El regreso del FC Barcelona al Spotify Camp Nou ha vuelto a ser aplazado, creando incertidumbre tanto para los aficionados como para las autoridades locales. Aunque se había especulado con la posibilidad de que el equipo culé volviera a su estadio antes de finales de 2024, la realidad es que los avances en la remodelación del Camp Nou, sumados a las exigencias del calendario, han obligado al club a postergar su retorno, lo que podría generar complicaciones en su convenio con el Ayuntamiento de Barcelona.
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha señalado en diversas ocasiones que la intención del club es volver a jugar en el Camp Nou a principios de 2025. En un principio, se barajaba el mes de enero como el momento idóneo, pero el máximo dirigente del club ha aclarado que, si bien esa sigue siendo la fecha objetivo, el retorno podría producirse a finales de enero o, incluso, a principios de febrero.
Esta nueva fecha está marcada, entre otras razones, por las competiciones que debe disputar el equipo, específicamente la Champions League. El equipo debe finalizar la fase de grupos de la competición europea en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc, ya que, al haber comenzado la temporada allí, la normativa de la UEFA les obliga a completar dicha fase en el mismo estadio.
El hecho de jugar en dos estadios distintos a lo largo de la temporada también supone un desafío en términos de logística y seguridad, algo que el club ha preferido evitar.
"Ya se están colocando el césped y las sillas, y queremos que el regreso sea en las mejores condiciones posibles, aunque somos conscientes de que habrá algunas incomodidades al principio", dijo Laporta.
No obstante, añadió que la opción de regresar antes de completar la fase de grupos de la Champions está prácticamente descartada, para evitar problemas con los protocolos de seguridad ya establecidos en Montjuïc.
El límite con el Ayuntamiento
El retraso en la vuelta al Camp Nou también trae consigo una posible complicación en el acuerdo del FC Barcelona con el Ayuntamiento de Barcelona. El club tiene permitido utilizar el Estadio Olímpico Lluís Companys hasta finales de marzo de 2025, fecha en la que se supone que el equipo ya debería haber regresado al Camp Nou.
Este límite fue acordado como parte del convenio entre el club y el consistorio para minimizar el impacto en el Estadio Olímpico. De no poder cumplir con ese plazo, el Barça se vería en la necesidad de renegociar un nuevo convenio con el Ayuntamiento para extender su estancia en Montjuïc.
Laporta ha reconocido esta situación, señalando que existen penalizaciones por incumplimiento de plazos, aunque aseguró que si los retrasos no son imputables a la constructora Limak, no se aplicarán sanciones. "Somos un club serio, y entendemos que hay factores externos que pueden influir en el ritmo de las obras", explicó el presidente.
Avances en las obras
Mientras tanto, las obras en el Camp Nou continúan a un ritmo que, si bien ha sido considerado satisfactorio por el club, no ha sido suficiente para cumplir con los plazos iniciales.
A día de hoy, se están instalando los asientos en los dos primeros anillos del estadio, una tarea que avanza de forma visible, como han mostrado imágenes recientes en las redes sociales. Los asientos, de colores azul, granate y amarillo, ya forman parte del nuevo diseño del estadio, incluyendo el logotipo de Spotify, principal patrocinador del recinto.
Además de la colocación de los asientos, también se están llevando a cabo otros trabajos importantes, como la mejora de los accesos y la instalación de nuevos palcos VIP. Estas zonas serán claves para generar ingresos adicionales una vez que el estadio reabra, incluso si el aforo será limitado a unos 62.000 espectadores en la primera fase.
Aunque este número es considerablemente inferior a la capacidad final del nuevo Camp Nou, que superará los 93.000 espectadores, será suficiente para permitir que los partidos se celebren con relativa normalidad mientras las obras continúan.
Una de las principales novedades que se encontrarán los aficionados a su regreso será la ausencia de la cubierta, que aún no estará terminada para el retorno del equipo en 2025. Esto significa que la mayoría de las localidades estarán descubiertas, lo que podría generar incomodidades en caso de mal tiempo.
Asimismo, algunos detalles como el escudo del Barça recreado en la grada lateral no estarán completamente terminados, y la nueva tribuna de prensa tampoco estará operativa en su totalidad.
El desafío económico
Otro de los aspectos clave del retorno al Camp Nou será la inyección económica que esto supondrá para el FC Barcelona. El club ha estado experimentando dificultades financieras en los últimos años, y el hecho de volver a su estadio, incluso con un aforo limitado, permitirá aumentar significativamente los ingresos por taquilla, algo que será crucial para la segunda mitad de la temporada.
Se espera que la venta de entradas, los palcos VIP y los derechos de patrocinio generen una importante fuente de ingresos, lo que permitirá al Barça continuar con su proyecto deportivo y hacer frente a sus compromisos financieros.
En resumen, aunque el regreso del FC Barcelona al Camp Nou sigue siendo incierto y está sujeto a posibles retrasos adicionales, el club trabaja para garantizar que su vuelta sea lo más cómoda posible para los aficionados, aun cuando el estadio aún esté en obras.
Sin embargo, el límite del acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona y las penalizaciones por incumplimiento de plazos suponen un reto adicional que el club deberá afrontar en los próximos meses.