El Manchester United ha tomado una decisión histórica al anunciar que dejará de pagarle a Alex Ferguson, una de las figuras más icónicas de su historia, los 2,16 millones de libras anuales que recibía como embajador del club.
Este movimiento, parte de las nuevas políticas de austeridad impulsadas por Jim Ratcliffe, marca el fin de una era y subraya los cambios profundos que están teniendo lugar en Old Trafford.
Desde su retiro en 2013, Alex Ferguson, ahora de 82 años, ha continuado vinculado al United como embajador global y director no ejecutivo, roles en los que ha representado al club en eventos alrededor del mundo y ha contribuido a la toma de decisiones estratégicas.
Sin embargo, tras una reciente reunión cara a cara con Ratcliffe, Ferguson fue informado de que su acuerdo ya no será renovado al final de la presente temporada.
El cese de su contrato no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una serie de medidas de reducción de costes implementadas por Ratcliffe, quien logró una participación del 27,7% en el Manchester United a principios de este año.
Las decisiones de austeridad han incluido el despido de 250 empleados, la eliminación de tarjetas de crédito corporativas para ejecutivos y la cancelación de la fiesta de Navidad de la empresa.
Además, el club ha restringido beneficios para empleados, como viajes pagados para finales de competiciones importantes, como la FA Cup del pasado mayo contra el Manchester City.
La relación Ferguson - United
Ferguson es sin duda uno de los personajes más emblemáticos de la historia del Manchester United. Durante sus 26 años como entrenador, desde 1986 hasta 2013, llevó al equipo a ganar un total de 38 trofeos, incluidos 13 títulos de la Premier League, dos Champions League y cinco FA Cups.
Tras su retiro, se mantuvo como embajador, un puesto que el United valoró en 2,16 millones de libras anuales, lo que se traduce en alrededor de 3 millones de euros al año.
Este acuerdo, firmado el 17 de octubre de 2013, fue registrado oficialmente en las cuentas de 2014 del club. Aunque los propietarios del Manchester United, la familia Glazer, han considerado durante años esta “pensión” como un reconocimiento merecido al éxito y a la contribución económica de Ferguson al club, las nuevas políticas financieras de Ratcliffe han puesto fin a este beneficio.
Una era que llega a su fin
El despido de Alex Ferguson como embajador del Manchester United simboliza el fin de una era en Old Trafford. Aunque la familia Glazer le ofreció respaldo económico durante una década en reconocimiento a sus contribuciones al club, el enfoque de Ratcliffe se centra en la rentabilidad y en hacer frente a los desafíos financieros que enfrentan los Red Devils.
Los recortes en personal, la eliminación de beneficios y la reestructuración de roles sugieren que este cambio de rumbo no solo es un reajuste temporal, sino una transformación profunda que probablemente definirá el futuro del club en los próximos años.
Es posible que otros embajadores y figuras clave del pasado también se vean afectados por esta ola de cambios. La reestructuración refleja la seriedad con la que Ratcliffe y su equipo están dispuestos a hacer sacrificios para alcanzar sus metas económicas y deportivas en el Manchester United.
El legado de Alex Ferguson en el Manchester United es indiscutible, y aunque su rol como embajador llega a su fin, su impacto perdurará en la historia del club. La decisión de Ratcliffe, que forma parte de un enfoque más pragmático, representa un choque entre el pasado y el presente del United.
Mientras los aficionados procesan este cambio, queda claro que el club se encuentra en una etapa de transición, buscando equilibrar su tradición con la necesidad de un futuro sostenible. Sin importar los giros que tome esta historia, la figura de Ferguson permanecerá siempre en el corazón de Old Trafford, como uno de los arquitectos de la grandeza del Manchester United.