Restaban 15 minutos para la conclusión de la ida de octavos de final de Copa del Rey 2015. El Atlético vencía por la mínima, penalti transformado por Raúl García mediante, cuando Gabi botó un saque de esquina que Giménez, libre de marca, remató y puso más tierra de por medio. El Vicente Calderón explotó. Salió ese fulgor que caracterizaba al ahora extinto feudo rojiblanco. 

Durante la celebración, cada zapato abandonó su zapatero. Los jugadores suplentes entraron al terreno de juego a fesjetar junto a sus compañeros, el cuerpo técnico abandonó el banquillo y Diego Pablo Simeone corría por la banda puños en alto. Hasta que se percató de la presencia de un recogelotas dentro del área técnica. 

Era Guiliano, el pequeño de sus hijos, que corría balón en mano, ataviado con el peto y una pueril sonrisa en su rostro. Se había saltado cualquier obstáculo entre su posición de recogepelotas y el banquillo rojiblanco. Atrás quedaba cualquier resquicio de protocolo. Padre e hijo se fundieron en un sentido abrazo con cada uno de los dos goles del Atlético. Especialmente tras el cabezazo de Giménez. 

Giuliano y Diego Pablo Simeone se abrazan durante la celebración del gol de Giménez al Real Madrid. RFEF.

Cabe recordar que en aquella época, Giuliano únicamente había soplado doce velas de su tarta. Todavía le quedaban siete para ingresar en la cantera del Atlético. Desde entonces, tras crecer en las categorías inferiores rojiblancas, sendas cesiones en el Real Zaragoza primero y Deportivo Alavés después, validaron su arribo en el primer equipo colchonero para esta temporada. 

En la última jornada, ante el Celta de Vigo, Giuliano gozó de su primera titularidad liguera con el Atlético. Caído al costado izquierdo, con trabajo incansable y agresividsd en cada duelo, sus señas de identidad. Relegado a un segundo plano en el inicio de esta temporada, el pequeño de los Simeone "está dando todo para aprovechar la oportunidad", asegura su entorno a este periódico. 

Derbi de caza

El primer derbi de Giuliano como colchonero se ha convertido en una jornada de caza para Atlético y Real Madrid. Al octavo partido, se cortó el pleno de victorias del Barcelona. Ocurrió en el siempre pasional recinto de El Sadar. Una caldera que dio la bienvenida a La Liga a Hansi Flick. Se queda en siete el número de victorias seguidas del Barcelona en Liga después de que Budimir, por partida doble, primero de cabeza y más tarde de penalti, y sendos golazos de Bryan Zaragoza y Bretones tumben (4-2) a los de Flick.

Recortaron distancias a través de Pau Víctor y Lamine Yamal pero nunca le encontraron la cara al partido. El duelo en Pamplona significa el prólogo del derbi de este domingo. y la primera derrota del Barça se traduce como en oportunidad de caza para Real Madrid y Atlético de Madrid, que disputan en el Metropolitano el primer derbi madrileño de la temporada.

Actualmente, la diferencia del Barcelona, que mantiene el liderato pese a la derrota con Osasuna, asciende hasta los cuatro puntos con el Real Madrid y se va hasta los seis con el Atlético de Madrid. Números que serán recortados tras el derbi del domingo. O bien los de Ancelotti se sitúan a un punto en caso de victoria, o bien los de Simeone se colocan a tres puntos si vencen o, si empatan, los blancos se quedarán a tres puntos y los rojiblancos a cinco. En cualquier escenario, la distancia se verá reducida.