La nueva Champions sigue dejando los mismos enfrentamientos de equipos grandes ante otros inferiores... y también las mismas sorpresas que cada año. Ha cambiado el formato, ahora todo es más enrevesado, pero el fútbol sigue haciendo de las suyas igualmente. Y si no que se lo pregunten al Real Madrid, que contra todo pronóstico dobló la rodilla ante el Lille en un partido horroroso.
Los blancos no se encontraron en ningún momento. Ni el impulso de Endrick con su primera titularidad, ni los cambios a tiempo de Carlo Ancelotti buscando la reacción, fueron suficientes como para que el campeón de Europa despertara de su letargo.
Una primera mitad completamente anodina en la que el Lille marcó el gol definitivo desde el punto de penalti ya en el tiempo añadido, dio paso a una segunda en la que no mejoró la imagen. El Real Madrid, que aún así tuvo unas últimas ocasiones clarísimas por medio de Bellingham o Güler, salió resignado a vivir su primera derrota en esta nueva Champions League.
La más absoluta nada
Feo. El partido salió feo desde el primer minuto. Como si estuviera todavía de resaca o en shock por lo sucedido en el derbi del pasado fin de semana, donde al margen de lo extradeportivo se dejó la victoria en el tiempo añadido, el Real Madrid se mostró muy apático en Francia.
Ancelotti le dio por primera vez en Europa la alternativa a Endrick, pero el brasileño no pudo aprovechar esta titularidad. Su compatriota Vinicius fue el hombre que se encargó de poner el primer aviso serio en el encuentro, con un disparo con su pierna derecha desde la frontal del área que obligó a Chevalier a hacer una gran estirada para evitar el gol.
En realidad, eso y poco más fue el Real Madrid en ataque durante la primera mitad, y eso habla muy mal de lo que hizo el conjunto blanco en todo un partido de Champions League. Es cierto que durante algunos tramos los de Ancelotti se hicieron con la posesión del balón, pero fue de manera inútil porque el Lille no tuvo que lamentar ningún susto.
Los minutos fueron avanzando en el partido con más pena que gloria, y ninguno de los dos equipos lograba hacerse con el mando de manera clara. Había una especie de calma tensa, como si los dos jugaran a esperar, a contemporizar y a ver si el que tenían enfrente cometía algún error.
En este oasis, Endrick quiso desatar la calma. Con una cabalgada impresionante recorrió el campo de derecha a izquierda, sorteó a todos los rivales que le salieron al paso, se metió dentro del área y se encontró con Chevalier en el momento de disparar. Fue la ocasión más clara. Una chispa de este joven futbolista que, tiene toda la pinta, le va a dar muchas alegrías al Real Madrid en los próximos años.
Sin embargo, poco a poco el Lille fue recuperando terreno. Los franceses querían darle algo más a su público, y a punto estuvieron de conseguirlo con una doble ocasión inmejorable de David. Para evitar un gol cantado, apareció Lunin, titular en sustitución del lesionado Courtois, para recordar que sigue siendo un portero de categoría.
Parecía que la primera parte iba a morir sin hacer ruido. Sin embargo, el Lille sacó petróleo. En una falta que iba hacia la portería, Camavinga metió las manos en la trayectoria del balón y, pese a que el colegiado dejó seguir en primera instancia, enseguida detuvo el juego para indicar que la acción se estaba revisando.
Parecía claro, así que el árbitro señaló el punto de penalti tras ver la acción en el monitor. David, con tranquilidad y calidad, engañó a Lunin y mató la primera parte con el 1-0.
El Madrid, hasta el final
Tras una primera mitad anodina y sin constantes vitales, se esperaba una reacción a la altura del Real Madrid. Ancelotti incluso movió el banquillo y dio entrada a Fran García, pero aquello no surtió ningún efecto.
El partido siguió el mismo guion. Los blancos se adueñaron de la posesión, es cierto, pero no consiguieron apenas pisar el área de un Lille que estaba cómodo. Incluso los franceses se permitían el lujo de tirar algún contraataque, como el que culminó Zhegrova o el que posteriormente terminó David.
En los últimos instantes de encuentro, el Real Madrid empezó a acogotar cada vez más al Lille. Los blancos pisaron área con más frecuencia, y a punto estuvo Carvajal de empatar con un cabezazo tras un centro de Vinicius desde el costado izquierdo.
Como los blancos no se rinden hasta que el árbitro pita, todavía tuvieron dos ocasiones clamorosas para haber hecho el empate. Primero, por medio de Bellingham, que dentro del área pequeña obligó al Lille a sacar bajo palos, y después con un cabezazo de Güler que salió demasiado centrado cuando lo tenía todo a favor.
Lille 1 - 0 Real Madrid
Lille: Chevalier; Tiago Santos, Diakité, Alexsandro, Gudmundsson, Bakker (Meunier, m.88); André Gomes, Bouaddi, Cabella (Sahraoui, m.71); Zhegrova y Jonathan David.
Real Madrid: Lunin; Carvajal, Militao (Modric, m.57), Rüdiger, Mendy (Fran García, m.46); Tchouaméni, Camavinga (Güler, m.67), Fede Valverde, Bellingham; Vinícius y Endrick (Mbappé, m.57).
Goles: 1-0, m.45+3: David de penalti.
Árbitro: Maurizio Mariani (Italia). Amonestó a David (93) y a Diakité (96) por el Lille; y a Endrick (46), Camavinga (59), Bellingham (78), Rüdiger (79) y Modric (81) por el Real Madrid.
Incidencias: encuentro de la segunda jornada de la Liga de Campeones disputado en el Estadio Pierre Mauroy ante 48.800 espectadores.