La guerra entre el Real Madrid y los árbitros de La Liga sigue abierta una temporada más. Y hay nuevo motivo de disputa. Ni los penaltis no señalados ni la indulgencia con los rivales (que también). El número de amarillas que están recibiendo por protestar han generado una indignación en el club blanco y en su afición. El colegiado Muñiz Ruiz estuvo este martes, en el partido contra el Alavés, en el centro de la diana.
Ya es costumbre en el Santiago Bernabéu escuchar en los partidos cánticos como "¡Corrupción, en la Federación!". En el último partido salieron a relucir en el minuto 30, cuando tanto Valverde como Vinicius ya habían visto la tarjeta amarilla por sus quejas al árbitro por decisiones con las que no estaban de acuerdo. Hacia el final le tocó a Modric, lo que terminó de encender al estadio para despedir al colegiado con una pitada que tardará en olvidarse.
Nueve de las 15 amarillas que ha recibido el Real Madrid en lo que va de temporada (además de una roja directa de Mendy) han sido por protestar. Seis si nos centramos en los últimos días, ya que ante el Espanyol, también en el Bernabéu, les tocó a Mbappé, Bellingham y otra vez Vinicius. Carvajal, ante Las Palmas y Betis, y la tercera a Vinicius, también ante el Betis, completan la cuenta. Un 57% de amarillas por las protestas frente al 19% (14 de 72) de la pasada temporada.
El incremento se debe a la nueva orden recibida por los árbitros de cara a esta temporada. 'No se debe permitir gesto alguno que llegue al aficionado como una crítica hacia lo pitado'. Los colegiados lo están cumpliendo al dedillo, aunque en el Madrid sienten que se vigila con mayor hincapié a sus jugadores.
"Creo que están siendo muy severos. Hoy lo de Fede es anecdótico, creo que lo que hace en el minuto tres que no justifica la tarjeta. El otro día lo de Kylian es muy suave. Nosotros entendemos que los árbitros quieren cortar un poco los aspavientos, pero creo que hay que tener un punto medio", decía Lucas Vázquez tras el partido del Alavés.
El jugador gallego pedía también más empatía al colectivo arbitral ante estas situaciones: "Todos en el campo estamos con muchas revoluciones y hay que entender al jugador y bajar un poco eso. En estos dos partidos ha penalizado más la protesta que la patada. Teníamos dos tarjetas sin haber hecho ni una falta y ellos con 10 faltas no tenían ni una sola tarjeta. Creo que es para mirarlo, pero entiendo que todo irá mejorando", añadió.
Hasta Ancelotti se enfadó con Muñiz Ruiz, al que se recriminó que estuviera más pendiente de sancionar los gestos de los jugadores del Madrid que las patadas de los futbolistas del Alavés. "Tenemos que acostumbrarnos a la nueva norma y nada más. Tenemos que dejar la protesta y punto. Justas o injustas hay que adaptarse a las nuevas reglas. Le he dicho que me parecen exageradas las amarillas que ha sacado por las protestas, nada más", decía el italiano.
Y es que parece que ni los árbitros terminan de tener clara la orden, puesto que esta en teoría permite, al menos, al capitán hablar con el colegiado. Pues Modric, con el brazalete, vio la amarilla también por protestar. "Ahora yo tengo que hacer lo mío para evitarlo, y nada más. Sin problemas. Tenemos que evaluar el tema de las amarillas por las protestas y lo haremos entre nosotros. Pero le ha sacado una amarilla al capitán, Luka, que sí puede hablar", añadió Carletto. La batalla continúa.