Las cosas marchan viento en popa para el Fútbol Club Barcelona en este arranque de la temporada en lo puramente deportivo. Cuatro victorias en las cuatro primeras jornadas de La Liga así lo confirman, y también el consiguiente liderato en solitario de Primera División.

La imagen del equipo ha sido notable durante estos primeros encuentros, Hansi Flick parece haber dado con la tecla y la afición está contenta con cómo marchan las cosas. Hacía tiempo que las aguas no bajaban tan tranquilas por la ciudad condal en este sentido, pero de nuevo todo vuelve a torcerse cuando se echa una mirada más allá de lo que pasa sobre el terreno de juego.

Lejos del césped, las líneas del camino que marca Joan Laporta al frente del club siguen siendo erráticas. La gestión del actual presidente sigue alimentando las dudas, especialmente por lo sucedido una vez más durante este pasado verano con los problemas que se volvieron a vivir en el mercado de fichajes.

Joan Laporta, en rueda de prensa EFE

No es lo único que se le echa en cara al mandatario. La constante improvisación, tapando agujeros a través de las palancas o con diferentes triquiñuelas, o la poca credibilidad que algunos le dan a las cuentas presentadas también marcan esta segunda época de Joan Laporta al frente de la entidad.

Incluso Víctor Fort, el que fuera aspirante a presidente en las pasadas elecciones, se ha hartado de las maniobras de Joan Laporta y ha estallado en los últimos días. Catalogó de "decepcionante" la gestión actual en Can Barça y aseveró que "hay que hacer las cosas bien para aprovechar el potencial" que tiene la entidad.

El balance económico

Hace unos días, Joan Laporta compareció públicamente para hacer un balance de su gestión durante los últimos meses al frente del Barça. Su discurso fue triunfal, esbozó un panorama de lo más ilusionante en lo deportivo y sobre todo pintó la luz al final del túnel en cuanto a lo económico se refiere.

Lo cierto es que el Barcelona sigue teniendo serios problemas para ajustar sus cuentas año tras año, y contra eso clamó Víctor Fort. "No podemos decir que el Barça está salvado económicamente si no conseguimos resolver el pufo de Barça Studios y demostrar que tenemos capacidad para generar beneficios para devolver la deuda", aseveró el aspirante a presidente en las pasadas elecciones.

En aquel balance, Joan Laporta aseguró que en club no alcanza la norma del 1:1 porque no quiere, dejando entrever que las cuentas están mucho más saneadas de lo que parece. 

Otra aseveración que Fort no se cree ni por asomo: "De no haberse lesionado Christensen y Araujo, ¿dónde estarían ahora Olmo e Íñigo Martínez? Y encima nos dicen que no estamos en el 1:1 porque no queremos. Es increíble", llegó a comentar Fort.

Una improvisación constante

Desde la oposición se criticado en muchas ocasiones también los bandazos que viene pegando el Fútbol Club Barcelona en su gestión desde que Laporta tomó las riendas. Cambios de guion radicales, o sorteando problemas según aparecían, tanto en lo deportivo como en lo económico.

Un gran ejemplo de ello fue lo que sucedió con Xavi Hernández. El anterior técnico anunció su marcha por voluntad propia, pero entonces Laporta hizo todo lo posible para evitar su fuga y consiguió que se quedara. Tras escenificar el acuerdo orgulloso, pocos días después estaba implorando por su marcha para terminar contratando en su lugar a Hansi Flick.

Joan Laporta, junto a Raúl Martín Presa, presidente del Rayo, en el palco de Montjuïc Reuters

"Es lo más decepcionante y frustrante que recuerdo en la vida institucional del club, que no es poco. No existe ningún plan y, por lo tanto, improvisan", comentó también al respecto de la gestión errática Víctor Fort en su último análisis de la actualidad del Barcelona.

La ejecución de las palancas son, en el plano económico, otra muestra de que la directiva busca soluciones por el camino según van surgiendo los problemas. En estas, el Barcelona ha vendido e hipotecado una buena parte de su patrimonio para solucionar contratiempos del presente.

El caso de Nico Williams

Algo que ha escamado a los aficionados durante este pasado verano ha sido lo sucedido con Nico Williams. El presidente nunca ocultó el interés por el jugador del Athletic Club tras su buen papel en la Eurocopa, y el intento de fichaje fue un secreto a gritos que acaparó todos los focos. 

Sin embargo, el Barça fracasó en el abordaje de esta operación y el delantero sigue jugando esta temporada en San Mamés. La otra pregunta hubiera sido cómo inscribirle por la falta de Fair Play, pero entonces los culés se lanzaron a por Dani Olmo.

"Nos engañaron. Al principio Laporta nos habló de él y después, al final, ya no quería hablar de nombres propios. Yo dije en ese momento que no podíamos y no me creyeron", comentó al respecto de este fichaje fallido Víctor Fort. 

Es la película de nunca acabar los últimos años en cada mercado de fichajes del Barça. Hacer malabares con el margen para cada incorporación, un argumento que siguen usando todos aquellos detractores de la gestión de Joan Laporta al frente del club.