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La expectativa era alta: Vinicius figuraba como el gran favorito para ganar el Balón de Oro este año. Muchos lo veían como el candidato natural, especialmente tras sus actuaciones clave en la temporada pasada, donde conquistó La Liga y la Champions League con el Real Madrid, anotando además en la final. Sin embargo, el premio fue para Rodri, convirtiéndose en el segundo español en la historia en recibirlo tras Luis Suárez.

Esta noticia desató reacciones encontradas y un desplante de la institución blanca, que prefirió no asistir a la gala. A pocas horas de la ceremonia, se había filtrado que, aunque Vinicius era uno de los favoritos, no sería finalmente el elegido. El giro de última hora generó una profunda desilusión en el Real Madrid, que tomó la drástica decisión de no enviar representantes a la ceremonia en París, a pesar de que varios de sus jugadores y el club mismo recibirían reconocimientos.

El Real Madrid fue premiado como mejor club del mundo, Carlo Ancelotti como mejor entrenador, y Kylian Mbappé y Harry Kane compartieron el Trofeo Gerd Müller como máximos goleadores del año. Ningún premio madridista fue recogido en persona y el club tampoco se pronunció sobre estos galardones en sus redes sociales.

La inesperada derrota de Vinicius en el Balón de Oro provocó una avalancha de reacciones en las redes, y no sólo entre sus seguidores. La oportunidad de mofarse del brasileño no fue desaprovechada por algunas aficiones rivales, quienes no tardaron en hacer de esta situación una herramienta de burla.

Este fin de semana, en los estadios de Montjuïc y el Metropolitano, se escucharon cánticos que resonaron con fuerza: "Balón de playa; Vinicius, Balón de playa", una frase coreada con sarcasmo por los aficionados del FC Barcelona y del Atlético de Madrid, en un intento por agrandar la herida del brasileño.

El ambiente de tensión alrededor de Vinicius no es nuevo. De hecho, el aplazamiento del partido entre el Real Madrid y el Valencia, programado para este sábado pero suspendido debido a la DANA, ha sido para el brasileño un respiro inesperado. El enfrentamiento en Mestalla prometía ser un desafío emocional, pues en ocasiones anteriores ha sido objeto de insultos y provocaciones en este estadio.

Para la afición valencianista, la visita del delantero brasileño era vista como una oportunidad para una protesta irónica, que incluía llenar las gradas con globos amarillos en referencia al Balón de Oro que no ganó. Así, aunque la suspensión incrementa la presión sobre el calendario del equipo, ofrece a Vinicius un alivio temporal de un ambiente que parecía preparado para recibirlo de forma hostil.

Sigue el terremoto mediático provocado por la elección de Rodri en lugar de Vinicius, que también ha destacado la polarización que rodea al brasileño. Así, mientras la decisión de la organización del Balón de Oro continúa generando debate, El brasileño parece destinado a seguir lidiando tanto con el apoyo de sus seguidores como con la mofa de quienes no le perdonan el protagonismo.