El Leganés logró su segundo triunfo del curso al imponerse en su feudo al Celta de Vigo (3-0) en un enfrentamiento en el que el anfitrión supo aprovechar los fallos de concentración atrás del oponente, descompuesto en la última media hora.
Tras una primera parte muy igualada, no fue hasta la segunda mitad cuando empezaron a caer los goles. Todo parecía más inclinado hacia el equipo de Jonathan Giráldez, pero entonces comenzaron a florecer errores defensivos que cambiaron el sino del choque y tiraron por tierra todo el trabajo realizado hasta el momento y cualquier plan futuro para recoger los tres puntos.
Las caras de circunstancias de los integrantes de la zaga rival fueron el fiel reflejo de 'palo' que supuso encajar tres goles en apenas 24 minutos, la tercera parte de todos los que ha hecho el Leganés este curso.
De ahí al final el protagonismo recayó en los aficionados de Leganés, quienes pudieron celebrar de nuevo una victoria, algo que solo había sucedido una vez esta campaña y encima a finales del mes de agosto. Tres puntos balsámicos que dan una más que ansiada tranquilidad.