El fútbol mundial llora la muerte de Johan Neeskens a los 73 años. Un ídolo del Ajax y del Barça, además de la selección neerlandesa, que logró marcar un gol en la final del Mundial de 1974.
El neerlandés es considerado uno de los mejores centrocampistas de los años 70. Debutó siendo menor de edad en el Ajax que revolucionó el fútbol europeo liderado por el histórico Johan Cruyff. Neskens fue su gran socio en el equipo y juntos protagonizaron los mejores años de la historia del club.
Conquistó todos los títulos posibles en los Países Bajos, pero su gran logro fue la proclamación como campeón de Europa durante tres temporadas consecutivas (1971-1973), además de la Copa Intercontinental de 1972 y la Supercopa de Europa de 1973.
Tras brillar y convertirse en el fútbol neerlandés fichó por el FC Barcelona en 1974. Lo hizo por recomendación de Cruyff, recién instalado en el club azulgrana, y no tardó en convertirse en ídolo para la afición culé.
Fueron cinco temporadas en el Barça en las que formó un trío de época junto a su amigo Cruyff y Rinus Michels. Se enfundó 232 veces la elástica blaugrana logrando 57 goles y dos títulos (Copa del Rey y Recopa de Europa).
Tras el Barça, jugó en el Cosmos y regresó al fútbol holandés brevemente para actuar en el Groningen. Regresó al fútbol de EEUU, en el Fort Lauderdale (ciudad del actual Inter Miami de Leo Messi) y finalmente tuvo un breve periplo en el fútbol suizo antes de retirarse definitivamente.
Ídolo nacional
Si Johan Neeskens brilló como futbolista a nivel de clubes, tuvo una carrera igual de brillante con la selección de los Países Bajos. Jugó 49 partidos con la 'Naranja Mecánica' en los que anotó 17 goles, una buena cifra teniendo en cuenta su posición sobre el terreno de juego.
Neeskens pudo alcanzar la gloria con su combinado nacional, pero se quedó con la miel en los labios hasta en dos ocasiones. Llegó a la final de los Mundiales de 1974 y 1978 y en ambos fue subcampeón.
Sin duda, su mejor participación llegó en la Copa del Mundo del 74. Un torneo en el que anotó cinco tantos en siete partidos y guió a su equipo hasta la final. De hecho, fue el encargado de abrir la lata en la pelea por el título ante Alemania Federal con un gol a los 2' de juego desde el punto de penalti.
Cuatro años después, en el Mundial de Argentina 1978, volvió a ser una figura clave en el combinado 'oranje', pero cayó en la final ante la selección albiceleste tras una prórroga fatídica.