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Las recientes lesiones de Carvajal y Militao han vuelto a agitar las aguas en el Real Madrid, poniendo de nuevo el foco en las lesiones de rodilla de gravedad que persiguen al club. La 'plaga de los cruzados', como ya se la conoce, ha afectado tanto al primer equipo masculino como al femenino y a sus canteras: en tan solo 15 meses, el club ha visto a 10 de sus jugadores sufrir roturas del ligamento cruzado, a un ritmo escalofriante de una cada mes y medio, lo que pone bajo la lupa las causas de este fenómeno.

Este calvario comenzó en agosto de 2023, cuando Courtois sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda, lo que le mantuvo fuera de las canchas por 234 días. Apenas dos días después, Militao cayó por primera vez en el mismo problema. Su recuperación le tomó 213 días, dejando al equipo de Ancelotti sin dos de sus piezas fundamentales desde los primeros momentos de la temporada.

Diego García-Germán, traumatólogo de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI), apunta en conversación con EL ESPAÑOL a la fatiga acumulada por la excesiva carga de trabajo y el ritmo creciente de competiciones como factores clave en este tipo de lesiones. "Evidentemente, en aquellos equipos que tienen una carga de trabajo gorda y muchísimos partidos, la fatiga pasa factura", sostiene. 

"La carga de partidos cada vez es mayor porque el consumo de fútbol es infinito. Da igual el fútbol que produzcan, la gente lo va a consumir, o sea que la tendencia de los últimos años ha sido a más partidos", sostiene el experto.

Las lesiones continuaron de manera implacable en el equipo femenino. En septiembre, Caroline Weir, jugando con Escocia, sufrió una grave lesión de rodilla, y poco después, Carla Camacho se despidió de la temporada con otra rotura de cruzado. Sin apenas tregua, el Real Madrid continuó encajando bajas. David Alaba, otro pilar defensivo, cayó lesionado de gravedad en diciembre. En la pretemporada de este año, los canteranos César Palacios, Dani Mesonero y Joan Martínez también pasaron por el quirófano, evidenciando que ni las jóvenes promesas del club estaban exentas de esta maldición.

La plaga de cruzados en el Real Madrid

10 de agosto 2023: Courtois (Valdebebas) 234 días de baja

12 de agosto 2023: Militao (San Mamés) 213 días de baja

26 de septiembre 2023: Caroline Weir (Hampden Park, Glasgow) 345 días de baja

28 de octubre 2023: Carla Camacho (Swedbank Park, Vasteras) 301 días de baja

17 de diciembre 2023: Alaba (Santiago Bernabéu) 331 días de baja*

24 de julio 2024: Dani Mesonero (Valdebebas) 111 días de baja*

31 de julio 2024: César Palacios (Soldier Field, Chicago) 104 días de baja*

9 de agosto 2024: Joan Martínez (Valdebebas) 95 días de baja*

5 de octubre 2024: Carvajal (Santiago Bernabéu) 38 días de baja*

9 de noviembre 2024: Militao (Santiago Bernabéu) 3 días de baja*



*Todavía de baja

El impacto psicológico de estas lesiones es devastador para los jugadores. Adrián Quevedo, psicólogo deportivo, explica a EL ESPAÑOL que el desgaste mental y el estrés emocional, a menudo infravalorados, podrían estar afectando también al rendimiento físico. "El factor mental sí que puede facilitar que aparezcan lesiones", indica Quevedo. "A nivel mental: la carga de presión, el estrés, jugar tantos partidos… esto reduce el tiempo de recuperación y afecta a los jugadores en lo físico y en lo psicológico".

La fatiga, tanto física como mental, combinada con el desgaste de un calendario deportivo saturado de competiciones, puede aumentar el riesgo de lesiones y dificultar el proceso de recuperación.

Carvajal, tendido en el suelo tras romperse el cruzado hace un mes EFE

Por su parte, Daniel Ferro, jefe de servicio de traumatología del Hospital Universitario La Zarzuela, considera que no es justo atribuir las lesiones a fallos de preparación o tratamiento dentro del club. "No se puede atribuir a que se esté haciendo mal tanto en el equipo de entrenadores como en el equipo médico o de fisios del Real Madrid. Lo hacen muy bien", subraya también en conversación con este diario.

