Hace 143 días, es decir, hace cerca de cuatro meses y medio, Real Madrid y Borussia Dortmund se vieron las caras en la final de la Champions League. Ahora el vigente campeón y el equipo germano vuelven a cruzar sus caminos en la reedición de aquel partido que significó la Decimoquinta de los blancos.
Poco tiempo ha pasado entre uno y otro encuentro, pero entremedias ha habido un cambio de temporada que ha abierto nuevos ciclos en ambos conjuntos. La llegada de Mbappé o el cambio en el banquillo del Dortmund son factores más que suficientes como para darse cuenta de que lo de hoy nada tendrá que ver con lo de hace unos meses atrás.
Este reencuentro sirve además para que la vieja y la nueva Champions se den la mano en este año de transición. Con un envoltorio totalmente diferente, el partido de este curso nada tiene que ver con la trascendencia de aquella final. Eso sí, aunque tan sólo sea la tercera jornada de esta remodelada fase de grupos, el Real Madrid no puede permitirse un pinchazo y mucho menos antes de El Clásico.
La llegada de Mbappé
Sin duda, el principal cambio al que se ha sometido el Real Madrid desde la última vez que jugó contra el Borussia Dortmund ha sido la llegada de Kylian Mbappé. Si ya en la final la delantera fue temible, con Vinicius, Rodrygo y Bellingham como protagonistas, ahora la calidad del ataque se ha visto notablemente reforzada con la presencia del francés.
Tras un inicio dubitativo, Mbappé ha cogido carrerilla y ya suma 8 goles en 12 partidos, unas cifras que corresponden a lo que se esperaba de un futbolista de su talla. Eso sí, su presencia condiciona no sólo a los rivales, sino también al propio Real Madrid porque Ancelotti ha tenido que hacer -y sigue haciendo- encaje de bolillos para meter a tanto futbolista bueno arriba.
Si la temporada pasada Vinicius y Rodrygo asumieron una posición más centrada en el ataque tras el adiós de Benzema, ahora los brasileños pueden jugar con algo más de libertad de nuevo porque Mbappé vuelve a encargarse de esas cuestiones. Vini sigue siendo indiscutible, pero el papel de Rodrygo es más indeterminado porque los minutos y los puestos en el campo son limitados.
Sin duda, la dupla formada por Mbappé y Vinicius supone la envidia del resto del mundo, una pareja goleadora con la que cualquier equipo del universo le gustaría contar. Ellos dos, de hecho, están sosteniendo al Real Madrid en los momentos más complejos, especialmente cuando el equipo no termina de encontrar su mejor versión como pasó el otro día en Balaídos.
Porque si Mbappé es el gol en este Real Madrid, Vini es el hombre para todo, el que marca y también el que asiste a sus compañeros. Cinco goles y hasta siete pases definitivos, amén de su incansable, hacen que siga siendo indispensable mientras espera a ganar el Balón de Oro.
El 'nuevo' Bellingham
Si en la delantera el Real Madrid ha ganado incuestionablemente, en el centro del campo los blancos han sufrido una baja que va a costar mucho suplir. La retirada de Toni Kroos, auténtico mariscal y faro del equipo en cualquier momento de la temporada, es algo que los blancos aún no han superado.
Carlo Ancelotti sigue dándole vueltas a la cabeza y al equipo para tratar de suplir la ausencia del germano, pero aún no ha dado con la tecla. Las actuaciones de Tchouaméni no han sido precisamente destacadas, la lesión de Camavinga también ha pasado factura, y estas pruebas tienen daños colaterales.
El gran perjudicado de la nueva configuración -o de la búsqueda de ella- está siendo Jude Bellingham. Si el inglés fue la gran revelación del arranque de la pasada temporada, este año las cosas están siendo muy diferentes. El año pasado se infló a marcar goles, pero en esta campaña todavía no ha visto puerta y eso le pone cada vez más nervioso.
La posición de Jude es todavía indeterminada. Ha pasado de ser un segundo delantero a convertirse en un ente que se diluye en el centro del campo. Juega mucho más lejos del área contraria que el pasado curso, y eso hace que se esté viendo una versión mucho más discreta del internacional inglés.
En la defensa habrá dos cambios importantes con respecto al último duelo de la final de la pasada temporada. Dani Carvajal, el hombre que decantó la final de manera inesperada, no será de la partida por lesión y le sustituirá Lucas Vázquez.
La otra novedad estará en el eje de la zaga. Nacho dejó el Real Madrid después de toda una vida vestido de blanco, así que la pareja de centrales estará formada por Militao y Rüdiger.
Cambios significativos en un Real Madrid que también deberá estudiar a fondo a un rival que dejará muchas notas nuevas, empezando por el entrenador. Nuri Sahin vuelve, ahora en el banquillo, al lugar donde no pudo triunfar como futbolista.