El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona, Salvador Roig Tejedor, ha declarado culpable al excapitán del Celta de Vigo y actual jugador del Aris de Salónica Hugo Mallo, de 33 años, de un delito de abuso sexual contra la mujer que trabajaba como mascota del Espanyol.
El incidente se produjo el 24 de abril de 2019 en el estadio del Espanyol, antes del inicio de un partido de Liga. Hugo Mallo era capitán del Celta y se acercó a la mascota femenina perica (había otra masculina), tocándole los pechos sin consentimiento por su parte.
El juez resuelve que la indemnización por daño moral será de 1.000 euros más intereses, como resultado del pago de diez euros diarios durante 20 meses. También pagará una multa de 6.000 euros. La defensa de Hugo Mallo todavía puede interponer recurso a esta sentencia.
La sentencia del juez, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, dice: "Queda probado que el hoy acusado Dº Hugo Mallo Novegil (...), sobre las 20:30 horas del día 24 de abril de 2019, siendo este jugador y capitán del Real Club Celta de Vigo, con ocasión del partido entre el Real Club Deportivo Espanyol y el Real Club Celta de Vigo (...), en el momento de realizar los saludos tanto a los componentes del equipo contrario como a las dos personas que caracterizan las mascotas del Espanyol siendo estas un periquito y una periquita, al llegar a la altura de la víctima, disfrazada esta de periquita, el acusado, con la intención de satisfacer su ánimo libidinoso y de menoscabar la indemnidad sexual de la misma, le metió las manos por debajo del disfraz y le tocó los pechos, viéndose obligada la víctima a retroceder y apartar al acusado con la mano derecha".
El pasado mes de julio se celebró la vista oral del caso, en la que declararon la denunciante y su compañero de trabajo y Hugo Mallo y Rubén Blanco, compañeros de vestuario. El denunciado volvió a negar el presunto abuso que se habría producido tras el pasamanos inicial y en el que la denunciante, ataviada con el disfraz de la mascota perica, se dispuso a saludar a los jugadores visitantes.
"Llevaba como mascota del Espanyol desde el 2016. Normalmente, yo me ponía la última de la fila. Recibimos toda la fila de jugadores y normalmente me dan un choque de manos. Las manos de Hugo Mallo fueron a mis pechos y realizó unos tocamientos. Me quedé aturdida y sorprendida. Mi campo de visión con el traje es muy reducido. Sus manos entran para tocarme los pechos por debajo de la cabeza, del disfraz, de la barba", expresó la denunciante en su declaración.
Mallo dio su versión de lo sucedido. "Ella me acusa de una situación que no he hecho. Yo me entero al día siguiente por mi club. Al principio no me lo creía, creía que era una broma. El presidente me dijo que había una denuncia y que lo iban a investigar. Yo ya he visto los vídeos. En esa décima de segundo no veo que ella se va para atrás, yo estoy centrado en el partido. No me apartó. Yo en el vídeo veo que mis manos están en su cintura, no en el pecho".
Antes de la declaración de Hugo Mallo fue el turno de Rubén Blanco, actual portero del Marsella y su compañero en el Celta: "Habitualmente siempre salgo segundo, detrás del capitán. En este caso de Hugo Mallo. Yo no noté nada raro antes de empezar el partido. Estábamos jugándonos el descenso, era un partido muy importante. Hugo nos habló antes del partido, como en todos los encuentros. Nosotros no pactamos tocarle los pechos a la periquita. Tampoco hicimos ningún tipo de broma. Ni identifiqué si la mascota era hombre o mujer", aseguró. Con la sentencia del juez, se zanja uno de los casos más mediáticos del fútbol de los últimos años.