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El Real Madrid está viviendo una pesadilla. La remontada del Dortmund no fue más que una cortina que finalmente no ha podido tapar la gran crisis deportiva en la que se encuentra inmerso el conjunto blanco. Son nueve goles encajados en los tres últimos partidos, todos ellos celebrados en el Santiago Bernabéu, y unas sensaciones que no invitan al optimismo.

Ante el Milan llegó el síntoma definitivo para ver que el Real Madrid está enfermo. Sin ideas, errando de cara a puerta, presionando mal, defendiendo peor y sin dominar en ningún momento cualquier fase del juego. Y precisamente no fue el Milan de Arrigo Sacchi quien se presentó en el Bernabéu. Llegaba al feudo blanco un cuadro 'rossonero' en crisis. Pero dio igual, el feudo blanco parece muy fácil de profanar esta temporada.

Nada le salió al Real Madrid en una noche para olvidar. Una más en este curso. Los blancos no encadenaban dos derrotas en casa desde 2020 y fue la primera vez desde 2009 que encajó tres goles en tres partidos consecutivos como local. Y eso que los blancos son los vigentes campeones de Europa y de Liga.

Los blancos tienen un problema, pero éste es de índole colectivo. En la derrota ante el Milan tampoco se puede poner el foco en figuras individuales, únicamente en Tchouaméni, y sí en el juego como equipo. En el equipo de Ancelotti reinó el desorden desde el minuto 1 al 90 y el conjunto italiano campó a sus anchas sobre el césped del Santiago Bernabéu.

El Real Madrid tuvo 10 días para preparar el partido, pero esta vez la libreta de Ancelotti naufragó de lo lindo. Sin ideas, el técnico italiano no acertó ni en el planteamiento inicial ni con los cambios. Fue un caos absoluto.

Ancelotti, tocado

No cabe duda que los últimos resultados han puesto en el ojo del huracán a Carlo Ancelotti. El técnico italiano ha demostrado con creces ser capaz de solventar cualquier tipo de situación, pero este año le está costando dar con la tecla. Quizá porque perdió a uno de los jugadores más determinantes de los últimos tiempos: Toni Kroos.

Sin el alemán, Ancelotti no está encontrando a la brújula del equipo. Al futbolista que marque el tempo y que ordene desde la posesión. Ni Modric, ni Ceballos, ni Tchouaméni, ni Camavinga... Ninguno está asumiendo la responsabilidad. Cada día que pasa pone más en valor al bueno de Kroos.

Ancelotti, cabizbajo tras la derrota ante el Milan. REUTERS

Ante el Milan volvió a equivocarse el entrenador transalpino. Lejos de cambiar la dinámica tras el descanso, retiró a Valverde y su equipo se descosió por completo. Lo aprovecharon los de Paulo Fonseca que encontraron todos los espacios del mundo y ajusticiaron a los blancos provocando una sonora pitada en el Bernabéu.

Aún tiene tiempo para cambiar, pero debe hacerlo ya. El equipo no funciona y las alarmas han saltado por completo. El sábado vuelven a jugar en el Bernabéu y ante un Osasuna que llega lanzado. 

Inoperancia defensiva

El mal momento del Real Madrid se explica desde la poca fiabilidad que está teniendo en todas sus líneas. Las lesiones de Courtois y Carvajal están haciendo mucho daño en una retaguardia blanca que hace aguas por todos lados. Lunin y Lucas no alcanzan la excelencia de los otros dos y Mendy está muy lejos de ser un cerrojo como antaño. Rüdiger y Militao se encuentran solos ante el peligro y no pueden abarcar todo.

Por delante, Tchouaméni parece estar sentenciado para el madridismo. El francés, que costó más de 100 millones, no parece haberse adaptado definitivamente al Real Madrid. La sombra de Casemiro es muy larga y el galo no se está imponiendo. Estuvo en la foto de los dos primeros goles del Milan y el Bernabéu le dedicó una sonora pitada. Ancelotti lo sustituyó en el descanso.

Pero los problemas defensivos no recaen únicamente en los zagueros. También tiene mucha parte de culpa la mala presión que ejerce el conjunto blanco. Ya le pasó ante el Dortmund y Barça, y ambos acabaron vacunando y perforando la portería blanca.

Bellingham corre y presiona sin cesar, pero lo hace con más corazón que cabeza. Modric no es capaz de realizar tantos esfuerzos y Camavinga no es omnipresente. Valverde parece el único capaz de abarcar todo el desaguisado que deja su equipo con la presión. 

Sin claridad arriba

No funciona el equipo en defensa, pero tampoco ofrece mejores prestaciones en ataque. Vinicius parece el único en rebelarse, pero ante el Dortmund no tuvo su mejor noche. Volvió a marcar (un panenka desde el punto de penalti), pero le faltó algo de inspiración.

Tampoco tuvo el día Kylian Mbappé. No está siendo nada fácil su inicio en el Real Madrid. Ante el Milan tuvo dos acciones de gol, pero en ambas se topó con Maignan al no ajustar demasiado sus remates. Está lejos del nivel que le ha hecho ser uno de los mejores futbolistas del planeta y deberá cambiar la dinámica para ganarse a la afición madridista. 

Mbappé se lamenta durante el partido contra el Milan. REUTERS

De su recuperación puede depender gran parte de la mejora del Real Madrid. El equipo blanco parece noqueado, pero es de sobra conocido que no se le puede dar por muerto. Eso sí, no hay margen de error. Son dos derrotas en Champions tras cuatro partidos y en el horizonte aparecen Liverpool y Atalanta, ambos a domicilio.