La Champions League, esa competición que tantas veces actuó como refugio de tormentas para el Real Madrid, tampoco se convirtió en el paraguas táctico que necesitaba el equipo de Ancelotti. Los blancos se llevaron tres grandes lecciones apuntadas en su cuaderno de bitácora. El juego no convence, la defensa no posee solidez, pero las individualidades sostienen cuando el colectivo no alcanza.
Pese a que el dominio de Courtois en área propia y de Vinicius, Mbappé, Rodrygo y Endrick en la contraria es innegable, Ancelotti no quiere depender de las individualidades. Busca dotar a su equipo de mayor solidez y eso pasa por un trabajo conjuntos. Ante el Stuttgart, el Madrid volvió a dejar dudas atrás. Con espacios entre sus líneas y un equipo con demasiada vocación ofensiva.
Además del tridente, Bellingham y Valverde se prolongaban más en campo contrario que el propio. Y Tchouameni quedaba algo desamparado como único muro de contención. Durante el verano se barruntaba que esto pudiera suceder. Se fue Kroos, llegó Mbappé, y el equipo que funcionaba como un reloj suizo ha pasado a no encontrarse. Ni así mismo, ni entre los jugadores dentro del terreno de juego. No existe alternativa para el alemán.
"Hay que elegir construir fútbol o jugar vertical. La responsabilidad es del entrenador. Si elegimos construir, el primer gol no lo marcamos, con ese balón de Carvajal y el otro a la espalda de Tchouaméni. A veces hay que construir y otras jugar directo porque tenemos delanteros muy rápidos", analiza Ancelotti.
Por ello, no descarta la idea de reforzar el centro del campo en un intento de hallar el hasta ahora ausente equilibrio. No sería de manera cotidiana, pero sí se vería pronto sobre el terreno de juego, especialmente lejos del Bernabéu. Con ello se espera encontrar la estabilidad. Además de Bellingham, que deberá realizar mayores tareas defensivas, el centro del campo de Ancelotti deberá contar más músculo.
El club, siguiendo la política de riesgo cero, no forzará con Camavinga, al que se espera para el derbi contra el Atlético de Madrid dentro de diez días. El francés todavía no ha podido debutar en lo que va de campaña. La lesión sufrida en el entrenamiento previo a la disputa de la Supercopa se lo he impedido. Su objetivo es el derbi.
Antes, el Espanyol pone a prueba el equilibrio de un equipo blanco que podría contar con mayor participación de Endrick. El brasileño suma dos goles en los escasos 23 minutos que ha disputado esta temporada y ha caído de pie en el vestuario blanco, tiene encandilado a su entrenador con el trabajo diario en cada entrenamiento.
"Va a ser titular en alguno de los próximos partidos. Y será titular en muchos partidos del Real Madrid. Por su calidad es bastante obvio. Es un chico humilde, habla poco y trabaja mucho. Eso me gusta mucho", asegura Ancelotti. El joven brasileño se gana más protagonismo al mismo tiempo que Carlo medita cambiar el sistema. La fórmula para encontrar el equilibrio desaparecido.