Empieza a ser algo recurrente en el Real Madrid el tema de las lesiones al principio de la temporada. Ya el año pasado la mala suerte se cebó con el conjunto blanco en este aspecto, pero la pandemia parece no haberse alejado y está sucediendo algo similar -aunque de menor gravedad- en el arranque de este curso.

Apenas se han disputado cuatro jornadas de La Liga y el campeón ya ha sufrido hasta siete lesiones. Dani Ceballos, Jude Bellingham, Camavinga, Vallejo, Tchouaméni, Mendy y ahora también Militao a última hora dejan en jaque una plantilla que en algunas posiciones no va precisamente sobrada de efectivos.

Por suerte para los blancos, no todas estas lesiones apuntan a prolongarse demasiado en el tiempo, y este parón por selecciones de este fin de semana les va a venir bien en este aspecto, pero desde luego que Carlo Ancelotti va a tener que tirar de ingenio para cubrir algunas de estas ausencias cuando regrese la competición.

Tanta lesión deja claro que la casualidad ha quedado a un lado. Aparecen, por lo tanto, dos principales focos que apuntan a ser los culpables de todo esto. Uno tiene que ver con la extremada saturación del calendario, mientras que el otro apunta a las pretemporadas cada vez más exigentes que realizan los grandes clubes europeos.

Ya el Real Madrid demostró la pasada campaña tener una fuerte capacidad de adaptación y una gran capacidad para sortear estos problemas, pero de nuevo tendrá que enfrentarse a un escenario complicado que inquieta en los primeros compases de la temporada.

La plaga de lesiones

Pronto comenzó este curso la tortuosa relación del Real Madrid con las lesiones. Con David Alaba todavía en el dique seco y sin poder jugar desde diciembre del año pasado, Eduardo Camavinga fue el primero que se unió a la enfermería antes incluso del primer partido oficial.

El francés, que había disputado este verano la Eurocopa con Francia, sufrió un esguince de ligamento en su rodilla izquierda en el entrenamiento previo a la final de la Supercopa de Europa. Mala suerte para un jugador que apuntaba a comenzar el curso como titular y que de repente tenía que parar. Todavía no se ha recuperado.

Las malas noticias se reprodujeron después con otra pieza clave de la plantilla, Jude Bellingham. El inglés, que la pasada campaña arrancó como un tiro y mostró una adaptación bárbara al Real Madrid, sufrió una lesión muscular en su pierna derecha que le tendrá apartado del verde hasta el final de este mes de septiembre.

Vallejo se unió a la lista de futbolistas con problemas físicos, y en los últimos días el drama se ha ampliado para el conjunto blanco. Dani Ceballos cayó lesionado después de jugar el partido contra el Real Betis. Un fuerte esguince de tobillo le dejará KO prácticamente dos meses, otro serio contratiempo para el centro del campo de Carlo Ancelotti. 

Rüdiger, Mendy y Tchouaméni, con Ancelotti. REUTERS

Poco después, desde la concentración de la selección francesa llegaron más malas noticias. Primero fue Mendy el que cayó, y posteriormente Tchouaméni -otro centrocampista más- también tuvo que volver a la capital española por unas molestias en el pie izquierdo. 

El último en engrosar la lista de la enfermería fue Militao. Una lesión muscular en su pierna derecha mientras estaba concentrado con Brasil hizo saltar todas las alarmas, y aunque se espera a conocer el alcance real de su dolencia todo indica que se perderá varios de los próximos partidos.

La pizarra de Ancelotti

Con tanta baja junta, a Carlo Ancelotti se le acumulan los problemas. No va a ser la primera vez que el técnico italiano tenga que hacer frente a un panorama casi desolador como consecuencia de las lesiones, pero de nuevo tendrá que recomponer un puzle y encajar las piezas de la mejor manera posible.

Los problemas se reproducen para confeccionar la alineación del partido del próximo fin de semana ante la Real Sociedad en La Liga. Tanto el centro del campo como el eje de la zaga se han quedado prácticamente huérfanas en las últimas horas, así que Ancelotti tendrá que hacer algún invento.

Sin Camavinga, Ceballos y Bellingham, y con la duda de Tchouaméni, la zona ancha se resiente considerablemente. Luka Modric gana muchos enteros para entrar en el equipo desde el inicio, pero Ancelotti incluso podría verse forzado a realizar un cambio de esquema para encajar las piezas.

Algo similar pasa en el eje de la zaga. Alaba no está listo, Militao parece que tampoco estará a punto, y además Vallejo sigue con molestias. Esto hace al Real Madrid vulnerable en defensa hasta que todos sus hombres fuertes vuelvan a estar a punto.

Los motivos

El Real Madrid ya tuvo que sufrir en el inicio de la temporada pasada las lesiones graves de Thibaut Courtois y Eder Militao. Tanto el guardameta como el central se rompieron el cruzado, y eso les hizo estar fuera prácticamente todo el curso. 

Es cierto que ahora las lesiones no son de tanta gravedad en el conjunto blanco, pero sí que se siguen reproduciendo y lastrando el rendimiento del equipo en este inicio de curso. No parece, por lo tanto, que sea un tema del azar sino que hay razones detrás de todo lo que está pasando. 

Uno de los grandes motivos que todos los expertos coinciden en señalar tiene que ver con la pretemporada. Ya apenas se han preparaciones específicas que ayuden al jugador a rodarse poco a poco, a coger su mejor forma y a fortalecer su cuerpo después del parón.

Ahora cada verano se ha convertido en una oportunidad perfecta para que los grandes clubes llenen sus arcas con giras por medio mundo. Unas giras que conllevan viajes largos, desfases horarios y hasta partidos de exigencia contra rivales de igual entidad cuando los futbolistas aún no se han rodado.

Thibaut Courtois, junto a Carlo Ancelotti. REUTERS

Por otra parte, el calendario no ayuda de ninguna manera. Los jugadores cada vez están más expuestos, disputan más partidos y tienen menos descanso. Hay competiciones que duran más, como la nueva Champions League, y competiciones que nacen, como el nuevo Mundial de Clubes.

La carga que experimentan los profesionales durante todo el año es muy elevada y eso les exprime hasta el límite. Unido a que la preparación física en ocasiones no es la mejor por estas pretemporadas, el caldo de cultivo es perfecto para que las lesiones se multipliquen en los primeros compases de cada curso.