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El pasado domingo y este lunes fueron dos de los días más difíciles en la carrera deportiva de Vinicius Jr. (São Gonçalo, Brasil; 2000). El delantero del Real Madrid se veía ganador del Balón de Oro, basándose en mucho más que simples sensaciones. Mensajes, gestos y ciertos movimientos de terceros invitaban a darlo por hecho desde hacía semanas. "Va a ser una semana grande para nosotros", trasladaba el entorno del jugador a EL ESPAÑOL sólo unos días antes de la ceremonia.

Se empezó a torcer todo en la noche del domingo, con las primeras sospechas de que Vinicius no ganaría el premio, y se confirmó en la mañana del lunes, cuando el Real Madrid decidió abortar el viaje de una amplia expedición a París. El brasileño fue de los primeros en decir que no quería ir. Un plante cimentado en una sentimiento general de injusticia, pero también de engaño y de falta de respeto. Suficiente para romper relaciones con France Football —porque con UEFA ya no queda nada por romper—.

A las 23:07 horas, Vinicius se pronunció por primera vez en público durante el día. George Weah —el primer y único Balón de Oro africano— acababa de decir el nombre de Rodri Hernández como ganador. "Lo haré 10 veces si es necesario. No están preparados", escribió desafiante el brasileño. Sus palabras eran una muestra de su personalidad y tenían un mensaje. Su entorno comentó a Reuters que en el post se refería a su lucha contra el racismo y cree que fue lo que le llevó a no ganar el premio. Su frase, por tanto, vendría a decir que "el mundo del fútbol no está preparado para aceptar a un jugador que lucha contra el sistema".

La historia de Vinicius es la de un niño que nació y creció en São Gonçalo, una zona empobrecida y con altos índices de violencia en Brasil. Sin embargo, este entorno hostil no logró apagar su talento ni sus ambiciones. Desde pequeño, Vinicius destacó por su habilidad y velocidad en el campo, pero sobre todo por su personalidad.

"Era un niño muy tímido fuera del campo, pero dentro se transformaba: muy rápido y con mucha personalidad para crear jugadas", recuerda Carlos Eduardo Abrantes, más conocido como 'Cacau', el descubridor de Vinicius. Esa mezcla de humildad y valentía fue lo que primero capturó la atención de los entrenadores en Flamengo y, años después, del Real Madrid.

Vinicius comenzó su camino en el fútbol de forma estructurada a los diez años, cuando 'Cacau' lo llevó a hacer una evaluación en Flamengo, el club de sus amores. Su talento le permitió superar esa primera prueba y acceder a la cantera, dando inicio a un viaje que transformaría su vida. "Lo llevamos a hacer una evaluación cuando cumplió 10 años, que era la edad mínima en ese momento para las pruebas en el campo", comenta su descubridor a EL ESPAÑOL.

Desde entonces, su desarrollo fue imparable; cada partido, cada entrenamiento y cada derrota representaban un aprendizaje. Vinicius pasó de ser el niño de la favela al gran fichaje de la cantera del Flamengo, deslumbrando en Brasil con su velocidad y sus ganas de superar todos los obstáculos.

Cacau, junto a Vinicius Jr. en su infancia

Sin embargo, en Europa, Vinicius ha enfrentado barreras que van mucho más allá de los partidos. Desde su llegada al fútbol español, el joven ha tenido que soportar numerosos incidentes de racismo que han puesto a prueba su fortaleza emocional. Estos ataques no solo han herido a Vinicius, sino que han desencadenado en él una fuerte convicción para defender a quienes enfrentan discriminación, convirtiéndose en un símbolo contra el racismo en el deporte.

"Siento mucho orgullo al ver toda su lucha, tanto para triunfar como atleta como para hacerlo como ciudadano. Sus batallas han ayudado mucho a las futuras generaciones en la cuestión del racismo", afirma 'Cacau'.

En este sentido, Vinicius ha usado su posición y sus redes sociales para denunciar la injusticia. Su respuesta ha sido clara y sin concesiones, mostrando una madurez y compromiso que lo colocan como un referente. Las palabras de 'Cacau' reflejan la opinión de quienes han sido testigos de su crecimiento, quienes ven en él a un joven que, a pesar de su corta edad —todavía tiene 24 años—, posee una conciencia social que va mucho más allá de la cancha.

"Desde pequeño siempre tuvo mucha personalidad", comenta el descubridor, dejando claro que esta faceta de luchador por la justicia siempre ha sido parte de Vinicius.

Instituto Vini Jr.

Consciente de su historia y de las dificultades que enfrentó para llegar a donde está, Vinicius fundó el Instituto Vini Jr., una organización que busca brindar oportunidades a los niños de São Gonçalo. A través del instituto —en el que invirtió 3,3 millones de euros el pasado verano para la construcción de un centro social—, el delantero quiere que otros niños que, como él, nacieron en entornos desfavorecidos, tengan acceso a educación, deporte y a la posibilidad de soñar con un futuro mejor.

"El Instituto Vini Jr. es muy importante para nuestros niños. Creo que representa un sueño para él poder ayudar a tantas personas a tener un futuro mejor", reflexiona 'Cacau'.

El proyecto, que hoy beneficia a decenas de niños, es una extensión del deseo de Vinicius de impactar positivamente en el mundo. Para él, no basta con ser exitoso en el deporte; aspira a ser un motor de cambio en su comunidad y en la sociedad en general. Como menciona su descubridor: "Su lucha debe ser la de todos", enfatizando que Vinicius no solo quiere ganar títulos, sino transformar vidas.

Este esfuerzo le permite a Vinicius honrar sus raíces y devolver algo a la comunidad que lo vio crecer, con el compromiso de ayudar a que las futuras generaciones puedan soñar con algo más grande.

Vinicius Jr. junto a su padre, en una visita a São Gonçalo el pasado verano

A lo largo de su vida, la familia y su entorno han sido el núcleo de su estabilidad y fortaleza. Desde sus primeros pasos en el fútbol hasta su entrada en el Real Madrid, han sido su pilar para afrontar la presión y los desafíos. "La familia es el punto más importante en toda la construcción del sueño de Vini, desde que tenía seis años hasta el día de hoy", comenta 'Cacau'.

Con esta base sólida, Vinicius se ha convertido en un ejemplo de cómo alguien puede manejar la presión de estar en un club tan exigente como el Madrid desde una edad temprana, sin perder su esencia.

Su enfoque y su determinación han sido la clave en su transición del Flamengo al Real Madrid, y aunque el camino ha sido arduo, su motivación sigue intacta. "Todavía tiene mucho por conquistar y muchos sueños por realizar, ese es su combustible", afirma 'Cacau'.

Estos sueños van más allá del reconocimiento personal; están orientados a dejar un legado en el deporte y en la sociedad, donde los valores de igualdad y respeto que él defiende estén presentes para las generaciones que vienen por detrás.