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El Atlético de Madrid comenzó la temporada 2024-25 con una ilusión que hacía tiempo no se veía entre los aficionados rojiblancos. Las llegadas de Sorloth, Le Normand, Gallagher y Julián Álvarez como guinda al pastel hacían presagiar que el equipo volvería a pelear de tú a tú por los títulos con Real Madrid, Barça y los cocos de Europa. Sin embargo, dos meses y medio después, el horizonte se ve muy oscuro.

Simeone no ha terminado por encajar las piezas de un puzle cuya imagen representa un equipo compacto y sin fisuras. Un Atlético de Madrid peligroso en ataque con una delantera de ensueño formada por Griezmann, Sorloth y Julián Álvarez; un equipo resistente en el medio con Gallagher, Koke y Rodrigo de Paul; y una defensa que recuerde a las viejas glorias con Reinildo, Giménez, Le Normand, Nahuel Molina y con un Oblak que vuelva a hacer de su portería un muro infranqueable. 

El técnico argentino aún no ha encontrado la manera de hacer de su equipo un club temible. Todavía no tiene claro cuál es su once de garantías, ni tampoco tiene un estilo de juego establecido. Desde que comenzó la temporada el Cholo ha probado el 4-4-2, el 4-3-3 y por último ha recuperado el 5-2-3 de los últimos años. Sin embargo, este año parece que ninguna formación le encaja, puesto que el Atlético de Madrid no termina de despegar.

La paciencia de la afición rojiblanca se está empezando a agotar. En los últimos partidos está empezando a ser algo habitual que los aficionados muestren su descontento con una sonora pitada. Sucedió en el partido ante el Lille en Champions y también en el último partido liguero que el equipo jugó en el Riyadh Air Metropolitano, cuando el Atlético de Madrid perdía ante el Leganés un partido que terminó ganando.

La entidad hizo un esfuerzo en el mercado de verano desembolsando 185 millones de euros. Seis jugadores llegaron y nueve se fueron. El Atlético de Madrid hizo la revolución en la plantilla que tanto se le exigía, pero los resultados no están empezando a llegar y ya hay quien mira al banquillo.

Tras las primeras once jornadas disputadas, el Atlético de Madrid es cuarto a diez puntos del líder, el Barça. La irregularidad está siendo la tónica dominante del conjunto rojiblanco: 5 victorias, 5 empates y 1 derrota. Tras el último partido en el Benito Villamarín donde se consumó la primera derrota en liga, sumado a la derrota ante el Lille cuatro días antes, el equipo tocó fondo.

La dinámica del equipo no es positiva y se antoja complicado que puedan recortar la brecha de puntos con el Barça hasta poder pelear LaLiga. Sin embargo, Simeone para quitarse presión ya mira por el espejo retrovisor a quienes serán sus rivales: Villarreal, Athletic, Real Sociedad y Betis.

La Champions, difícil

Si en LaLiga el panorama es complicado, en Champions es desolador. Tras la derrota ante el Lille, Simeone fue claro: "Está complicado, clarísimamente. Tenemos un partido durísimo en París. La realidad nos lleva a que estamos en un momento de dificultad en la Champions". París Saint Germain; Sparta Praga; Slovan Bratislava; Bayer Leverkusen y Salzburgo, sus próximos rivales.

Tras la victoria en el último minuto ante el Leipzig en el Metropolitano, los siguientes partidos del Atlético de Madrid se han saldado con preocupantes derrotas. La primera ante el Benfica en el Estadio Da Luz donde los portugueses se impusieron por un contundente 4-0; la última, ante el Lille en casa por 1-3.

El miércoles 6 de noviembre el Atleti visita el Parque de los Príncipes con la presión de ganar si no quieren complicarse el pase a los octavos de la Champions. Los de Simeone ocupan la 27.ª posición en la clasificación y tendrán que ganar el mayor número de partidos posible para que, al término del último encuentro, estar entre los ocho primeros para jugar directamente los octavos de final. De no conseguirlo y terminar entre el 9º y el 24.ª, tendrán que disputar una fase de grupos

Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Julían Álvarez en Copa. Reuters

En la Copa del Rey, el Atlético sufrió de lo lindo para ganar al UE Vic, de Sexta División. Su estreno no fue el soñado. Hasta el minuto 80 no se decantó la balanza en favor de los rojiblancos por mediación de Julián Álvarez desde el punto de penalti. Con sólo dos canteranos en el once, al Atleti le costó doblegar al conjunto catalán. En el descanso Simeone tuvo que sacar toda la artillería, quitó a los dos canteranos más Sorloth, para dar entrada a Koke, Javi Galán y Lemar.

El argentino no quiso recibir el susto de Halloween antes de tiempo y se ahorró en salud. Sin embargo, la imagen de un Atlético de Madrid repleto de estrellas incapaz de sobreponerse a un rival cinco categorías inferior que ellos ya quedó marcada.