El próximo 14 de noviembre, el Stade de France acogerá un partido de la UEFA Nations League entre las selecciones de Francia e Israel, un encuentro que ha encendido las alarmas de seguridad en París.
Los recientes episodios de violencia y manifestaciones antisemitas en Europa, como los ataques a hinchas israelíes en Ámsterdam y las protestas dentro de la sede de la Federación Francesa de Fútbol, han motivado a las autoridades francesas a implementar un operativo de seguridad "extremadamente reforzado" para evitar que el encuentro se convierta en un escenario de confrontación ideológica y disturbios.
La prefectura de policía de París, bajo la dirección de Laurent Nuñez, ha calificado el partido como un evento de "alto riesgo", considerando las crecientes tensiones por el conflicto en Gaza y los incidentes antisemitas en Francia.
Para Nuñez, las medidas de seguridad que se desplegarán tanto dentro como fuera del estadio deben ser "de muy altos estándares", con el objetivo de garantizar la protección de los jugadores, aficionados y ciudadanos. Este despliegue incluye más de 2.000 agentes, entre policías y gendarmes, que estarán presentes en los alrededores del Stade de France y en puntos estratégicos de la capital.
El plan de seguridad también contempla la creación de un perímetro de seguridad más amplio de lo habitual alrededor del estadio, y la instalación de controles adicionales en cada acceso. Las fuerzas policiales trabajarán en estrecha coordinación con la Federación Francesa de Fútbol, que ha colaborado en la planificación de los protocolos para este encuentro de alto perfil.
Nuñez explicó que el objetivo es estar preparados para "todos los escenarios posibles", lo que incluye la intervención en el interior del estadio si se llegaran a detectar incidentes durante el partido. Por su parte, Bruno Retailleau, Ministro del Interior del gobierno francés, negó la opción de trasladar el partido: "Francia no da marcha atrás porque eso equivaldría a abdicar ante las amenazas de violencia y antisemitismo", explicó en su cuenta de Twitter.
Desde la prefectura de policía, Laurent Nuñez ha enfatizado que el estadio y sus alrededores estarán "blindados", con agentes de seguridad y equipos de vigilancia desplegados en cada rincón de la capital. También se prevé un incremento en la presencia de policías en zonas estratégicas de París y en el transporte público que conecta con el estadio.
El antecedente de Ámsterdam
La noche del jueves 7 de noviembre, varios seguidores del equipo Maccabi Tel-Aviv fueron agredidos en Ámsterdam antes y después de su partido contra el Ajax en la Europa League.
Este incidente, calificado por algunas organizaciones judías como un "pogrom" [palabra de origen ruso que significa “causar estragos, demoler violentamente”, se usa para referise a ataques violentos por parte de poblaciones no judías contra los judíos en el Imperio Ruso y en otros países], encendió las alarmas en el resto de Europa y evidenció el creciente riesgo de que los partidos con equipos israelíes puedan derivar en confrontaciones violentas.
Además de la violencia en las calles, las redes sociales también han visto una proliferación de mensajes de odio, algunos de ellos advirtiendo sobre futuros enfrentamientos en los partidos de Israel en suelo europeo, como el próximo duelo contra Francia.
En este contexto, la declaración del ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, fue clara y contundente: "Francia no cede porque hacerlo sería rendirse ante las amenazas de violencia y el antisemitismo". Con estas palabras, Retailleau reafirmó la decisión de mantener el partido en el Stade de France, pese a las crecientes demandas de deslocalización. Para Retailleau, una modificación en la sede del encuentro implicaría una victoria para quienes buscan imponer la violencia sobre el deporte.
Geopolítica y deporte
Las medidas de seguridad en el Stade de France no son un hecho aislado. Hungría, uno de los países que ha ofrecido sus instalaciones para albergar partidos de Israel en el pasado, también ha implementado políticas estrictas de seguridad.
En cambio, otras naciones europeas han mostrado reticencia a acoger partidos de Israel debido al riesgo de disturbios. Tal fue el caso de Bélgica, que rechazó albergar un partido de Israel en la Nations League en septiembre, lo que obligó a la UEFA a reubicar el encuentro en Hungría.
Para evitar posibles incidentes como los ocurridos en Ámsterdam y responder a las amenazas difundidas en redes sociales, Francia ha adoptado una estrategia de protección total alrededor del partido en el Stade de France.
Este partido entre Francia e Israel ilustra la creciente influencia de la geopolítica en los eventos deportivos europeos. El deporte, que tradicionalmente ha servido como terreno neutral y pacífico, se enfrenta ahora a desafíos que exigen una colaboración estrecha entre autoridades deportivas y gubernamentales.
Los estadios se están convirtiendo en reflejos de conflictos y tensiones internacionales, y el próximo partido en el Stade de France será una prueba de la capacidad de las autoridades para mantener el orden y garantizar la seguridad.
En un contexto donde los conflictos internacionales afectan cada vez más al ámbito deportivo, la respuesta de Francia al blindar París envía un mensaje claro: el deporte continuará, pero bajo medidas de seguridad estrictas que reflejan la seriedad con la que se toman estos nuevos desafíos.