Nadie se esperaba un batacazo como el que protagonizó la selección española de fútbol sala en el Mundial de Uzbekistán. Un equipo acostumbrado al éxito durante tanto tiempo, de repente se pegó de bruces con la cruda y nueva realidad y se vio apeado del torneo en los octavos de final tras caer ante Venezuela.
Todavía con cierta incredulidad flotando en el ambiente, a la Selección y también a la Federación no les queda más remedio que empezar a aceptar este nuevo escenario que se abre en el horizonte. Nadie duda de que lo de este último Mundial ha sido un fracaso en toda regla, sin paliativos, el mayor de la historia en esta competición.
Desde que la FIFA empezó a organizar el Mundial de fútbol sala allá por 1989, España nunca había hecho un papel tan discreto. Tan sólo en el primero no logró pasar la fase de grupos, aunque terminó en el cómputo global en la novena posición del torneo.
Los octavos de final de esta Copa del Mundo de 2024 suponen un retroceso de 35 años en el tiempo, porque desde entonces España siempre había estado entre los mejores. Hubo una época, de hecho, en la que la Selección se convirtió en la gran dominadora de este deporte y en la envidia del mundo entero.
Bicampeona del mundo de manera consecutiva en 2000 y en 2004, España siempre conseguía subirse al podio para colgarse una medalla. Hasta tres subcampeonatos, en 1996, 2008 y 2012, y un tercer puesto en 1992.
Sin embargo, la tónica ha ido cambiando en los últimos años. Como si de un serio toque de atención se tratara, ya en los dos anteriores Mundiales la Selección se había quedado más lejos de los mejores equipos. Ni rastro de alcanzar las semifinales, síntomas de agotamiento y una llamada de socorro.
El estrépito de caer en octavos de final y además ante una selección débil y muy por debajo en el ranking FIFA como Venezuela, ha hecho estallar una tremenda crisis en la selección española de fútbol sala, que ve muy lejos la época de bonanza.
Un seleccionador sentenciado
Donde coinciden en señalar muchos focos es hacia el banquillo. El seleccionador Fede Vidal ha sido objeto de muchas críticas en las últimas horas y marcado como el gran culpable de este fracaso del combinado nacional en el Mundial.
"Quiero pedir disculpas a la afición. En los momentos importantes ellos han tenido ese acierto. Esto es deporte y hay que aceptarlo", llegó a señalar el técnico una vez que se confirmó la eliminación de España en los octavos de final.
Parece que de poco van a servir estas disculpas, porque todo apunta a que el seleccionador ya estaba sentenciado antes incluso de que arrancara el Mundial. Habrá un cambio de timón al frente del equipo, aunque tras un tropiezo de este calibre seguro que las reformas deberán ser todavía más profundas.