En Red Bull ya no están tan tranquilos. La diferencia de Max Verstappen en el liderato del Mundial es todavía de 70 puntos sobre el segundo, el inglés Lando Norris, pero las sensaciones tras la carrera en Zandvoort llaman a ser precavidos. El crecimiento de McLaren es evidente y con nueve carreras aún por delante mete presión a la estructura austriaca, algo a lo que no estaba acostumbrada en los últimos años.
El resultado en el GP de Países Bajos, donde terminaron 22 segundos por detrás de Norris en un circuito corto, ha sido una señal alarmante para Red Bull. En el Mundial de constructores se ha ido reduciendo la distancia desde Imola a solo 30 puntos y la pareja de McLaren se ve más fuerte que Verstappen junto a un Checo Pérez que ni está ni se le espera. En Milton Keynes, la prioridad vuelve a ser proteger la ventaja de Max.
Helmut Marko, asesor de Red Bull, fue uno de los primeros en reconocer la amenaza real que representa Norris: "Ahora tiene la velocidad para alcanzar a Max en el campeonato", afirmó, sorprendido por la superioridad de McLaren y la mala actuación de su propio equipo en Zandvoort. Marko incluso admitió que en esta fase del campeonato, "no pueden seguir el ritmo de McLaren en absoluto".
No es solo Marko quien está preocupado; Christian Horner también ha expresado su temor de que el campeonato se les escape si no logran mejorar pronto. Aunque se muestra más cauteloso, Horner es consciente de la necesidad de sumar puntos en cada carrera para mantener sus aspiraciones al título. "Es la cuarta vez este año que nuestra ventaja se reduce, pero tenemos que seguir puntuando", comentó, subrayando que la estrategia será minimizar daños y asegurar que, cuando no puedan ganar, al menos terminen en segundo lugar.
Horner también reconoció que la ventaja de 70 puntos podría desaparecer rápidamente si McLaren continúa con su buen rendimiento. "Hemos tenido suerte de que McLaren no haya sido tan fuerte al principio del año, pero esa ventaja puede esfumarse en un abrir y cerrar de ojos", dijo. Verstappen, por su parte, se mostró preocupado por la reciente caída en el rendimiento: "Las últimas carreras no han sido fantásticas, así que creo que, en cierto sentido, eso ya es un poco alarmante".
El piloto holandés, con una vasta experiencia en la Fórmula 1, sabe que es crucial mantener la calma en momentos de incertidumbre. "No debemos entrar en pánico, estamos trabajando para mejorar la situación", afirmó. Sin embargo, también reconoció que es frustrante no saber exactamente qué está fallando en el coche. "Hay algo en el coche que lo hace más difícil de manejar, y es complicado identificar la causa. El equilibrio está fuera de lugar, los neumáticos se desgastan demasiado rápido, y es difícil conducir así", concluyó.
Así, en Red Bull, la urgencia de mejorar se ha convertido en una prioridad, con la esperanza de que puedan revertir la tendencia y evitar que McLaren y Norris se conviertan en una amenaza aún mayor en la lucha por el campeonato.