principio, pero no le doy importancia", asegura Valverde tras el partido. En Barcelona se reencontraron los "bros" y coincidieron los dos fichajes del club azulgrana. Nico Williams, el ficticio y Dani Olmo, el real.