Ferro recalca que la preparación física y los trabajos de propiocepción son elementos prioritarios en el equipo. Sin embargo, advierte que "antes se jugaba una vez por semana y ahora es cada tres días. Esa carga de partidos influye. El aumento de la carga de trabajo provoca más agotamiento y más propensión a lesiones. Es un tema estadístico puro y duro".

Pero más allá de los cuidados físicos, el componente emocional de las lesiones también influye en el rendimiento de los jugadores. "La recuperación psicológica de una lesión así es todo un proceso", afirma Quevedo. "Es como sufrir un duelo el tiempo que pasas alejado del equipo. Pasar de estar en cada partido a estar en casa, sin poder moverte… el impacto emocional es enorme".

Además, el psicólogo apunta que la presión por cumplir con las expectativas de recuperación, que suelen ser bastante estrictas en el alto rendimiento, puede llevar a la frustración y el agotamiento mental en los jugadores. Ante esta situación, Quevedo sugiere que los jugadores mantengan una mentalidad flexible, ya que cada proceso de rehabilitación es único y puede variar en duración y complejidad.

No hay fórmula mágica

La acumulación de partidos, los viajes constantes y los cambios de horario también contribuyen a la vulnerabilidad física de los jugadores. En este sentido, García-Germán observa una falta de rotación suficiente en el fútbol profesional. "En el fútbol americano, la vida media de un jugador profesional es de tres temporadas. Se lesionan a lo bestia, hasta el punto que los equipos de fútbol americano tienen equipos paralelos que van entrenando como para tener carne de cañón para ir metiendo en el equipo principal cuando alguno se lesiona. En deportes de impacto, el riesgo de lesión no deja de ser alto".

"Quizás, por eso digo lo del fútbol americano, la rotación no es tanta en el fútbol tradicional. Hay una primera plantilla y hay unos titulares que juegan prácticamente siempre, no hay tanta rotación como quizás debería de haber", añade el traumatólogo. Con un calendario tan exigente, los clubes se ven obligados a exigir a sus estrellas más minutos de juego, lo cual aumenta el riesgo de desgaste y lesión.

La perspectiva médica subraya que prevenir una lesión de cruzado es complejo, aunque no imposible. Ferro puntualiza que la intensidad del juego y el contacto físico son determinantes y que, en situaciones de impacto o torsión, ninguna rodilla es invulnerable. "La intensidad física con la que juega un futbolista a ese nivel es enorme y tremenda. Por mucho que insistamos en la preparación física y en la propiocepción, hay jugadas con golpes, torsión o pivotación de la rodilla que son imposibles. No hay rodilla que aguante".

Por ello, tanto él como García-Germán consideran que la clave para reducir el riesgo de lesiones radica en la rotación de los jugadores y en un calendario menos saturado. "Posiblemente mejoraría más la cosa si se diese algo más de descanso y posiblemente influiría el promedio de edad de los jugadores, y así va el tema. No hay nadie que pueda dar una respuesta mágica", 

Alaba, tras romperse el ligamento cruzado hace casi un año Reuters

Para el Real Madrid, la combinación de un calendario sobrecargado y lesiones recurrentes en sus principales figuras es una problemática que afecta tanto en lo deportivo como en lo económico. Los lesionados de larga duración representan un coste para el club, pero más grave aún es la pérdida de competitividad al tener que afrontar las competiciones sin sus piezas clave.

En términos de preparación física, los expertos sostienen que la personalización de entrenamientos y la prevención deben ser prioridades. Además, se ha sugerido que el club debería considerar la implementación de descansos adicionales, en la medida que el calendario lo permita, para mejorar las condiciones de sus jugadores y reducir el riesgo de nuevas lesiones.

Mientras los médicos y especialistas en salud mental y física del club trabajan para superar este desafío, el plantel debe enfrentar una cruda realidad: cada lesión es una pérdida, no solo para el equipo, sino también para cada jugador, quien debe soportar un arduo proceso de recuperación. Según Quevedo, el proceso de adaptación mental tras una lesión grave debe realizarse de forma gradual, respetando siempre los límites del cuerpo. "Cuando te dan una expectativa de recuperación, luego no siempre se cumple. Es muy fácil caer en la obsesión y la frustración. Hay que plantear una mentalidad de flexibilidad", reflexiona el psicólogo deportivo.

Mientras tanto, el Real Madrid deberá seguir intentando dar con la tecla salir de esta espiral de lesiones que ha afectado profundamente al club. Carvajal y Militao han sido los últimos en caer en cuestión de un mes, dejando desnortada la defensa blanca.