La Guerra de Israel contra Hezbolá sigue experimentando una escalada de tensión. Este mismo martes, Irán dio un paso más en este conflicto bélico y bombardeó ciudades como Tel Aviv y Jerusalén. Más de 100 misiles cayeron en apenas unos minutos en territorio israelí a última hora de la tarde.
La situación social es muy tensa y todo este contexto afectará, ineludiblemente, también al deporte. Todavía es pronto, pero es muy probable que las competiciones domésticas tengan que verse detenidas si el conflicto sigue recrudeciéndose, aunque parece que no pasará lo mismo con las competiciones continentales.
Uno de los equipos más afectados en este sentido será el Maccabi Tel Aviv. El conjunto israelí, con secciones de baloncesto y de fútbol implicadas en algunas de las competiciones más importantes del continente, hace tiempo que ya tiene que jugar sus partidos internacionales lejos del territorio israelí.
Ya el año pasado, la UEFA dio a conocer que no se jugarían más partidos en Israel hasta nuevo aviso y, siguiendo esa consigna, también designó las nuevas sedes para los clubes hebreos. En fútbol, tanto el Maccabi Tel Aviv como el Maccabi Haifa fueron enviados a Serbia como lugar seguro para poder disputar sus partidos.
Más concretamente, el máximo organismo del fútbol europeo designó tanto la capital del país, Belgrado, como la ciudad de Backa Topola, como lugares donde estos dos conjuntos tendrían que jugar sus encuentros cada vez que actuaran como locales. Esta decisión se produjo por el conflicto entre Israel y Palestina.
El Maccabi Tel Aviv juega este mismo jueves como local la segunda jornada de la Europa League. Lo hace ante el Midtjylland danés, y el partido se disputará en Belgrado.
El baloncesto, el mismo camino
El Maccabi Tel Aviv de baloncesto también se encuentra en una situación similar. El conjunto israelí realiza el próximo jueves su debut en la Euroliga, la competición europea más importante de basket, y lo hace como local además.
El equipo israelí recibe al Asvel Basket francés en la primera jornada, y este encuentro no se va a jugar en Israel. El choque tendrá lugar también en Serbia, en el Pabellón Aleksandar Nikolic Hall de Belgrado.
Las competiciones europeas no se verán afectadas, en principio, para los equipos israelíes por esta escalada de tensión. Eso sí, deberán seguir jugando sus partidos como locales siempre fuera de su territorio.