Era uno de los aspectos que más preocupaban al aficionado del Real Madrid. Desde que se confirmó el fichaje de Kylian Mbappé por el conjunto blanco, en el aire se instaló la duda de cómo se gestionarían los egos en una plantilla tan cargada de estrellas y que venía de ganar tantas cosas.
Vinicius, Bellingham, Rodrygo... Muchas grandes figuras del fútbol actual que ya componían un puzle al que debía entrar una nueva pieza, y no era una cualquiera. Mbappé venía de serlo todo en el PSG, de tener un club a sus pies y un equipo hecho en exclusiva para él, pero desembarcaba en el Santiago Bernabéu junto a otro gran catálogo de estrellas donde tenía que encajar.
Los temores, sin embargo, de cómo aterrizaría Mbappé en el vestuario del Real Madrid han quedado disipados a las primeras de cambio. El francés lanza constantes mensajes de humildad desde su llegada, y todas las palabras que recibe a cambio de sus compañeros son inmejorables.
Pero más allá de los dichos, también están los hechos. Poco a poco se va conjuntando en un equipo al que debe seguir adaptándose, pero en los pequeños detalles es donde se puede ver que caído con buen pie en el conjunto blanco.
La muestra de ello es la gestión de los lanzamientos de penalti. Por el momento, alterna esta responsabilidad tan grande con Vinicius. Al 50%, las penas máximas son de ellos y además son los propios futbolistas los que deciden hasta el momento -y sin disputas- quién ejecuta cada pena máxima.
El dilema de los penaltis
Uno de los reflejos más claros de la disputa de egos en los equipos de fútbol suele ser la de la ejecución de los penaltis o las faltas. Las acciones a balón parado, y especialmente las penas máximas, suelen quedar reservadas para los jugadores con más peso en el vestuario -además de su gran calidad-, y habitualmente tienen un dueño claro.
Sin embargo, eso no es así en este nuevo Real Madrid, al menos por el momento. El conjunto blanco ha disfrutado de hasta cuatro penaltis en lo que va de Liga y los lanzamientos se han repartido a partes iguales entre dos de los jugadores con más relevancia en la plantilla, Vinicius y Mbappé.
Al 50%, dos los ha transformado el brasileño y otros dos más el francés. Una versatilidad que, por cierto, juega en favor del Real Madrid ya que ambos se han mostrado perfectamente fiables desde los once metros, y eso quiere decir que cuando uno no esté sobre el terreno de juego el otro podría asumir la responsabilidad con totales garantías.
Kylian Mbappé era el amo y señor de los penaltis y las faltas en el París Saint-Germain. No había discusión alguna de que él era el encargado de ejecutar cualquier acción peligrosa de este tipo, pero sabía que en el Real Madrid las cosas no serían tan claras en un principio.
Vinicius, por su parte, se ha ganado a pulso ser uno de los pesos pesados del equipo. Candidato número uno al Balón de Oro, tiene galones más que suficientes como para pedir ser el ejecutor de las penas máximas y cargarse así también la responsabilidad goleadora a sus espaldas.
Ancelotti, a libre elección
Contra Las Palmas llegó el primer penalti a favor de la temporada para el Real Madrid. En aquella ocasión, Vinicius cogió el balón, lo colocó en el punto situado a once metros de la línea de gol y transformó el lanzamiento.
Algunos lo interpretaron como un mensaje directo a Mbappé, una manera de marcar territorio, pero esa teoría fue echada por tierra con el segundo penalti. En el partido ante el Real Betis, además en el Santiago Bernabéu, fue Kylian el que tuvo el privilegio de lanzar y de conseguir su segundo gol en La Liga.
Le estaba costando al francés arrancar en su faceta goleadora en esta competición, así que Vinicius tuvo un gran gesto con él y le instó a lanzar aquel penalti. Ante el público madridista, para quitarse una losa de encima, el brasileño le dijo "tíralo tú" y su compañero no defraudó transformando el disparo en gol.
En la última jornada ante la Real Sociedad, el Real Madrid se encontró de nuevo ante la situación de tener que lanzar ya no uno, sino dos penaltis en el mismo partido. Como si de una alternancia casi pactada se tratara, Vinicius lanzó el primero y Mbappé el segundo. Los dos terminaron en gol.
No hay instrucciones claras al respecto de cómo se debe proceder ante el lanzamiento de las penas máximas. Al menos eso es lo que confesó Carlo Ancelotti en la rueda de prensa posterior: "Lo eligen ellos. Son ellos quienes toman la responsabilidad de tirar y ha salido muy bien hasta ahora".
Una muestra más de la capacidad de Carlo Ancelotti para dirigir a un equipo plagado de estrellas. No sólo es un gran entrenador, ideal para guiar a una plantilla así al éxito, sino que también es un magnífico gestor de vestuario que sabe delegar según qué aspectos para mantener 'limpio' el ambiente.